Lo que te escribí y nunca te dije.

Musa

Permíteme ser tu musa. Quiero ser objeto de tus desvelos y desvaríos.

Déjame amarte de tal forma que necesites escribir nuestros encuentros y nuestras químeras.

Permíteme mostrarte diversas formas de amarte, de odiarme. De anhelarme.

Quiero dejar una marca en ti, tan pofunda que tengas necesidad escribir de mí, de nosotros. Para que no olvides ningún detalle, ningún sentimiento que desperté en tí.

Escríbeme amor. Dedícame estrofas y versos, bórrame y vuelve a escribirme. Házme saber lo que despierto en tí, cada pasión, cada sentimiento, cada vez que me odiaste y pensaste en olvidarme.

Házme el amor con palabras escritas. Déjame saber tus pretenciones, tus anhelos a mí lado.

Quiero ser tu musa, la culpable de creaciones en tinta y papel. Que queden inmortalizadas esas sensaciones que provoqué en tí.

Quiero saber cada fetiche, cada anhelo, cada perversión que desperté en tí.

Cada momento que me amaste, cada momento que has imaginado.

Ámame de esa forma, que yo me encargaré de darte inspiración para ello.

Te corresponderé dejándote saber mi amor, con cada caricia, con cada beso.

Déjame llevarte de la ternura a la pasión, de la locura al sosiego.

Déjame hacerte olvidar de todos y de todo. Permítete perderte en mis besos y caricias. En mi calidez.

Déjame ser tu musa, déjame llenarte de inspiración para que escribas de mi, para que me vuelva un delirio que no seas capaz de creer, y necesites dejar prueba escrita de que te amé, que te amé con locura y entrega como si no hubiera un después.

Quiero darte un amor de esos que destrozan el alma, que duelen y arrebatan.

Un amor que no se olvida, de esos que te llenan el alma, que te hacen creer en la inmortalidad y no en la efímeridad.

Déjame llenarte todo de nuevas sensaciones, de privilegios que sólo quién tiene una musa experimenta, vive en carne propia.

Permíteme darte miles de razones para creer en el amor, para escribir de el.

Quiero ser tu musa.