II «JAMAS»

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Heari

Son las 5 de la mañana y salgo de la gran casa para dirigirme a mi preparatoria, mi madre dijo que regresara lo más pronto posible ya que se encontraba "cerca", pero si fuese así no tendría que salir a la misma hora de antes.

Camine por las calles oscuras mientras tarareaba algunas de las canciones que me gustan. A veces cuando estoy sola me gusta recolectar música que probablemente a nadie le agraden o simplemente sean tan desconocidas o comunes. La mayoría de las personas tienen una percepción común para que le guste algo en general, a diferencia de la ellos, me gusta observar lo bueno de cada ser vivo y aun lo material, cuando pienso en eso me pregunto si con las personas podría ser igual de tolerante.

Luego de caminar y pensar un poco en la recorrido llegue a mi destino, la "prepa", todo estaba igual, era una preparatoria pública y como todos sabemos sus instalaciones no estaban en las mejores condiciones. Camine por el pasto amarillento hasta llegar a mi salón, entre y pase desapercibida hasta llegar a mi asiento al lado de la ventana. Como era de costumbre el señor Pak siempre llegaba tarde y siempre se excusaba diciendo que había tráfico severo o que no había parqueo.

Empezó la clase, me sentía cansada, era estúpido, pues, no me he desvelado ni hecho mayor trabajo y he dormido lo normal, 6 horas.

Divagando en mis pensamientos se me pasan las clases y ya veo el momento en el que tengo que pedir copia a mis compañeros en los exámenes, que triste realidad.

Al salir, regreso lo más pronto posible a casa porque tengo mucha hambre y solo espero que mi madre no me haya excluido de su lista de personas a alimentar. Entro por el gran portón para encaminarme por los senderos de adoquín decorado que solo hacen burla a las calles de la ciudad.

Mientras más me adentro entre los grandes jardines es un placer sentir el cambio de clima. Rozo las yemas de mis dedos por algunos setos y flores que me acompañan en forma paralela en mi camino y puedo percibir una tranquilidad inexplicable, una sensación de paz que en ninguna otra parte había captado.

—¿Qué haces aquí?—

Por un momento creí que esa voz estaba en mi pensamiento tratando de recordarme la realidad de mi situación y él porque estaba en esta casa pero no quería regresar de mi laguna mental y opto por ignorar esa voz agria.

–¿Qué te sucede? ¡Contéstame!—

–Lo... lo siento señora J— despierto de mi sueño encantado y respondo tartamudeando mientras me inclino haciendo una marcada reverencia.

—No debes de estar aquí niña, ¿acaso tu madre no te dijo las reglas?— la señora tenía una tez muy dura, sinceramente nunca la había observado detenidamente, la mujer era alta, delgada, de piel blanca y limpia, ojos oscuros, muy elegante y por supuesto muy hermosa pero sus facciones decían que era lo contrario en su interior.

Cuando volví de mi trance solo articule algunos sonidos tratando de contestarle pero realmente me daba miedo, solo quería escapar y desaparecer.

Ella agarro mi brazo y no pude zafarme ante su agarre ya que algo me decía que si me halaba me haría más daño y tendría problemas, no solo yo, mi madre también.

Me adentro en la casa y me llevo por el pasillo de servicio hasta llegar a la sala donde estaba mi madre aspirando el piso, ya que al parecer, alguien había tirado pop corn por todo el alfombrado.


—¡Sunji!— grito la señora haciendo que el eco de su voz resonara por la gran sala, mi madre rápidamente se giró para vernos de frente y enfrentarse ante la señora con el ceño fruncido.

—¿Si señora J?— respondió mi madre rápidamente con los ojos perdidos tratando de encontrar una explicación del escenario.

—¿Cómo puedes permitir que tu hija ande con libertad por allí... husmeando?—

¿Husmeando? Pero si es el camino para llegar a la casa... que quiere... ¿Qué me tele transporte? ¿Ni que fuera Goku?


—No estaba husmeando señora J, solo caminaba para llegar a la casa— respondí inquieta, me estaba cansando de esto y su agarre me lastimaba.

—No tome sus palabras de una mala manera señora J, ella no mide su tono de voz...— mi madre trató de explicar mi cara dura.

—¿Pero qué clase de niña insolente tienes por hija?... de igual forma no quiero que husmee en esta casa...— soltó el agarre, ya mi brazo estaba morado.

Mi madre con una mirada me hizo entender que me retirara.

—Lo siento señora J— hice una reverencia formal y me esfume del sitio.

Me duele saber que mi madre tenga que soportar estas personas, solo quiero conseguir dinero y llevarme a mi madre de aquí, tener lo suficiente para poder ayudarle y ya no sufrir de esta misma manera.

En mi cama empecé a recordar lo bello que tenía esta casa pero luego me enfurecía cuando pensaba en lo malo que tenía, las personas que la habitaban. "Tengo que aprende a vivir con esto" me repetía una y otra vez en mi cerebro pero mis neuronas no lo quería entender y menos aceptar, que cruel.

Giraba y giraba en mi cama, no concebía el sueño. El clic de la puerta al abrirse se escuchó por la habitación y encendí la lámpara que había al lado de la cama, era mi madre.

—¿Aun estas despierta?— pregunto colocando su gabacha en el canasto de ropa sucia.

—Creo que es evidente— me refriego los ojos.

—Hija ya sé que esto no te gusta y que no lo quieres, pero tienes que saber que esto es lo mejor— se acercó a mí y se sentó a mi lado.

—Mama no me gusta el trato que te dan ellos, la señora y señor J aun, por su poder se debe asimilar en su forma de ser, pero... ¿su hijo?... mama él debe de respetar a las personas mayores independientemente de la clase que sean. Todos somos iguales— espete un poco enfurecida.

—Tú no sabes cómo es el Joven J— mi madre acaricio mi cabeza.

—Mamá lo escuche gritarte la otra vez, eso me enoja, apuesto a que es un niño mal educado y caprichoso— refunfuñe.

—¿Y tú no?— dijo con ironía.

—Es-es di-diferente— tartamudee frunciendo los labios.

—Hija vivimos aquí ahora y de no ser así las deudas ya nos hubiesen arrebatado lo que "tenemos". Recuerda que todo se paga en esta vida y que no es en sí lo material lo que me importa... me importa tu bienestar y si para eso tengo que trabajar aquí, lo haré, tu más que nadie sabe que cuesta encontrar un trabajo que pueda adquirir fácilmente, nadie contrata personas de edad mayor y aun con la discapacidad que poseo— su mirada era fija hacia la pared, sé muy bien que le recordaba su acción.

—Te diré las reglas y tienes que cumplirlas— retornó de su pausa —uno: las reglas generales... ya sabes, no robar, no tomar cosas sin permiso, respetar el espacio que no te corresponde...; dos: no puedes salir del área de servicio y mucho menos merodear por la casa o los jardines; tres: no puedes llegar tarde, y por tarde me refiero de 10 pm en adelante; cuatro: obedecer las órdenes de ellos y principalmente las de su hijo y la CINCO y más importante: JAMAS ESTABLEZCAS ALGUNA RELACIÓN CON ALGÚN MIEMBRO DE LA FAMILIA, Y EN ESPECIAL CON EL JOVEN JUNGKOOK... JAMAS...— mi madre casi me deja sin tímpano. ¡Jah! Ni que quisiera hablarle, eso jamás pasara...

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Segundo cap♥ aun no me decido que poner en la caja de descripción de la historia :( estoy mal xD pasen linda noche♥ mucho love :3


MY MENTOR (BTS ~ JK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora