Capítulo 27 ''Eres perfecta Larina''

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Alejandro

Cuando le dije a Larina que me besara, pensé que me daría un bofetón o que me insultaría pero cuando se fue acercando poco a poco hacia mí. Me sentí completo, ya no quería nada más. No me hacia falta nada más, no quería ni que me volviera a decir lo que yo ya sabía. No quería recordar lo que hizo, no quiero pensar en esos labios rodeados de otro que no soy yo. Se que esta relación me puede perjudicar, se que puedo meterme en un gran lío si se enteran que estoy con una menor... Ahora mismo me da igual, las leyes, todo no me importa absolutamente nada, solo ella. Larina es la única chica que en un simple mes, me hizo quererla mas y mas. Pegamos nuestros labios y sin darme apenas cuenta cierro los ojos y le agarro la cara con ambas manos, me hundo en ella, en su olor, en su deliciosa boca. Ella suelta un pequeño gemido y yo sonrío en medio del beso. No sé si pasaron años, días, horas, minutos, segundo, la verdad es que no puedo asegurar cuanto fue... solo se que nunca había deseado tanto como deseo a esta chica. Miro de nuevo sus ojos y ella sonríe, vuelvo a mirar con deseo sus labios y vuelvo a besarla, esta vez con mucha más fogosidad que la primera vez. Ella me tira del pelo y yo gimo de placer, que delicioso es esto. 

Se va levantando poco a poco sin dejar de besarme y se sube encima mía cuando yo la impulso y se pone como un mono encima mía, vuelvo a sonreír esta niña me vuelve loco, hace que pierda completamente los esquemas. Le muerdo el labio inferior y vuelve a gemir, pero esta vez los dos juntos. Nos adentramos al baño de ese cuartucho del hospital, me separo un momento de su boca y cierro con llave, no quiero que nadie nos moleste, esta vez no. Me giro y volvemos a besarnos y ella me quita la camisa, me vuelvo a separar de su boca para que me la quite y le sonrío. Su mirada es la misma de la que me enamoré, por fin vuelve a ser la Larina ¡mi Larina! 

La deseo como nunca antes había deseado a nadie, le quito la ropa lo mas rápido que puedo,  y me quedo atónito mirando su hermosa figura, aunque más delgada de lo normal. Me bajo los vaqueros lo más rápido que puedo y ella me mira y me susurra lentamente y con la voz entrecortada por la excitación- Te he echado mucho de menos- mis ojos se cristalizan, y saco la mejor de mis sonrisa mientras me baja rápidamente los pantalones junto con los calzoncillos. Noto como mira mi erección con deseo y me acerco todo lo que puedo hacia ella y vuelvo a besarle con lujuría. Su lengua encaja perfectamente con la mía y me siento vivo, me siento libre, me siento inmensamente feliz. Noto como quiere que le de placer, y sonriendo bajo mi mano despacio hasta llegar a su vulva, arquea la espalda con ganas de más, yo claramente se lo doy. Primero meto un dedo y tras un par de segundos meto el segundo, noto como se pone rígida con mucha rapidez, me gusta que se ponga así, pero no lo confieso tampoco quiero darle tanta importancia, aunque en verdad la tenga. Agacha la cabeza y cierra los ojos, no quiero perder ni un simple segundo de esto la vista de sus hermosos ojos, le acaricio la cara suavemente y le digo apenas en un susurro- nena por favor mírame, ¿estás preparada para correrte?- espero a que asienta, cuando asiente le digo de la manera más dulce posible- córrete para mí, venga nena hazlo- asiente y se deja correr, no tiene ni fuerzas y casi se cae pero yo la cojo con ambos brazos y la vuelvo a poner encima mío, ella me besa y se recompone rápido. Me duele la entrepierna quiero tenerla dentro de mi, ya- nena en serio si fuera por mi te tendría así hasta que nos echaran pero nena necesito tenerte dentro de mi... ¡ya!- la embisto lo más fuerte que puedo, una, dos, tres, cuatro... noto como se le rallan los ojos pero todo esto es solo placer, nada más. Bueno no quiero decir que no la quiera, pero que no busco lo que lo demás si, no busco una relación como la tuvieron mis padres, que bueno que vale, que yo no me parezco...  no quiero ni pensar en eso.

