Capítulo 8

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Me recorrí los pasillos buscando a mis amigas. Ellas no estaban en la habitación.

¿Dónde estaban todos?

Estoy un poco despistada y voy absorta en mis pensamientos.

Alguien me agarra de el cuello y tira de mí hacia detrás. Hay tres personas llevándome a rastras.
Grito pero me tapan con la mano y yo la muerdo.

Intento correr pero me vuelven a sujetar. A uno le doy en la entrepierna y cae el suelo.

Me libro del segundo con una patada en el costado y un tortazo muy fuerte.
Al siguiente le quito la mascara, es Peter, tiene la cara morada e hinchada, luce fatal de mi paliza.

Uno de los otros dos me sujeta y Peter me raja en los abdominales con un cuchillo pequeño y grito.
Luego me da dos puñetazos en la cara y uno en el costado donde me dio la otra vez.

Me coje de la cintura y me pega a la pared del túnel.

-Es una pena porque no estás nada mal, hubiésemos sido una buena pareja ¿No crees?-Me dice muy cerca de mi cara.

-Una-a mierd-da.-Respondo tartamudeando, noto la sangre caliente caer por mi ropa, de reoente todo está muy frío.

Entre los tres me vuelven a coger y se acercan al abismo.
Este es mi fin, lo sé. No puedo pelear, no puedo moverme, sólo me dejo arrastrar.

Cuando van a tirarme, me caigo al suelo, me han soltado de repente, pero no puedo centrar la mirada en nada, me quedo tendida en el suelo hasta que unas manos grandes me sostienen.

Cierro los ojos notando que me llevan en brazos.
-G-Gracias- digo, y todo se vuelve negro.

***

Me despierto por un dolor agudo en mi abdomen, abro los ojos y veo un concentrado Eric cosiendo y limpiando mi abdomen, mientras suelta alguna queja y se seca el sudor de la frente.

Le miro, pero suelto un gruñido de dolor.

Entonces el alza la vista, y nos miramos, tengo los ojos llorosos.
Él se acerca y me toma la temperatura de la frente.

-Tienes fiebre.-Me dice con expresión preocupada.

-La fiebre es lo que menos importa ahora.-Digo con la voz ronca.

Noto que estoy en la habitación de Eric, la habitación está en la penumbra , sólo ilumina una lámpara al lado de la cama, lo suficiente para que él pudiera curarme. Él se levanta a por una bolsita de hielo, y me la deja en la almohada. A continuación se sienta en la cama y continúa con lo que estaba haciendo.

Cuando acaba se acerca a mi vientre y noto su aliento tibio contra mi piel, corta el hilo sobrante con los dientes.
Mi piel se pone de gallina, y él separa la cabeza y me levanta aún más mi camiseta, sus dedos acarician mi piel hasta debajo de mi sujetador, ahí está mi tatuaje de la flor de loto.

Veo como él se muerde el labio.

-¿Los has visto todos?-Le digo sonrojada y adolorida, observando embelesada sus manos en mi piel.

-Sólo estos dos.-Me dice tocando la constelación y la flor. Va a volverme loca.

-¿Acaso tienes más?-Me dice retirando su mano. Y me mira curioso, incluso con ansia.

-Uno más en realidad.

-¿Puedo verlo?-Me dice, aún está sentado a un lado de mi cuerpo y yo tumbada.

-No lo creo.

-¿Por favor?- Me dice mirándome con una especie de puchero.

-No vuelvas a hacer eso.-Le digo poniéndome un brazo para taparme los ojos.

-¿Y eso por qué?- Me quedo mirándole, callada porque no le iba a decir que se veía increíble.

-Venga.. Por favor...

-¿Quieres de verdad verlo?-Digo.

-Claro.

-Ayúdame a sentarme.

-De eso nada, Que quieres ¿Abrirte los puntos?

-Ayúdame o no lo ves.

Él me mira entrecerrando los ojos.
-¿Dónde está?

Yo me incorporo un poco, y apoyándome en mis codos, me bajo un lateral de mi pantalón por el lado derecho, que es donde está él sentado.
Las rosas comienzan a asomar pero el detiene mi mano.

Me mira a los ojos y vuelve su mirada a mi pierna, y con una mano baja poco a poco mi pantalón, asique yo subo la cadera para que él pueda bajarlo un poco más, el no quiere incomodarme asique solo baja el pantalón hasta donde acaba la última flor.

-Creo que no debería haberle visto.

- ¿Por qué? Creo que la que tiene vergüenza ahora mismo soy yo.

-No es eso, es.. bueno déjalo.

Tengo preparada esta camiseta y este pantalón, puedo ayudarte a cambiarte si quieres.

Niego con la cabeza y él tira de mis brazos para sentarme, pero me quejo y él en un movimiento rápido ya me ha puesto de pie para no hacerme daño.

Me sujeto en sus hombros.

-Siento la situación Eric yo no debería haberte metido en problemas, y menos haber irrumpido aquí en tu apartamento y bueno... creo que voy a irme a la habitación con todos ya sabes...

Él se me queda mirando extrañado.
-Y una mierda, tú vas a quedarte aquí, iré a informar a tus amigas y a que me den tu ropa, vas a quedarte hasta que estés totalmente recuperada y no, no me molestas iniciada.

-Oye.. ¿puedo decirte algo?-Le digo mientras el intenta quitarme la camiseta con cuidado.

-Claro.

Amo su cara de concentración, y encima toda su habitación huele a él.

-No creo que esa fachada que utilizas seas tú de verdad.

El deja de subir la camista y la deja caer. Traga saliva y vuelve a su pose estudiada.

-¿Podrás cambiarte sola? Voy a por ropa.
Entendí su pregunta retórica y él desaparece por la puerta con un portazo.

Así que me cambio como puedo, pero al llegar al pantalón no puedo flexionarme y sólo me quito el pantalón pero no me pongo el otro. Me vendo el abdomen para que si sangro en la noche, no lo ensucie todo.

Voy al baño y muy a duras penas me aseo por encima, me ato el pelo en un moño desordenado y voy al salón de nuevo, voy lentamente a una mesita, hay una foto de un niño pequeño, vestido de erudición. Con una mujer rubia y un hombre de pelo castaño, alto y guapo. Se ve que son sus padres, él sonrie, y me hace sonreir a mí. ¿Dónde quedó esa sonrisa? Oigo pasos y me acerco a la cama más rápido de lo que debería, me meto dentro y me quedo sentada para que solo se me vea la parte de arriba, cojo un libro de la mesilla y leo. "Shakespeare" ¿Es algún tipo de autor de esos que leía mi padre en casa? Creo recordar que sí.
La puerta se abre y Eric entra con muchas ropa en la mano y a su lado Max.

-¿Es ella?

-Sí. ¿Me vas a dar tu permiso o no Max?

-Siempre y cuando al menos esperes a cuando sea una Osada de verdad Eric, estaré vigilandote, ella es más pequeña que tú.

-Sólo quiero tenerla aquí unos días, los que la atacaron son los que van primeros en la tabla.

-Está bien, está bien, yo sólo digo. Buenas noches,- dice mirándome -espero que sepas lo que haces.

Dicho ésto desaparece por la puerta, y Eric la cierra. Deja la ropa en su armario y me mira.

-Dormiré en el sofá.

-De eso nada, no pienso dejar que duermas en el sofá.

-¿Quieres dormir conmigo y no sabes como decírmelo? -Me pongo toda roja y me cubro más.

Él me mira con una sonrisa ladeada y una cara indescifrable. Luego se acerca a mi lado en la cama.

-Mueve tu culo iniciada.

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QUE OS PARECE ME MUERO CON ERIC AKSBKSKA.
Vale me relajo, esque Eric es taaan dulce.
L♥

Save Me-DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora