El disparo que retumbó en el aire, le heló la sangre a Mitch. Estaba seguro que Avriel y Kirstin también estaban corriendo por el pasillo, a sus espaldas, pero no se molestó en mirar sobre su hombro. El dolor en su pecho se hacía más y más grande con cada paso.
Tiene que estar bien.
Cuando llegó al lugar de donde surgió el aterrador sonido, una puerta se abrió cerca de ellos. Con idénticas expresiones sombrías salió por esa puerta el Magistrado y su subordinado. Mitch perdió todo recato y se abalanzó sobre ellos con preguntas.
-¿qué sucedió? ¿Ese fue un disparo?- dudó un segundo -¿Scott está ahí dentro? ¿Acaso.....
Afortunadamente, el Magistrado tuvo la calma suficiente para explicar la situación sin alterar más el ambiente.
-El detective Hoying está bien...y el detective Olusola también. Nadie a muerto, aunque Lord Maldonado no ha tenido tanta suerte. Vuelvan todos al salón y les explicaremos todo lo que ha pasado.
Por el rabillo del ojos, Mitch vio como Avi tenía a Kirst entre sus brazos, no cabía duda de que ella era de las más afectadas. Todo el mundo caminó por el pasillo hasta el salón, pero Mitch se negó a mover un músculo hasta comprobar con sus propios ojos que SU detective estaba sano y salvo.
El alivio fue tan grande cuando segundos después ese rubio, alto salió por la puerta que le importó una mierda dónde estaban o quien podría verlos. Se lanzó a los brazos de Scott y lo apretó con toda su fuerza. Incluso no pudo soltar su brazo mientras caminaban por el pasillo, necesitaba saber que era real, que estaba bien, que estaba ahí, con él.
Sin embargo, una vez en el gran salón, Mitch tuvo que liberar al detective para que hablara con voz fuerte y clara. Explicó cómo planearon acorralar a Lord Maldonado sin muchas pruebas pero con seguridad, cómo el Magistrado, su ayudante y el detective Olusola estaban en la habitación contigua escuchando toda la conversación y cómo éste último había entrado en el estudio en el momento justo, para interceptar el disparo del hombre, que ahora sería juzgado por las máximas autoridades.
Al parecer, Kevin entró a tiempo para empujar el brazo del Lord que empuñaba la pistola, sin embargo, el golpe que recibió luego fue suficiente para dejarlo inconsciente y fuera de combate. El futuro de Lord Maldonado no era desconocido, sería juzgado y condenado con rapidez, pero incluso en ese momento, el que para Mitch significó saber quién era el hombre que quiso matarlo y sus distorsionadas razones, su mente estaba distraída con pensamientos que no tenían nada que ver con él y su bienestar.
Buscó a Kirstin con la mirada y la imagen que encontró lo tranquilizó un poco. La chica lo acababa de perder todo, no tenía familia ni dinero para vivir. Acababa de descubrir que el hombre que era su tutor era en realidad un loco asesino, pero Mitch no la encontró llorando. Esa era la conexión que sintió desde el principio con la muchacha, ambos habían estado atrapados con personas que no los apreciaban en lo más mínimo y Mitch ahora podía ver el alivio en los ojos de Kirstin. La misma Kirstin que a pesar de todo tenía una pequeña sonrisa en el rostro mientras Avi tomaba su mano. Podría no tener familia ni dinero, ni siquiera un título, por ahora; pero ella no había perdido nada, por el contrario, había ganado un amor puro y un futuro brillante.
Cuando Scott terminó de hablar, toda la gente empezó a retirarse y antes de que Mitch pudiera encontrar la forma de volver a pegarse a su cuerpo, su madre apareció a su lado.
-Es una lástima que no haya boda...sin un tutor no podemos obligar a la chica y parece que ya encontró algo mejor que tú- Dijo con desprecio, mirando hacia donde Kirstin seguía junto a Avi y a Mitch le hirvió la sangre.
-Pues yo me alegro de no tener como suegro a un maniático asesino que quería matarme, Madre.
-Ah! si si, esta bien- La marquesa ni siquiera intentó ocultar su falta de interés- Creo que será Lady Candice después de todo.
-ah?- Mitch no tenía la más mínima idea de lo que estaba hablando su despótica madre.
-La boda Mitchell! creo que ella era la segunda opción de tu padre.
Tan poco duró la tranquilidad de Mitch, aún ni encerraban al maldito ese y su madre ya estaba arreglando otra vez su boda. ¿qué más podía esperar si ni la mujer que lo trajo al mundo lo soportaba? Antes de que Mitch pudiera gritar de frustración, llegó Scott a su lado, para calmarlo, como siempre. Pero su madre habló primero.
-Ya nos vamos Mitch.-Dijo la mujer.
-Primero tengo que hablar con el detective Hoying- Replicó rápidamente Mitch.
-No. Nos vamos, ahora.- Scott hizo uso de su autocontrol para no plantarse frente a tan agria mujer, pero Mitch volvió a sorprenderlo una vez más.
-No madre, aún no. Tengo que hablar con el detective Hoying y lo haré sin que tú estés presente.- Mitch no recordaba haberle hablado así de golpeado a su madre jamás. La marquesa pareció pensarlo varios segundos, luego se giró hacia al rubio y dijo con su tono frío.
-Tienen 5 minutos. Mañana por la mañana pueden llevar sus pertenencias a Bow Street.- Y con eso, se retiró del salón.
Sus palabras quedaron dando vueltas en la mente de Mitch. La investigación se había acabado. Scott no volvería a casa con él y la sensación de vacío en su pecho crecía más y más. ¿5 minutos? ¿ese era todo el tiempo que tenían? ¿ya no volverían a verse jamás?
-Scott...yo...- Nada más salió de su boca, no sabía qué decir. Podría haberle dicho que lo amaba, pero eso no cambiaría nada y estaba seguro que Scott podía verlo en sus ojos. -Si quieres puedes ir hoy por tus cosas y---
-No- Lo interrumpió el detective -mañana está bien.
Se sumieron en un profundo silencio, como si todo el alboroto en el salón en realidad no existiera y solo estuvieron ellos dos, solos, despidiéndose en silencio.
-Ya debería irme...
-Espera, Mitch!- Se apresuró en decir Scott y se volvió a ahogar en esas profundidades oscuras. Demonios! los ojos de Mitch reflejaban tanto anhelo, tanta adoración que le dolía en pecho. ¿pero qué sentido tenía decir que lo sentía, que lamentaba no poder tenerlo, que lo mataba por dentro dejarlo ir? En cambio, se comportó como un maldito cobarde -Espero que todos tus sueños y deseos se hagan realidad...
Todas las esperanzas de Mitch cayeron al piso y murieron de golpe. Eso era todo. Se había acabado...para siempre.
-Adios, Scott.
ESTÁS LEYENDO
Prohibido
FanfictionMitch es el único hijo de los marqueses Grassi, condenado a un matrimonio arreglado y una vida sin amor. Pero una oleada de crímenes en las calles de Londres lleva al apuesto detective Hoying a proteger la mansión Grassi y al joven heredero, ponie...