-Nena.. oh dios, eres tan perfecta y cabemos tan a la perfección- ella busca mi boca de inmediato me besa apasionadamente y yo la acepto, sigo sacando y entrando, sacando y entrando de nuevo... que bien se siente estando en su interior, y me muero si alguien más se mete en su interior. Sonará un poco raro, pero me daría tanta rabia, lo mataría eso si... nadie estará como estoy yo ahora mismo con ella. Veo como me clava las uñas cuando un segundo orgasmo la abrasa, doy una última embestida y me corro como hacía tiempo que no lo hacía, desde que lo hicimos por primera vez, sonrío y ella me sonríe a mi antes de volver a besarme y de susurrarme- te quiero, pase lo que pase siempre te querré- mi corazón vuelve a latir fuertemente, soy realmente feliz y no se porque no le contesto, pero no puedo no tengo palabras para describir lo que siento en estos momentos, solo estoy como un niño cuando le dicen que lo van a llevar a Disneyland París... me siento así, pero esto es mucho mejor, solo la abrazo como si fuera nuestra última vez, como si nunca fuéramos a vernos más.

Escucho un ruido en la habitación y nos dejamos de abrazar rápidamente y nos vestimos lo más rápido que podemos, abrimos la puerta con una sonrisa en la cara y por un milagro del karma, que por cierto en estos momentos le debo una... está la doctora con cara de pocos amigos nos miran y se queda mirándome más de lo normal, noto como Larina se pone recta y la mira mal, ella se da cuenta y nos estrecha la mano. Larina ni se la da, pero yo por quedar a bien si, ella me pone los ojos en blanco y yo sonrío, que linda y sexy... creo que lo hago adrede solo para joderla, ella lo sabe tan bien como yo, pero noto que le da igual dar a notar lo que le molesta, y para mi es mucho mejor eso.

-Bueno ehmmm- mira sus carpetas y dice con la frente ligeramente arrugada- ¿Larina?- Larina asiente con mala cara, yo aguanto la risa pero noto que lo nota cuando me da un codazo con diplomacia, vamos que la diplomacia que tiene ella es pésima tanto que la chica pone cara como si la acabaran de acuchillar. Larina será preciosa, perfecta, con una figura que no se sabe de donde procede pero que no cansa de acariciarla, pero para mentir es la peor, yo nunca había visto a una persona que mienta tan mal como ella, no sabe ni tener diplomacia... y eso es unas de las cosas que más me gustan de ella.

-Bueno pues Larina ya le van a dar el alta, no se preocupe por nada. Dentro de una semana tendrá una cita con su médico y le mandarán las medicinas. Ahora solo tiene que estar en reposo y no coger nada de fuerza, ni siquiera intente hacer la colada, le puede dar otra vez... y si vuelve a ocurrir esos mareos, que probablemente se pasarán, venga enseguida, no espere a nadie- se vuelve hacia mi y me hace un gesto para que salga fuera, miro a Larina y le pico el ojo y ella como me suponía que iba a ser pone esos ojos preciosos en blanco. Salgo con las manos en los bolsillos, pero noto ahora preocupación en el rostro de la doctora y rápidamente me pongo rígido y serio- ¿Qué le pasa?- saca un papel y me dice en un tono más dulce- llámeme si se encuentra mareada, si es poco no importa, puede que lo que le dieron le afectase más que a otra persona, es raro un caso a si... pero no imposible- asiento y me toco el pelo con muchos nervios. Lo que me acaba de decir me ha dejado helado, tengo los ojos como platos, vuelvo asentir aunque ya la chica se halla ido hace un par de segundos. Entro al cuarto la cojo a pela antes de que pueda decir nada. Pasamos por el mostrador y ella no paraba de decirme que parara y que la soltara... Yo sonreía con mucha felicidad, me encantaba que me dijera todas esas burradas, me encantaba que me dijera que me odiara... aunque sabía perfectamente que me quería como muy poca gente me había querido.

Simplemente Tú, Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora