Eric se fue a cambiar al baño, y salió con una camiseta negra estrecha y de manga larga, y un pantalón felpa gris.
Yo me corrí a la izquierda de la cama con cuidado, y le hice un gran hueco a la derecha, porque era la primera vez que alguien me veía así, la primera vez que alguien estaba tan cercano conmigo.
Me sentía algo sola siempre, en mi monótona vida, mi hermano se iba a su habitación a leer, mi padre vivía en una especie de burbuja de Abnegación mezclada con Verdad, y mi madre estaba tan ensimismada en sus cosas... Yo era como la oveja negra.
Mis amigas de Verdad, que eran pocas, no eran en realidad amigas porque allí todos hablan con todos, y allí son todos iguales. Tan directos que hacen que todo sea aburrido.
Así que esta vez, estando al lado de un hombre que me hacia sentir fuerte, que me hacía sentir bien al estar a su lado, era tan extraño como nuevo para mí y no sabía como reaccionar.
-Al final vas a dormir en el suelo si sigues apartándote. Asique por dios, sólo quiero aclararte que no tengo ningún tipo de enfermadad transmisible por respiración o por lo que sea que estés pensando.
-No yo.. sólo quiero dejarte espacio para dormir, yo debería estar en la enfermería, no aquí, incomodándote.
-La decisión de traerte fue mía, asique no es molestia, alejate del borde, no te recogeré del suelo. -No emplea un tono duro conmigo, así que sé que no va en serio.
Y dicho esto me acerca a el lentamente, quedo muy cerca de tórax, y el calor se sube a mis mejillas, sus piernas rozan las mías.
- Y respecto a antes, perdóname por haberte dicho eso, yo no soy quién para reclamarte nada.
-Te contaré si quieres, pero no quiero que salga de aquí, y si lo hago es por que a pesar de que eres una iniciada, pareces de confianza ¿Entiendes? No te hagas ilusiones.-Entiendo su punto y no le respondo.
-¿Sobre el qué?
-Sobre lo que dijiste.
Él está mirando al techo, sigue teniendo su mano en la curva de mi cintura y se nota caliente y suave.
-Te escucho.- Le digo mirándole a los ojos. Y él suspira. Su nuez se mueve abajo y arriba.
- Cuando tenía diez años, mi padre pegó una paliza a mi madre, ella no había echo alguna mierda de lo que el la había mandado, hasta ese día sólo habían discutido, nunca había llegado a tal extremo.- Su mano se queda rígida en mi cintura, y su corazón late muy rápido, yo le agarro la mano y la aprieto.
-Yo venía de dormir la siesta, y vi a mi madre en el suelo, inconsciente, me habían despertado con sus gritos. Corrí hacia ella y la vi golpeada por todas partes, me agache a su pecho llorando, pero llegó mi padre. Él me gritó ¡Pequeño idiota!¡ todo estaría mejor sin ti! Y me golpeó.
A la mañana siguiente me desperté en el suelo, varias personas de Osadía estaban allí, deteniendo a mi padre. Mi madre había muerto en el frío suelo, sola. Nunca se lo perdonaré a mi padre, me prometí a mi mismo que nadie me haría daño ni a mi ni a los que quiero, y empecé a entrenarme, iba a entrar a Osadía dijese lo que dijese la prueba.
Y así fue, poco después de entrar me enteré de que mi padre andaba suelto, que era un borracho y que andaba por ahí hablando de mí, dándome mala fama, y unos cuantos de osadía fueron en mi nombre, y le pegaron, aunque no le mataron. Y ahora, ya no tengo a nadie.- Eric, se que apenas te conozco, pero me tienes a mí, yo quiero ayudarte en lo que sea, sólo quiero decirte que no estás sólo, siempre me tendrás a mí, y no porque me des lástima , yo quise acercarme a ti desde que te vi, eres como un imán, eres un hombre fuerte Eric, eres increible, inteligente. No dejes que te atormente, no dejes que el rencor de consuma.
Él me mira con una especie de admiración. Suspira y me mira indeciso.
