27 y final: Sabía que me encontrarías.

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Les advierto que no soy una experta en cuanto a fechas e historia de Londres, así que puede haber errores aquí.

En fin, gracias por hacer este viaje conmigo, en mi primera historia.

Y hablando de viajes...


*** *** ***

Scott volvió a clavar sus ojos en los papeles que tenía en la mano. Dos pasajes a América, esa tierra para soñadores, colonias sin nobleza, sin historia ni pasado; una tierra nueva donde sólo los más atrevidos estaban formando un nuevo mundo. Dos pasajes para hoy al atardecer.

-¿qué es esto? No entiendo...yo- Estaba sin palabras.

-Es un regalo- dijo Avi -queríamos darles la opción de elegir. No hace mucho tuve una conversación con Mitch, fue cuando supe que él de verdad te ama. Eres la persona que lo saca de la caja de cristal, ¿sabes? Supongo que te habló de su sueño, no puede evitar ser transparente.

Hubo otro silencio enorme, que Scott aprovechó para intentar procesar toda la información.

-Esto debió costar una fortuna- dijo señalando los boletos en su mano.

-No hay nada que un astuto detective, un futuro duque y una chica intrépida no puedan conseguir- Dijo Kirstin con una gran sonrisa -¿qué dices? Podrían fugarse.

Fugarse...

Al parecer Mitch lo amaba y él era un estúpido por no ser capaz de aceptarlo antes. Fue un cobarde por no decirle a la cara a Mitch cómo sólo él podía hacerlo sentir tan vivo y a la vez como si no estuviera en este mundo, por es Mitch Grassi y es absolutamente celestial. Ahora esto, esta posibilidad. Mitch tendría que dejarlo todo atrás ¿sería suficiente la promesa de un futuro en unas tierras lejanas? Por lo menos ahora existía la forma.

-Yo...nunca pensé que podría preguntárselo- susurró, más para sí mismo que para esas personas que estaban intercediendo por su felicidad.

-Entiendo que es complejo para ustedes- Dijo Kirstin, que parecía ser la más animada con todo el plan -No es como si pudieras proponerle matrimonio... ¿quién sabe? Quizás algún día. Pero por ahora es esto. Mitch no dudaría en seguirte al fin del mundo.

-Te voy a extrañar, amigo- Kevin puso su mano en el hombro del rubio -Quiero que seas feliz...no mires hacia atrás...¿Entonces...qué dices?

Scott subió la mirada y sonrió.

-Sólo nos falta un pasajero.

.

.

.

Una hora más tarde, Scott estaba entrando por las grandes puertas de la mansión Grassi, donde lo recibió el mayordomo. Cuando le dijo que necesitaba hablar con Mitch, sólo le dedicó una mirada amable y no dijo nada acerca de las flores que llevaba el detective en la mano.

El mayordomo desapareció por el pasillo y volvió sólo unos minutos más tarde. Scott se contuvo de correr por las escaleras y encontrar a Mitch él mismo. Quiso pasarse los dedos por el pelo, pero tenía la mano ocupada con esas flores, que estaban mustias por la fuerza con la que las apretaba. Se supone que debía llevar flores si se iba a declarar. Maldita Sea! Jamás había estado tan nervioso.

-El joven Grassi lo recibirá en la biblioteca- dijo el mayordomo.

La biblioteca...claro.

Cuando entró por el umbral de la biblioteca, lo encontró en la esquina junto al piano. Tan arrebatadoramente etéreo como siempre. Cuando el joven levantó la vista, Scott no pudo pasar por alto las sombras oscuras bajo sus ojos rojos, aun así era la cosa más hermosa que jamás había visto.

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