Copito de Nieve: La vida cambia rápido (PAUSADA)

Capítulo 17

No lo había notado, pero en poco tiempo me terminé toda el agua. Ya no tenía sed, pero ahora tenía mucha hambre. Rebusqué en la "cosa" negra y azul para ver si había comida, pero no encontré nada.

Me recosté en la tierra a pensar. Recordé los últimos días en los que había estado en el Clan. Recordé a mi madre que me enseñaba unos movimientos raros, y yo no entendía.

Pronto, recordé cuando era muy pequeño, y salí al campamento, accidentalmente me había adentrado en el bosque. Estaba perdido, cuando de la nada ví a un gato. El estaba como agachado, tenía la cabeza y la cola quietas. Pronto, dió un enorme salto y al poco tiempo regresó con un ratón en la boca, asustado de que me viera, recuerdo que corrí y llegué de vuelta al campamento. Pronto mi cabeza me llevó de vuelta al tiempo en el que mi mami me mostraba movimientos raros. Entonces, asimilé las imagenes. Mi mami y el gato habían estado en poscisiones muy parecidas:La cola quieta, las patas agachadas, la cabeza abajo...

Y porfín, comprendí. Todo ese tiempo en el que estaba con mami ella había tratado de enseñarme a cazar. ¡Pero que cabezota soy! Y de un brinco, me levanté del húmedo y frío suelo de tierra. ¡Tengo cabeza de ratón! Sin darme cuenta, todo este tiempo pude haber aprendido a cazar. Pronto, mi barriga rugió. Tenía mucha hambre. Tengo que salir de este hoyo.

Me acerqué a una pared de tierra. Medía probablemente unos cinco gatos de altura. Miré alrededor en busca de un mejor lugar para escapar, pero no hay otra salida. Con mucho cuidado, me agarré de una raiz con mis colmillos y comenzé a trepar, era difícil y tenía miedo, pero es la única manera de regresar a casa. Con mis garritas me podía agarrar de las raices los suficientemente fuertes para poder trepar. Iba bastante bien hasta que una de las raices que sujetaba con mis patitas traseras se rompió ¡Noo! Desesperado, busque otra ramita para agarrarme, pero al intentarlo, me resbalé y me caí duramente en el suelo.

Para mi suerte, no me dolió mucho y me levanté, para seguir trepando. Con mayor cuidado, me agarraba de las raíces mirando y comprobando si eran lo suficientemente resistentes para sostenerme. Cuando pensé que estaba a una buena altura, miré hacia abajo para ver como avanzaba. Estaba bastante lejos del suelo ¡Por fín saldré! Entonces me volteé y seguí subiendo, pero justo entonces, un extraño bicho que me daba miedo salió de un hoyito en la pared de tierra ¡Oh no! Intentando mantener la calma, avanzé más rápido intentando alejarme de aquel terrorífico animal. Justo entonces, el pequeño bicho se me acercó a mi nariz y se subió. Sin poder sosportar más el miedo, me solté de las raíces y me caí otra vez.