-Gracias por no mirarme con lástima.
Se acerca suavemente y me abraza muy despacio, un poco rígidamente por su falta de costumbre. Yo le correspondo, y siento su calor, su delicadeza, por primera vez estoy en contacto con el verdadero Eric.
***
Eric me despierta con sumo cuidado, moviéndome.
Su risa suave me despierta.
-Lorena por favor, necesito ir al baño. -Me dice medio susurrando.
Abro un ojo y compruebo que estoy recostada totalmente encima de Eric, y cuando digo totalmente, esque estoy recostada como si fuera un colchón.
-Mierda lo siento.-Y me pongo lo mas roja que he estado en mi vida. Me muevo a la izquierda y sus brazos me colocan.
-¿Alguna vez te han dicho que estás muy guapa en las mañanas?-Me dice mientras se levanta.
-No, de hecho es la primera vez que duermo con un chico, con alguien en general.
Le miro y el esta tremendamente rojo con una sonrisa angelical.
-Pues alegrate de que un líder haya sido el primero.- Dice mientras anda al baño, será idiota, yo me rio adormilada.
Ahora mismo creo que me desmayo. Ni siquiera he dado un beso , y el está ahí, orgulloso de haber dormido conmigo.
Me levanto y me visto, me coloco una sudadera que me ha traído Eric, y compruebo que me puedo agachar para ponerme mis pantalones elásticos y mis zapatillas.
Oigo la ducha, y espero a Eric.
A los diez minutos sale con una camiseta gris, unos vaqueros negros muy estrechos y unas botas militares, oliendo increíblemente bien.-¿Que haces vestida? Tú te quedas aquí, el consejo ha decidido que te quedas aquí hasta que te recuperes perfectamente.
- Pero ¿Y mi posición? Bajaré en la tabla.
-Te quedas en tu puesto.Volveré sobre las seis, no salgas de aquí ¿vale? Mandaré a Cuatro para que te traiga algo de comer, yo tengo reunión justo a esa hora.
Él se da la vuelta y se dirige a la puerta.
-¡Eric espera!-Le detengo y voy hacia el. Me pongo de puntillas y le beso la mejilla.
-Gracias.
-No hay de que.- Y me guiña a un ojo antes de salir por la puerta.
Estaba leyendo el libro de Shakespeare cuando Cuatro llega con dos raciones de comida, el come conmigo pero sobre las 15:30 se va y yo me pongo a husmear por el apartamento.
Encontré una puerta pequeña y entro, es una sala pequeña y cálida, la luz entra en la estancia por una ventana con unas cortinas blancas.
En el medio de la salita hay un caballete con un marco, varios óleos están esparcidos por el suelo, y hay una gama increíble de pinceles y de pinturas acrílicas. Recuerdo como me encantaba pintar cuando era pequeña y sonrío sin poder evitarlo.
Hay un baúl algo grande de madera tallada, la curiosidad me puede y lo abro. Hay varios cuadros de paisajes, y uno de una mujer. Le saco con extremo cuidado y le tomo entre mis manos, la rubia mujer está retratada sonriente, los trazos son cortos, con poca pintura, en ella se nota la inseguridad de el que lo ha pintado. La firma de Eric en la esquina derecha del cuadro me hace asombrarme, y entonces comprendo de que la mujer es su madre. Giro el cuadro y leo: Elisabeth, 1993, "la sonrisa más bella del planeta".
Una lágrima rueda por mi mejilla y dejo el cuadro metido en el baúl en el orden en el que estaba.
Este hombre me fascina.
Llego a la salita y me recuesto con el libro, me recojo el pelo en un moño alto y leo cerca de tres horas.
Hasta que me entra el sueño y me quedo dormida.************************************
Gracias por leer osadas!
L♥.
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Save Me-Divergente
FanfictionEn la primera mirada siempre pareció aterrador, en la segunda y la tercera... también. En la quinta ya podía ver su espíritu luchador. En la décima.... #1 en Divergente. 5-1-2019