Capítulo 57

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Semilludo comenzó a llamar al pequeño cachorro de color blanco, pero por más que le gritara que viniera hacia el y se semtara a su lado, este hacia caso nulo a las palabras del Lugarteniente del Clan Perdido, como si le estuviera gritando a una roca.

Pluma de Colibrí sentía como la bilis le subia por la garganta. No, no podía ser, el era el elegido, el Clan Estelar o habia mandado para la salvación de su Clan, el mo podia ser...

La joven Curandera alzó los bigotes, esperanzada. Quizá simplemente no quería ponerle atención. Iba a hacer la última prueba, antes de asegurar la horrible respuesta al problema del joven felino.

Le maulló a Semilludo que parara de gritarle, a quién ya se le estaba empezando a gastar la voz de tanto intentar llamar la atención del cachorro con el pelaje de la nieve.

La atigrada de color anaranjado dió un paso adelante, con el corazón dandole tumbos por lo que podía pasar si el experimento no funcionaba. Tras tomar una bocanada de aire, maulló:

-¡Ven, pequeño! ¡Ven conmigo a jugar! -dijo intentando sonar amistosa- ¡Vamos, ven! ¡Te puedo mostrar un juego muy divertido!

Copito de Nieve se quedo mirandola con expresión confundida, sin hacer ningún movimuento en sus peludas orejas. Las sospechas de la gata se hacian cada vez más grandes, y trataba inutilmente de alejarlas de su cabeza.

Ahora, empezó a mover la cola dando la señal de que se acercara, haciendo que el joven cachorro corriera hacia ella con la cola erguida, sin presenciar ningún movimuento en sus orejas.

Pluma de Colibrí dio un paso atras atemorizada, haciendo que Copito de Nieve se la quedara mirando extrañado. Al final, las sospechas eran verdaderas. La Curandera susurró con un hilo de voz:

-Copito de Nieve...es sordo.

******

Cuando me detuve, la gata atigrada se paralizó, con los ojos azul hielo detenidos. Era como si hubiera sido metida en hielo. Un rato después, abrió y cerró la boca débilmente. ¿Que le habia pasado?

Con los pelos del cuello algo erizados, dió unos pasos rígidos hasta llegar donde el enorme gato gris de ojos ámbar. Abrió y cerró su boca cerca de una de sus orejas, para a continuación comenzar a caminar hacia la entrada de una guarida e internarse en ella. Una vez que su cola atigrada entró por completo en el túnel de aulagas, el gato gris se levantó y tambien se internó en el refugio. Todos los gatos que estaban a mi alrededor se miraron confundidos entre sí.

El gato blanco con pequeñas manchas marrones abrió y cerró sus fauces pasando su mirada anaranjada por todos los demás gatos, que apenas el gato terminó de mover la boca todos se fueron a distintas partes.

Yo, apenas entendiendo lo que pasaba, caminé hacia la guarida por donde la gata atigrada y el felino gris habian entrado antes; y, sigilosamente, asomé mi cabeza por el túnel de aulagas.

Lo que ví me dejo atónito.

Copito de Nieve: La vida cambia rápido (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora