Capítulo 35 ''Hazle caso a tu corazón Larina''

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Larina

Paso la mano por el espejo empañado, me miro en el espejo y arrugo el ceño. Ya han pasado tres interminables y largos días desde que llegué a casa de Norma. La verdad es que me han tratado muy bien, en estos días nos hemos pasado el mayor tiempo jugando a juegos de mesa y comiendo helado de chocolate mientras veíamos una película de esas que me gustan a mÍ. Aunque en realidad no tenía ni idea de que me gustase ya que nunca las había visto. Son esas típicas películas en las que los chicos son los que destrozan a las chicas, se ríen de ellas; aunque en realidad se mueran por ella sin que se den ni siquiera cuenta y éstas piensan que no pueden vivir sin él. Me parecen ridículas ¿Cómo no vas a poder vivir sin una persona, si antes de conocerla eran la misma y estabas vivita y coreando? Me dan ganas de traspasar la pantalla y decirle a esas idiotas ''mírenme, llevo casi dos semanas sin ver a Alejandro y aquí estoy; en una casa que ni siquiera es la mía, comiendo helado como si mañana fuese a morir''. Y se que ellas me mirarían y se echarían a reír mientras la más popular me dijese con aire de chula y muy convincente ''Tu solita te lo haz buscado, aquí la única idiota eres tú, no nosotras''.

Me pongo la toalla por encima y salgo sin pensar en nada más del baño, voy hacia mi cuarto y cierro la puerta. Me pego a la puerta y cierro los ojos, de repente y sin que pudiese evitarlo millones de imágenes me vienen a la cabeza de Alejandro. 


Alejandro salía del baño con una toalla rosa de flores. Claramente me la había robado, como siempre. Cada vez que se bañaba se la ponía, y la verdad es que estaba para comérselo hasta con eso.

-¿De verdad qué te gusta mi toalla?- mi risa sonaba muy alta en esa pequeña habitación.

-Sí, me encanta. Aunque sinceramente me gusta más la dueña, pero shhh- se tapo la boca con un dedo- no se lo digas- dijo y me picó el ojo mientras se acercaba a el armario a coger sus bóxers. No podía parar de sonreír, siempre decía cosas que hiciesen que sonriese, por muy tontería que pudiese  llegar a ser. Por un momento me imaginé como sería vivir eternamente con él, con sus locuras, con su amor. Y la verdad es que mi corazón dio un vuelco, ojalá que esto durase mucho tiempo, aunque tenga un presentimiento de que eso no pasará, de que algo hará que nos separemos, de que volvamos a lo de siempre.

-Oye- me dijo mientras se acercaba a la cama con el bóxer negro puesto. Yo subí y bajé los hombros en señal para que me dijese lo que quisiese decirme, pero al ver que no se percató de mi gesto subió la cabeza hacia mí y yo le dije mientras no podía apartar los ojos de los suyos. No sabía porque pero siempre me quedaba hipnotizada; tenía tantos secretos en ella, y  lo peor de todo es que no revelaba ninguno, aunque me muriese por saber todos y cada uno de ellos.

-Dime amor- fue lo único que pude decir porque solo deseaba que se acercase más y más hacia mi y poder sentir el suave tacto de sus labios sobre los míos. Poder sentir sus manos por mi cintura y sentir que es real, que no es solo un sueño. A veces pienso que es un sueño, que no es realidad que alguien tan hermoso como él se fije en mí, se fije en una chiquilla que ni siquiera todavía a acabado la carrera, y que ni siquiera es mayor de edad. Él sonrió, porque sabía perfectamente lo que había pensado,como siempre. Siempre tenía ese poder; Sabía perfectamente todo lo que pasaba por mi mente, y yo ni siquiera sabía el principio de su historia, esa que contaba a través de sus ojos, pero que nunca me había llegado a mencionar. Por ello, se acercó a mi y me dejó un reguero de besos por mi cara mientras yo lo atraía mucho más a mi. Me agarró por la cintura y sonrió tímidamente. Cuando estábamos a centímetros de pegar nuestros labios dijo despacio y sosegadamente:

-¿Quién es la persona que más quieres en el mundo?- yo sin querer, y sin darme cuenta lo alejé un poco y fruncí el ceño. ¿Como que quién era la persona que más quería en el mundo? ¿Él sabía algo?

Simplemente Tú, Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora