18. Mía y Olivia.

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Liam:

Corría por todo él hospital en búsqueda de una enfermera que le coloque la inyección epidural a mi madre, él hospital estaba desbordado de gente y la mayoría de las que trabajaban allí estaban ocupadas. Cuando giro en dirección al otro pasillo para seguir avanzando, me topo con una Cielo muy preocupada.

¡cielo! -grito y ella se voltea a verme.

-¡Liam! ¿como esta tu mama? -pregunto ella preocupada.

-bien, pero...¿la viniste a ver? ¿o estas de guardia?- me resultaba algo extraño que este esperando sola en el pasillo y en ese estado de nerviosismo, se que con mi mama son amigas, pero... ¡OH POR DIOS! - ¡Ali!- grite- ¿Esta bien?

- Por dios Liam tranquilízate que estas mas pálido que hace unos segundos, Ali esta bien y tiene para rato, es primeriza así que lo suyo va a tardar un rato.- con eso me tranquilizo.

Ahí caía en cuenta, por alguna razón Ali dejo de contestar mis mensajes cuando había jurado apoyarme, esa razón era que estaba por dar a luz ¡y el mismo día que mi madre! <<esto si que es de locos>> pensé. -quiero verla, Cielo por favor -le suplique.

-Claro que podes verla, pero ¿y tu madre?- ¡Mierda! me había olvidado de mi madre, seguro estaba sufriendo como una condenada ¡y todo porque a estas dos mujeres se les ocurre confundirme y parir el mismo día! - Liam si tenes que ir anda, te prometo que cuando esta por nacer te llamo, quédate tranquilo- con eso cambie mi semblante, pero seguía preocupado  ¡no es cosa fácil tener que elegir entre tu madre y tu casi novia! Pero me decidí a seguir corriendo hasta encontrar una enfermera y gritarle que me siguiera.

Una vez llegamos al cuarto con la joven enfermera y la epidural nos damos cuenta que la beba acababa de nacer y le estaban cortando el cordón umbilical.

-¡pero mama! ¡la epidural! -exclame agobiado, ella me sonrió.

-Hijo, no necesitaba ninguna epidural, tuve seis partos sin medicamento u droga alguna y este no iba a ser la excepción. Solo necesitaba que te alejaras un poco porque con tus nervios me estabas poniendo histérica.

-¿en serio?¿te deshaces de tu propio hijo?- dije en tono burlón mientras me acercaba para apreciar a mi pequeña hermanita. Esta era muy diminuta, blanca y...pelirroja? si,pequeños destellos de cabello rojo y anaranjado se lucían en su cabecita, justo igual que su padre.

Los ojos de la pequeña estaban cerrados, se había dormido a los minutos de nacer, y no la culpo, salir por ese pequeño agujero debe ser algo agobiante.

- Es hermosa- Le susurro a mi madre y a john que estaban felices mirando a su pequeño retoño.

-gracias hijo, es igual a su padre, otra colorada en casa- dijo riendo y John la miro con ojos de amor.

-Mama no quería interrumpir el momento...pero...Mía esta por nacer también- exprese abruptamente y fue casi imposible de entender, pero mi madre me conocía y me entendió fácilmente, de mi padrastro no puedo decir lo mismo.

- No puedo creer que sea el mismo día, seguro las bebas se van a llevar genial. -sonrió mientras john la veía extraño.

- ¿De que hablan? -pregunto el esposo de mi madre.

-Ahora yo le explico... -rodó los ojos y rió- corre hijo, anda con Ali, no quiero que te lo pierdas.

Yo inmediatamente sonreí, bese a mi madre y a mi hermana en la frente y me eche a correr de vuelta con Cielo mientras escuchaba a john gritar de alegría y sorpresa porque las dos nacían el mismo día.

 Ahora solo bastaba esperar por Mía.

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Alissa:

Numerosos sentimientos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora