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Pequeño comentario:
Holii, como tengo muchas visitas y me he cansado de la otra foto, he echo una nueva portada... me gustaría que me dieran sus opiniones y espero que os guste, thaaank.
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Estoy acostada en una cama blanca y grande, es de matrimonio. Me levanto y al mirarme en el espejo veo que no tengo nada de ropa, cojo rápidamente una sábana que está en el suelo y me la pongo alrededor de mi cuerpo brillante y desnudo, estoy algo confundida porque estoy hinchada y no sé donde estoy... esta no es mi cama y tampoco mi casa. Abro la puerta y paso por el pasillo- ¿Hay alguien?- nadie contesta, mientras mas avanzo más cómoda y a gusto me siento. Veo unas escaleras blancas y relucientes, bajo una por una con un poco de miedo ¿dónde estaré? ¿con quién? Al terminar las escaleras escucho como un chico tatarea una canción, me suena esa voz y mucho más esa canción. Me acerco más y más hasta que llego a una puerta, está cerrada, pero se puede ver claramente como no lo está con llave. De ahí procede ese ruido tan conmovedor. Sin pensármelo dos veces abro la puerta y me veo un chico sin camisa, moreno y musculado. Es muy sexy y se parece mucho a... ¡o no! Al girarse veo su sonrisa resplandeciente y con los ojos más brillantes que nunca, es tan precioso que me duele admitirlo.
-Ehh... Alejandro ¿qué hago aquí?- le digo con el ceño ligeramente fruncido. Él, sin embargo, me sonríe y me indica con las manos que me acerque, me acerco y me abraza como nunca lo había echo- dime por favor que hago aquí- le ruego apartándome aunque no me quiera separar de él jamás- respóndeme- sigue tan tranquilo y me vuelve a abrazar, pero esta vez me deja un reguero de besos en el cuello antes de contestarme- vives aquí boba, ¿a qué viene eso?- dice mientras me pega a la pared delicadamente- me aparto de nuevo y me quedo observándolo- ¿Cómo que vivo aquí? ¡eso es imposible! seguro que me haz secuestrado mientras estaba dormida y seguro que tú me haz desnudado- se echa la cabeza y se aleja de mí, se ve que está confundido, pero me da igual- ehh Larina ¿de qué hablas? vives aquí desde hace un año y estamos esperando un bebé- a parto la mirada de la suya, no puedo ni mirarle- mírame por favor- le miro y me sonríe, se acerca más a mi y me devora la boca- ¿cómo que un bebé?- le vuelvo a mirar, pero no me hace caso omiso- va a hacer preciosa o precioso ¿quién sabe, no? va a parecerse a su mami, va hacer tan perfecta como tu, cariño- sin darme cuenta se me cae una lágrima que él rápidamente la atrapa y me la aparta- no llores cariño, todo saldrá bien, te lo prometo- asiento sin poder creerme lo que me está diciendo, pero solo se que no me falta más nada, me toco la barriga y noto un gran bulto. Pero al levantar la cabeza veo que ya él no está... todo se desvanece no veo nada, solo veo muchas flores. Al bajar la mirada, soy una niña con unas rosas en la mano, sigo caminando y veo a mi madre en esa tumba ¡o no!
Me levanto exasperada y con gotas de sudor, mi respiración es acelerada, me agarro a la mesilla de noche para poder levantarme y miro la hora, son las siete y media de la mañana. Voy a bañarme, lo necesito urgentemente. Entro en el baño, me miro al espejo y me veo la cara desfigurada, soplo con fuerza. Odio mi cara mañanera, odio mis ojos, odio mi cuerpo ¡lo odio todo!
Me quito de manera malhumorada la ropa y me meto con el agua fría en la bañera, me da igual, no siento nada. No hago caso omiso, cuando el cuerpo me exige que caliente el agua en forma de calambres fuertes y largos. Cierro los ojos y meto la completamente el cuerpo en el agua, contengo la respiración, no sé exactamente cuanto tiempo estoy así. Cuando saco la cabeza, parece como que nunca había respirado, toso, mucho creo yo. Parece que mis pulmones vuelven a la vida, como si nunca habrían existido, salgo del agua y me pongo una toalla sin ni siquiera secarme el cuerpo. Entro en mi cuarto y miro la hora de nuevo son las son las ocho menos diez, me quedan menos de veinte minutos para que empiecen las clases. Abro el armario y me pongo un vestido de flores de colores y unas converse blancas. Me peino y me ondulo las puntas, me pinto los ojos con una pequeña rallita negra en cada ojo y me pinto los labios de un rojo apagado. Voy al cuarto de mi madre y le doy un beso en la frente, no se entera ya que está dormida. Bajo las escaleras y cojo la mochila que está encima de la mesa, ya que mi madre me la puso anoche. Abro la puerta, hace calor menos mal que me puse un vestido. Cruzo la calle y me adentro en la ciudad, me pongo los cascos y escucho alguna que otra canción, no le pongo importancia a cual sea, solo quiero entretenerme y no pensar en el sueño. Cada vez que pienso en el sueño, se me erizan los pelos, hasta los de la cabeza. ¿Cómo sería estar así con él? ¿o con otra persona? ¿cómo se sentiría alguien al ser padre? Tiene que ser una felicidad absoluta y completa. Me quito ese pensamiento, soy muy joven todavía para pensar en esas cosas de adultos.
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Simplemente Tú, Mi Profesor
CasualeYo tan simple. Él tan complicado. Yo tan risueña. Él tan reservado. Yo tan transparente. Él tan ... No puedo estar con él, es mi profesor, él no me conviene. Demasiados problemas, demasiadas mentiras. Pero no lo puedo evitar... no puedo evitar suspi...