Numerosos sentimientos (Editando)

25. El volvió, parte II

  Alissa:

—Pues así es, como les dije, Marco volvió y la quiere ver. —Volví a repetir luego de explicar todo a los presentes en la sala. 

Mi novio que habia regresado de la universidad estaba todavía asustado porque yo me había descompensado y no paraba de mirarme preocupado, mas luego de lo que les acababa de contar. Los otros allí reunidos estaban en silencio, me miraban pensativos hasta que mamá hablo.

— Yo creo que como padre tiene derecho...el ya cumplió con su condena, y por mas que no me agrade lo que hizo en un principio, creo que debería verla. Obviamente siendo muy cuidadosos con todo... —Exclamo Cielo mirándome a los ojos, como esperando una aprobación.

—Es que no lo se mamá...el no se la gano, no estuvo presente nunca en su vida....

—Pero no porque no quiso hija... quizás en un momentos si, pero luego destino cinco años de su vida para pagar todo el daño que hizo, y ahora quiere remediar todo el tiempo que perdió. —Hizo una pausa y dio un paso hacia mi— Vamos hija, sabíamos que esto tarde o temprano iba a suceder, tranquila que todos te vamos a acompañar, no estas sola con este tema... formaste una familia hermosa con una gran persona—comento mientras miraba suavemente a Liam— y me tenes a mi— Hablo mi madre acercándose cada vez mas hasta envolverme en un cálido abrazo.

—Y a mi —Dijo Stela mientras se acercaba a nosotras y nos abrazaba. Ella había justo llegado a casa cuando yo estaba desmayada y se sumó a la conversación.

— Y obviamente que a mi mi amor, SIEMPRE —Me aclaro mi novio con una suave sonrisa mientras hamacaba a nuestro pequeño Fran.

—¿Y si es una trampa? ¿Si quiere lastimar a Mía? —Les pregunto a aquellas personas tan importantes en mi vida, a esas dos personas tan maternales y pilares de mi vida y a el... papa de mi niño, el amor de mis días.

—¿Que ganaría el con una trampa? —pregunto mi madre. —Recorda qué es su hija la que está en medio, por quién se entregó a la policía.

—No lo sé, no confío...—comienzo por un momento a sentirme dudosa, a inquietarme.

—A mi también me da mala espina... Si llega a ser una trampa se las vera conmigo amor— Gruño mi novio con el seño fruncido.

—Claro, igualmente no queremos problemas chicos...—Mama hablo abriendo los ojos y en tono amenazante — Vamos a probar... sin peleas —Miro a Liam— Y solo por el bien de la niña— Me miro a mi.

—Yo no estoy de acuerdo, no quiero que la vea, definitivamente no —objete.— el pánico y miedo crecían en mi, talvez el egoísmo, no quería compartir a la personita que había sido mía literalmente tanto tiempo.

—Es su derecho hija...

—Derecho que no supo aprovechar cuando tuvo su oportunidad— Estaba enojada, se me mezclaban los sentimientos y recordar me hacia ponerme cada vez mas furiosa.

—Lo se mi niña, pero no dejes que tu odio y rencor hagan que tu hija no disfrute de su padre— Me miro con ojos de tristeza— Porque quieras o no el es su padre.

—¡Liam la crío! ¡EL siempre estuvo para ella!—Mi enojo crecía— Padre es el que educa, no el que pone los espermas!— Estaba casi gritándole a mi madre y Liam me detuvo.

—Ella no tiene la culpa amor...—susurro mi novio a mi oído, tranquila por favor.

—¡Pero no quiero, no quiero que la vea!¡Y ella se pone de su lado!— estaba exasperada, no entendía a mi madre.

—Yo no estoy de su lado Ali —Cielo siempre hablando con ternura, nunca levantando la voz— solo que con el tiempo aprendí ciertas cosas que a vos te faltan comprender. Ahora dejo en tus manos esta decisión, pero créeme que te estas equivocando...porque los niños crecen y tarde o temprano se dan cuenta de las cosas...

—No la va a ver y punto— dije muy neciamente— y menos facilmente.— 

Mi madre se quedo callada unos segundos para luego exclamar

—No digas que no te avise.

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Los meses pasaban y cartas llegaban de el. Marco había iniciado los tramites judiciales para poder tener un régimen de visita y una cuota alimentaria con el fin de acercarse a mi niña. 

Cartas que nunca conteste, *audiencias a las que nunca fui...

Y el tiempo que pasaba...

Nueve meses la justicia tardo en total para que los tramites avancen, y el 18 de diciembre, cuando mi hija tenia ya sus seis años, Marco iba a poder verla y  nada ni nadie podría evitarlo, ni siquiera yo siendo su madre.

El día que nunca quise que llegara finalmente llego... 

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Audiencia*: sitaciones del juez para llegar a un acuerdo firmado, en este caso entre los padres de la niña.

Foto: Mía a sus 5 años.