Capitulo 24

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Angélica Rodríguez:

Después de algunos días de luna de miel en la ciudad, mi hermano y Janeth se encuentran en su nueva casa, no muy lejos de la de mi madre.

-Estoy tan feliz...imagínate cuando tengamos hijos y anden por todo este espacio corriendo-. La voz soñadora de mi cuñada me hizo soltar una risilla la cual Diego siguió.

El celular de José sonó.
-Bueno...qué pasa?...en donde están?...claro ya voy para allá, todo saldrá bien tranquilo-. Colgó.

A juzgar por la expresión de mi hermano, esa llamada había sido para dar malas noticias.

-Quién era, amor?-. Preguntó mi cuñada por todos.

-Era Thom...-. Sentí nauseas cuando al decir eso José me miró a mi. Tenía un presentimiento pero aún no sabia ni de que.

-Qué pasó?-. Pregunté con voz temerosa.

-Un autobús de pasajeros, un camión de carga y una camioneta se chocaron entre sí... Tengo que ir a ayudar, hay muchos heridos, el autobús iba lleno-.

Sin más, tomó las llaves y se fue en la camioneta.
Nosotros nos quedamos serios, nadie decía nada. Al parecer los demás pensaban igual que yo, José omitió decirnos algo.

-Tenemos que ayudar-. Dije.

-Qué podemos hacer nosotros-. Preguntó Janeth.

-No lo sé-. Le respondí después de soltar un suspiro.

-Diego y yo si podemos ayudar-. Dijo mi primo.

-Claro, vamos-. Contestó mi novio.

-Yo también voy-. Dije.

Y así nos fuimos en la Ford 79.

La sensación de que algo malo, muy malo pasaba, aún seguí en mi. Sentía una gran presión en mi estomago.

Cuando llegamos a donde el accidente ocurrió, mi novio y mi primo enseguida se pusieron a ayudar. Removiendo metales y cosas así, ayudando a sacar a las personas atrapadas.
El choque había sido muy malo.

A lo lejos, junto a una de las ambulancias, pude divisar a mi hermano, y después a Thom. Este último estaba hablando con un paramédico. Me acerqué. Mi corazón estaba latiendo muy rápido.
José se dio cuenta de que yo estaba ahí.

-Angy, ¿qué haces aquí?-. Me tomó por los hombros evitando que avanzara.

-¿Qué hace Thom con el paramedico?-.

-Están hablando-.

-Ya lo sé, ya los vi, ¿pero por qué?-.
No me contesto.

Miré a mi alrededor y entonces vi la camioneta de Thom, fue la camioneta involucrada en el choque, y si no era Thom quien la conducía, entonces era...

-Mike-. Me solté como pude de mi hermano y me acerqué a la ambulancia pero no había nadie. -¿Dónde está?-. Le pregunté a Thom.

-Angy, tranquila-.

-En donde está?-. Pregunté ya un poco alterada.

-Ya se lo llevaron al hospital-.

-Cómo estaba?-.

-Su estado es crítico-.

-Quiero ir a verlo-.

-Ya voy para allá, vamos-.

Sin avisar a mi primo ni a Diego, nos fuimos al hospital.



Cuando llegamos, Thom, inmediatamente pidió información sobre Mike.

Descubrí a José mirándome con preocupación. Había algo que no me estaban diciendo, lo sentía. Asi que esperé a que Thom se reuniera nuevamente con nosotros para preguntarle a ambos qué era lo que me ocultaban.

-¿Qué pasa?, ¿había más personas en la camioneta?, díganme lo que esta pasando-. Exigí.

El par de amigos se miraron entre sí, hasta que decidieron hablar.

-No queremos que te pongas más mal, Angy-. Dijo Tom.

-No es necesario que sepas esto-. Menciono mi hermano.

-Quiero saber-.

-Esta bien...-.

Tom vaciló un poco.

-A mi hermano, lo atrabezo una barra de metal de la camioneta, justo en el estomago-. Un montón de sensaciones desagradables vinieron a mi, sensaciones que ya antes había experimentado. -La enfermera me dijo que esta muy grave, que no saben si se vaya a salvar-. Thom, un hombre fuerte, muy macho, al que nunca antes había visto llorar, soltó una lagrima y después otra, y algunas más, yo notaba que trataba de controlarlas pero no podía.

Las imagenes del accidente con mi padre vinieron a mi, tan claras...y el miedo que sentí aquella vez, lo volvía a sentir.

Me costaba trabajo respirar.

-Va a morir-. Susurré. Las lagrimas caían descontroladas por mis mejillas.

Después de eso, no recuerdo más. Solo obscuridad.

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