Capitulo 4

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El ajetreo me despierta.

-Estamos aterrizando-. Me informa mi primo. Yo asiento.

Cuando al fin bajamos del avión y nos dieron nuestro equipaje nos dirijimos a la entrada. A comparación de hace cinco años, el aeropuerto estaba más arreglado.

No sabíamos quien llegaría por nosotros hasta que escuche mi nombre, la voz de mi hermano, me giré ansiosa y al comprobar que era él me lancé a sus brazos.

-José-.

-Angélica-.

Desdé hace cinco años que no me sentía tan protegida, como si nada me pudiera hacer daño; esa sensación que solo mi hermano podía causar.

-Te extrañe tanto-. Dije entre nuestro abrazo.

-Yo tambien fea...pero aún asi no te salvaras del regaño, ¿cómo es que te quedaste sin mi autorización, no sabes la falta que nos has echo tanto a mi madre como a mi...-. Sus palabras hicieron que me sensibilizara más y las lágrimas empezaron a salir.

Dejarlos fue lo más dolosoro que me ah pasado después de perder a mi papá y me arrepiento enormemente.

-Ustedes también me han echo falta, como no te imaginas-. Me abrazo más fuerte.

-Me alegro que estés aqui, muy cambiada pero sigues siendo tú-.

-Claro que si-.

Nos separamos y entonces saludo a Julián, en su vida se habían visto pero hablaban muy frecuentemente y por eso parecía como si hubieran crecido juntos, me dio mucha alegría verlos así.

-Bien...tenemos que ir a casa, mamá te espera-.

-Vamonos ya-. Contesté emocionada.

Una vez afuera, esperaba ver la antigua ford que mi padre le había regalado a José pero no estaba. Se dirigió hacia una ford más nueva y yo lo seguí, al igual que Julián. Nos subimos y asi arranco.
No hubo necesidad de preguntarle nada, el empezo a hablar sobre la nueva troca.

-La compre el año pasado. Cuando te dije que todo estaba llendo mejor, no lo decía jugando; la tierras que Thom me esta rentando han dado buenas cosechas y las vacas que compre se multiplican y cada año vendo algunas, todo esta de maravilla-.

Su rostro se iluminaba en cada palabra, eso era porque estaba haciendo lo que le gusta hacer, porque uno de sus sueños se estaba cumpliendo.

-Eso es grandioso-.

-Lo sé-.

-Bueno, pero dime...¿porqué te casaras tan pronto?-.

-Ay Angy, no sabes cuanto amo a esta mujer, Verónica es perfecta, y no creas que la conocí y al día siguiente ya estaba con ella, cuando llego al pueblo empezo a trabajar en el local de la mamá de Jessica, ahí fue donde la conocí, obviamente yo traté de conquistarla para sólo una noche pero con el tiempo la fui conociendo y cuando me di cuenta ya estaba enamorado hasta la medula de esa chica, durante un año no quiso aceptarme pero cuando al fin me dio el si yo fui el hombre más feliz del mundo...-.

Yo no podía creerlo, mi hermano, el más mujeriego hablando de amor, por Dios, creí que este día jamás llegaría, en verdad tengo que conocer a mi cuñada, a de ser la mujer maravilla.

-Solo espero que te haga feliz porque si no la cuelgo-.

Cuando la camioneta se detuvo enfrente de mi antigua casa, ni siquiera la reconocí, estaba pintada de diferente color, había más masetas y un par de mesedoras, habían cambiado la puerta y las ventanas.

-¿no piensas bajar?-. Me pregunto Julián.

-Ya voy-.

Baje de un brinco. Antes de que José subiera en primer escaloncito mi madre salió con una enorme sonrisa.

-Hija-.

-Mamá-.

No pude contenerme y me lancé a ella, la abracé con todo el amor que me había guardado durante cinco años y sus abrazos, tan cálidos muchas veces me hicieron falta.

-Que gusto que estés aqui-.

-Te extrañe mucho mamá-.

-Y yo a ti hija-.

Algunas canas aparecieron en su cabello, y también note algunas arrugas, pero seguia igual de bonita.

-Estan muy grande, y hermosa-. Me dijo.

Cuando noto a Julian lo saludo, lo abrazo y no sé que cosas le dijo pero se noto muy amable.

-Pasémonos-.

Los cuatro entramos a la casa y nos sentamos en la sala, el interior de la casa también estaba cambiado, mucho más bonito.

-Las cosas han cambiado desde que me fui, eh-.

-Vaya que si, hija-.

-Espero que todos esos cambios sean tan buenos como este-.

-Eso creó...pero bueno, Angy tu habitación sigue siendo la misma, y Julián la tuya esta a lado, las colchas estan limpias y hay toallas limpias en el baño, después de el viaje deben estar cansados-.

Ambos subimos, y José me ayudo con mis maletas.
José le indicó a mi primo donde era su cuarto y yo entré directamente al mío.

Permanecía tal y como lo había dejado sólo con una cama nueva y con las paredes pintadas.

Muchos recuerdos vinieron a mi, muchas cosas que pasaron ahí mismo. Deje la ropa que me pondría encima de la cama y me adentre al baño. Después de bañarme me decidí por dormir.

Sigues siendo tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora