Save Me-Divergente

Capitulo 4

Beatrice se sentó a mi lado a esperar que acabaran de decir los nombres, las dos en silencio, pensando en lo que supondría esta decisión de ahora en adelante.

Cuando todos habían acabado, Osadía es la primera facción en levantarse.

Alzo la vista y encuentro a mis padres allí sentados aún.
Mi madre me mira con una tenue sonrisa, y mi padre mira hacia abajo con los ojos llorosos. En cuanto puedo salgo de ahí.
¿Qué acababa de hacer? Ni siquiera estaba segura de que fuese lo correcto. ¿Pero quien podría saberlo?

-¡Vamos Lorena muevete!-dice Beatrice tocándome el hombro.

Me di cuenta de que todos corrían, así que los seguimos, y grito, grito a todo pulmón, porque esto que siento es libertad, mi pelo vuela, hasta mis pestañas se mueven hacia los lados por el viento.

Cuando llegamos a unos postes empezaron a escalar, así que los imito.
Beatrice se queda abajo embobada, sin saber que hacer.

-¡Eh!¡ Vamos!-la grito ya desde arriba.

Aún no viene el tren, así que ayudo a Beatrice a subir el último escalón cuando oigo la bocina.

Todos corren a la derecha y dando a los pulsadores entraban en el tren, Los imité pero subí sin dar al pulsador, Beatrice aún no sube, asique la cojo del brazo cuando la veo cerca, y una chica de piel oscura me ayuda a ello.

-¡Uoh, realmente pensé que te quedabas ahí! -Dijo la chica, que por lo visto va vestida de Verdad, trato de recordarla. -Soy Christina- completa con una sonrisa.

-Muchisimas gracias a las dos, yo soy Beatrice -dice, jadeante, mirando a la chica, mientras la tendía la mano.

-Lorena- digo, haciendo el mismo gesto que Beatrice hacia Christina.

-Espera, tú eres de verdad y ¿nunca te vi antes?, realmente increíble.-dice mirándome.

-A mí me suenas de vista, pero realmente nunca hablamos.

-¿Hola? Me llamo Beatrice, tengo fama de espectro ¿o qué?-Dice ella apoyandose en el vagón y suspirando risueña.

Las tres reímos y coloco mi mano en su cara.

-Cinco minutos sin amigos Prior.

-¡Todos, prepárese!-dice una osada al cabo de un rato.
De repente todos cogen impulso y se tiran del tren en marcha a un tejado, saltando un hueco por el cual cabría un vagón en linea recta.

-Oh vamos, ¿acabamos de saltar y ya tenemos que saltar otra vez?-dice Chris. Me dan malditos escalofríos.

-¿Las tres juntas?-digo, sacando valor de no sé dónde.

-Vale -dicen las dos.

Vamos marcha atrás y saltamos a la vez gritando por la adrenalina.

Aterrizamos en la grava pasando por poco el borde, y nos pusimos a reír de incredulidad.
No era todo tan malo, parecía divertido, aunque muy arriesgado.

Todos miraban al borde del edificio así que nos acercamos, yo me abrí paso entre la gente y visualizo allí a un chico, casi me caigo hacia atrás. ¡Jesucristo!

Se me puso la cara roja al instante, él ni siquiera me había visto aún, me encontraba a su derecha del todo, espero que no mire o me quedaré petrificada en el sitio. Él comenzó a hablar mientras su voz llegaba como terciopelo a mis oídos.

-Hola a todos, yo soy Eric, uno de los líderes de Osadía, para entrar en el complejo tendréis que saltar -dice y baja de la tapia.

-¿Quieren matarnos? -Susurra Chris, y Beatrice se queda seria, está muy concentrada.