14: dos días.

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Las palabras de Avi quedaron dando vueltas en su mente por largas horas, como un recordatorio de que lo que estaba pasando era real, no se trataban de jugarretas de su activa imaginación. En el fondo sabía que Scott lo deseaba, de otra forma no lo hubiera besado, dos veces, no lo hubiera tocado como lo hizo. Demonios! el solo recuerdo de Scott tocándolo mientras él yacía semi desnudo sobre el piano era suficiente para quitarle la respiración. Pero todo esto lo obligaba a hacerse preguntas más complejas...

¿qué sentía él por Scott?

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Cada hora es una tortura para Mitch, ni siquiera se dio cuenta de cuando empezó a calcular el tiempo, pero la verdad era que estaba totalmente consciente de la cuenta regresiva para su matrimonio, para enfrentar el único destino que estaba escrito para él, desde el momento en que nació varón. Por lo menos aún tenía un poco más de una semana para hacerse a la idea.

Pasó el resto de la tarde encerrado encerrado en la biblioteca, sintiéndose demasiado desgraciado para lidiar con el mundo, ni siquiera quería ver a Scott, porque cada vez que se reflejaba en sus ojos, se preguntaba cómo iba a pasar el resto de su vida sin volver a verlo. Era de noche cuando obligó a su cuerpo a caminar por los pasillos de la mansión, con el único objetivo de seguir sintiéndose miserable en la habitación, pero antes de alcanzar la esquina del pasillo, lo llamó la voz del detective.

-Joven Grassi!- Ouch, otra vez es "joven Grassi" -Lo estaba buscando, su padre y Lord Maldonado quieren hablar con usted, están en el estudio.

¿De qué demonios querían hablar ahora? ya le habían arruinado la vida. Sin hacer contacto visual, se giró y caminó frente al detective hasta el estudio. Cuando llegó a la puerta, los nervios lo golpearon. No necesitaba otra mala noticia y, a menos de que quisieran decirle que la boda se cancela, de seguro eran más malas noticias. Miró hacia arriba, hasta encontrar los azules ojos de Scott.

-¿Sabes de qué quieren hablar?- Su tono tímido y dudoso dejó claro el miedo que lo invadía.

-No lo sé- Respondió el detective, buscando una manera de tranquilizar al muchacho, agregó -Estaré en la sala contigua y la puerta conectora estará un poco abierta, tranquilo, no estarás solo.

Las palabras de Scott no hicieron mucho por tranquilizarlo, de todas formas esbozó una falsa sonrisa y abrió la puerta. Al otro lado, se encontraba su padre y el tutor de su futura esposa, charlando animadamente, pero hicieron silencio cuando notaron la presencia de Mitch. Ni siquiera le ofrecieron tomar asiento, así que permaneció incómodo en medio del estudio esperando que alguien rompiera el silencio.

-Esto será rápido, Mitch- Dijo Lord Maldonado -tenemos un anuncio para ti.

-Sí, un pequeño cambio- Continuó su padre -Lord Maldonado necesita volver a su hogar en las afueras lo antes posible y como es de suponer, no lo hará hasta ver que su sobrina y protegida se encuentre casada e instalada en su nuevo hogar.

El corazón de Mitch comenzó a latir a mil por hora, esto no podía ser nada bueno, luchó contra sus ganas de escapar para seguir escuchando a su padre.

-Es por esta razón que hemos conseguido una licencia especial...la boda será en dos días.

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