Sábado.
Abro los ojos lentamente cuando un rayo de sol entra por mi ventana y alumbra toda mi habitación. Acostada puedo ver la forma en que la luz se refleja en las lilas paredes haciendo toda clase de dibujos en movimiento, cómo las hojas de los arboles bailan lentamente con el ligero viento fuera de mi ventana y las pomposas nubes se mueven al compás del canto de los pájaros.
De repente siento a mi lado un pequeño gruñido y veo unos hermosos y chocolatosos ojos perrunos que me miran con amor. Mi perra Aby, la dulce labradora que hacia mi vida más dinámica y entretenida ahora me miraba ansiosa esperando a que me levante y le haga compañía.
Mientras la observo sentarse a un lado de la cama mi estomago ruge y me agarran unas muy intensas ganas de hacer pis, pero con mucha fuerza de voluntad las evado, porque mi mente hoy esta demasiado activa y mi cuerpo aun no quiere levantarse.
Pienso en el hecho tan extraño de tener una diminuta personita presionándome la vejiga constantemente y siento como si fuera una respuesta a mi bebe dándome una fuerte patada en las costillas, por lo que una punzada de dolor viene a mi.
La panza de seis meses pesa, y no estoy cómoda en esta posición, así que me ruedo en la destendida cama de dos plazas y siento el peso del feto a un costado de mi vientre.
Mi mente esta como loca y se queja a más no poder, da vueltas y busca una explicación.
¿Porque me metí en esto? ¡Dios!
Fuiste demasiado estúpida Alissa.
Me digo a mi misma mientras pongo mis pies en las rosadas pantuflas y toco el cálido piso de madera.
Seguidamente miro el reloj y... ¡Son las 8:00 de la mañana!
Pensar que antes los sábados me levantaba con una resaca tremenda y como a las 2 de la tarde.
-Mierda. -Susurro con cara de enojada.
Cálmate Alissa, cálmate, pensá en positivo.
Me dice mi conciencia.
Ahora la cosa es así, estas gorda y te sentís fea...pero estas haciendo esto por algo, quizás tu destino era este.
Pero hoy me siento rebelde y mi mente se sigue quejando.
Es que si solo hubiera seguido siendo la misma niña tonta de siempre...esto no estaría así.
A la mierda con mi maldito juicio ¿Para que lo tengo? Si tomo las desiciónes más estúpidas del mundo.
Vuelvo a sentir otra punzada de dolor y mis negativos pensamientos se esfuman.
¡Pero basta de quejarte tonta!
¡Reacciona!
¡Te vas a hacer pis!
Mi cabeza se quejaba.
Adolorida me dirijo hacia el pasillo y corro al baño con cara de loca.
¡Me urgía ir ya!
Entro como una luz al pequeño y blanco baño de mi habitación y me tambaleo un poco al sentarme en el retrete tan bruscamente.
-Ahhhhhhh -Exclame aliviada mientras hacia lo mio.
Así estaba mejor.
Desperezándome, bajo las escaleras junto a Aby en dirección a la hogareña y amarilla cocina para desayunar algo.
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Numerosos sentimientos (Editando)
Romanzi rosa / ChickLitAlissa tiene un mejor amigo, lo conoce desde que tiene razón. Alissa es bastante rebelde y siempre te va a dar su opinión. Ella solo tiene 16, pero por eso no te creas mejor. Su orgullo te va a partir al medio, si te metes en su dirección. Ella tien...