Maratón 2/2El día comenzó triste, o eso es lo que se dice cuando llueve.
En cambio a mí, sentir la lluvia caer sobre mi piel, me hace sentir viva.La tormenta se nos echó encima en el campo, llevábamos ya una semana de trabajo en el campo, y me había acostumbrado a que mis uñas no estuvieran muy limpias y mi piel se agrietara un poco en las manos y rodillas. Le había encontrado placer al olor del petricor y a recoger las cosechas.
Después del ataque de osadía, ya no se salía fuera del muro para cultivar, la producción se había visto reducida y las horas de trabajo habían aumentado.
La lluvia deshacía el terreno que entraba en la zona del bosque.
Yo me encontraba con la zada haciendo un surco, los truenos resonaban en el ambiente eléctrico de la tormenta, ni siquiera se veía bien, debías entrecerrar los ojos para ver debido a la cantidad de lluvia que estaba cayendo.Estábamos a punto de irnos de trabajar, cuando una zona blanda del terreno se hunde bajo mi pie derecho y al avanzar hacia delante, una raíz sale, cosa que la lluvia me impide ver, y al avanzar, mi pie se encaja en la raíz y mi cuerpo cae en una postura retorcida, haciendo que mi rodilla cruja fuertemente y mi pierna quede en un ángulo totalmente anormal.
El dolor es tan insoportable que estoy a punto de desmayarme, no es hasta que la gente se acerca a mí, y oigo sus gritos horrorizados cuando me doy cuenta de la zada clavada en mi muslo izquierdo.
La lluvia barre la sangre de mi muslo mientras Cuatro se arrodilla a mi lado llorando, desencajando la zada de un tirón.
Sebastian llega corriendo con más gente y se arrodilla junto a mí, haciendo un torniquete en mi muslo izquierdo con su chaqueta y sujetándome la mano fuerte.
-¡¿Puedes oírme?!-Grita por encima de la lluvia y los resonantes truenos.
Mis ojos se ciertan y abren lentos y me cuesta mantenerme cuerda.
Asiento porque la voz no sale.-¡Van a colocarte la pierna ahora mismo para poder transportarte!-Su voz suena decidida, asustada, y se ve apalacada por el fuerte sonido del fenómeno atmosférico.
El suelo deshecho me hace hueco, como si la propia tierra quisiera que no volviera a levantarme.
Ya tumbada lo más recta posible, una chica me sujeta fuerte de la rodilla derecha y yo grito, mientras que otro a su vez me coge del gemelo y de un sólo golpe, coloca en su sitio mi dislocada pierna.
Yo aprieto la mano de Sebastian y veo por última vez el cielo enfurecido.Cuando me despierto, el dolor sigue siendo tan fuerte que preferiría haberme quedado dormida.
Tris está mirandome la pierna vendada, y en cuanto me mira, me abraza tan fuerte que mi resentido cuerpo se estremece.
-Oh dios- Me dice con una voz débil y temblorosa- pensé que te perdía a ti también.
Yo la abrazo de vuelta e intento incorporarme, pero sólo consigo sentarme un poco.
No siento la pierna izquierda y levanto la sábana completamente, descubriendo que efectivamente, tengo las dos piernas.
Suspiro con alivio y la miro.
-¿Cuánto llevo aquí?¿Qué me pasó?
-Llevas dos días aquí, ¡Perdiste tanta sangre! ¡Todos pensamos que morirías desangrada!-Exclama llorando fuerte.-Tus dolores eran tan fuertes que gritabas dormida, no sólo gemidos de dolor, sino también su nombre Lorena, le llamabas a él.
Su cara es un torrente de lágrimas desenfrenadas que caen de sus rojos e hinchados ojos.
-¿Qué nombre?-Digo en bajito, intentando no llorar también.
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Save Me-Divergente
FanfictionEn la primera mirada siempre pareció aterrador, en la segunda y la tercera... también. En la quinta ya podía ver su espíritu luchador. En la décima.... #1 en Divergente. 5-1-2019