Simplemente Tú, Mi Profesor

Capítulo 19 ''¿No se suponía que iba a luchar por mí?''

Suena de nuevo el timbre, tiemblo de solo pensar que volveré a verle, que volveré a mirarle... me duele tanto que no me mire, que no me busque como lo solía hacer antes. Qué me mire como si le diera asco y que disfrute de que sea una marginada... Odio esta sensación, odio amar a alguien que me trate así. Qué no me dedique ya ni  una mísera sonrisa perfecta, ni una tonta mueca de alivio al verme, aunque para mi era lo único que existía en mi ser, lo único que existía en mi interior. A veces me canso de luchar y luchar por algo que se que nunca volverá a ser la mitad de lo que era antes. Me levanto del suelo al ver a los de mi clase salir disparados al recreo... Ahora recreo, ¿qué haré? ¿con quién estaré? Me encojo de hombros y respiro hondo e intento con todas mis fuerzas relajarme. Pero entonces lo veo salir con Carla, mi corazón se me para y se me encoge, me siento mucho peor que antes. Está riéndose con ella y creo que no nota mi presencia, mi tonta y pesada ausencia. La coge del brazo y la dirige a su despacho. Cuando entran oigo sus risas, sus putas risas. Puedo sentir como en verdad sabía perfectamente que estaba ahí, que estaba observándolo todo, que me estaba rompiendo en pequeños pedacitos pero ¿qué más dará lo que yo siente, no?. Yo también besé a alguien y me porté muy mal... ¿¡pero... qué coño dices Larina!? Él debería entender como te sentiste, como era normal que no confiaras en él después de todo lo que tú pasaste con aquel hijo de puta. Me tapo los oídos cuando sigo escuchando sus risas y ruidos... ¡No por favor no, no otra vez! Me agarro de los pelos con todas mis fuerzas, antes de salir corriendo de allí, no puedo aguantar más, no puedo ser dura en su presencia, no puedo relajarme cuando me mira, no puedo dejar de sonreír cuando me mira ¡no puedo hacer nada de lo que me juro una y otra vez! Llego a una calle muy transitada y dejo que el ambiente me deje llevar, no puedo soportarlo más, no puedo querer a alguien que me trata tan mal... ¿No se suponía que iba a luchar por mí? ¿No se suponía que me iba a perdonar pasase lo que pasase? Nada de lo que quería con él se cumplió,  lo que recé una y otra vez desvaneció... simplemente desvaneció.

Llego a un bar de color oscuro, pero a la vez llamativo. Hay un cartel en la entrada que dice ''permitimos la entrada a menores, bajo vuestra responsabilidad''  ¡Perfecto! Abro la puerta y me encuentro con un olor a rancio, pero que poco a poco se va desvaneciendo... poco a poco. La mayoría de los que están en esta sala, son de mi edad, mucho mejor. Estoy harta de la gente mayor, de la gente que solo piensa en ellos mismos, no en lo que podría sentir otra persona... Me acerco a la barra y pido un ron con Coca-Cola... Seré muy pequeña para esto, pero si no me despejo de este puto infierno ¿qué me queda?