Save Me-Divergente

Capítulo 11

Me encuentro en la habitación de Eric, sobre la alfombra, sentada, sin nada en mi cuerpo.

Estoy de lado asique no puede verse nada que yo no quiera.

Eric me pidió pintarme así porque nunca pintó un cuerpo de esta manera.
Y yo, estaba tan abrumada que no pude decir que no.
Y ahora estoy con la carne de gallina y una sensación inestable en mi cuerpo.

Le miro, él está sentado en un taburete, se ha cambiado de ropa y tiene una camiseta blanca muy estropeada y pintada ,de tirantes .

Unos pantalones que caen con gracia de su cintura. Está descalzo y toda la estancia huele a él.

Su ceño fruncido y sus ágiles manos pintando con precisión indican que está concentrado.

Me coloco otra vez como estaba antes pero me sonrojo al pensar en cómo estoy ahora mismo.

-Colócate el pelo hacia delante para taparte la cara hasta la boca.

Y yo le hago caso.
Le oigo suspirar.

-Esto es increíblemente difícil y no me refiero a pintarte, sino a aguantar la situación de tenerte así, aquí en mi departamento, conmigo.

-Créeme que es más difícil para mí ahora.

-No nena, aunque no lo creas,  las vistas desde aquí son...-Él suspira.

¿Acaso se ve algo no debido?

-¡Dijiste que desde ahí no se veía nada!-Le grito inquieta, notando como mi cuerpo se sacude con oleadas de algo desconocido.

-Y no necesito ver más de lo que veo para saber lo preciosa que eres en éste momento.

Me callo porque acabo de descubrir lo que siento, deseo.

-Eric, quiero preguntarte algo, no sé si a partir de la pregunta todo irá a peor o a mejor pero lo necesito.

Me mentalizo, voy a decírselo,  voy a decírselo, voy a decírselo.

-¿Sientes algo por mí? -Le digo sin titubeos.

El se queda callado y le miro. El está sonriendo incrédulo.

-¿En serio me lo preguntas?

-Si.

-Pensé que había quedado claro que es obvio que si.

Pensé que me moría ¡Eric dijo que si sentía algo por mí! ¡Lo dijo! El tiempo se ha detenido para mí.

-¿Y tú? ¿Sientes algo por mí?

La pregunta me pilla por sorpresa pero contesto.

-Pensé que había quedado claro, que era obvio también.

Él deja el pincel, y me mira.

-Acercate a verlo.

-Emm estoy desnuda.

- Lo sé nena, ¿Y?

-Pasame una manta.

- El precio que tienes que pagar por el cuadro es venir hasta aquí.

-Si mal no recuerdo fuiste tú el que me lo pidió.

-Mierda, es verdad, tu ganas.-Dice y me lanza una manta.
Me cubro con un brazo y la cojo para ponermela, me levanto y voy hasta allí.

Me quedo alucinada, el cuadro es perfectisimo. Me ha pintado sin mi cicatriz y el moratón de la pierna. Esta increíblemente bien hecho, me quedo sin habla.