XXXIII «PROBLEMAS»

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Heari

To Jimin: «¿Todo está listo para mañana?»

To Heari: «Si... espero que llegue, hay que cruzar los dedos»

To Jimin: «Espero que todo salga como hemos planeado»

Me moví en mi cama esperando que Jimin respondiera a mi último mensaje para que me rectificara que todo saldría bien. Mañana era el gran día, el día que más estaba esperando Jungkook, el día de la final.

To Heari: «No te preocupes, todo saldrá bien :3»

Como si ese mensaje fuera mi amuleto de la suerte ya pude respirar tranquilamente. Sin responder me acomodé en la cama tratado de recuperar el sueño que no había tenido durante mucho tiempo. No estaba aun con Jungkook pero haría todo lo posible porque el fuera feliz y lograra sus objetivos.

Estaba a punto de dormirme cuando mi madre entró a la habitacion haciendo ruido más de lo normal.

—Heari... ¿Estas bien? ¿No tengo nada de qué preocuparme verdad?— llego hasta la cama mientras tomaba mi cabeza y me levantaba rápidamente para que la viera a los ojos.

Yo casi en el otro mundo trate de abrir mis ojos con dificultad para responderle.

—Mamá no sé de qué me estás hablando— respondí arrastrando las palabras desganada.


Jungkook

Estando de frente, a pasos lentos camine hasta donde se encontraban los grandes sillones que adornaban la sala. Uno de los hombres corbatudos me hizo un ademán para que yo tomara asiento. Lo hice al mismo tiempo que todos lo hicieron. La presión incrementaba, podía percatarme de como los ojos de todos y especialmente de mi madre caían como bolas de fuego sobre mí. La respiración empezó a agitarse en mis pulmones y sentía que me ahogaba. Los ruidos mínimos se hacían estridentes ante mis oídos. Los hombres comenzaron a hablar pero yo no podía prestarles atención debido a que mi cuerpo comenzaba a entrar en shock, supongo que estaba un poco pálido porque mi madre no apartaba los ojos de mí, era eso o realmente estaba furiosa por lo que se supone... no, no... por lo que realmente le están diciendo. Ahora no Kook, ahora no... no puedes entrar en trance, no ahora me repetía mientas cerraba por instantes los ojos.

—Pero como ya hemos dicho el Joven Jungkook está fuera del caso, no hay de qué preocuparse— logre escuchar. Mi cuerpo estaba reaccionando ante mis ordenes —debemos decirle que debe ser muy cuidadoso en el futuro, estar en este tipo de problemas no es muy bueno para la reputación de la familia—

—Debo decir que estoy sorprendida de la forma en que lo han manejado, sin tener que hacer mucho escándalo... se imaginan cómo estaría la reputación de la familia en estos instantes, es terrible solo de pensar en cómo las demás familias se la deben estar pasado— hablo mi madre y no iba a ser sorpresa que ella se las arreglará muy bien para ponerme el castigo de mi vida.

—Bueno señora J debemos retirarnos, muchas gracias por el té— sonrió el otro hombre coqueteando.

Los hombres se levantaron y mi madre y yo imitamos sus movimientos, hicieron una leve reverencia a nosotros y nosotros a ellos, podía observar como el leve sonrojo de mi madre se apoderaba de sus mejillas cuando el mismo hombre le dedicaba un guiño puta pensé.

—Te detienes en este mismo instante Jeon Jungkook— ordeno mi madre con fuerza en su voz cuando los hombres se habían retirado por completo del lugar. Pare mi caminar y hundí me cabeza en mis hombros como modo de defensa.

—Si madre— hable serio girándole para enfrentarla.

—Pues te tienes bien escondidas las cosas, jovencito, pero recuerda que tienes que pagar para que nadie se dé cuenta de lo que haces... años en este mundo y ¿aún no aprendes? — fruncí mi entrecejo por sus estúpidas palabras, a mi madre le importa tanto lo que diga la gente de afuera y todo lo quiere arreglar con dinero.

Guardé silencio para que se terminara de desahogar.

—¿Cómo que estabas siendo investigado? ¿Por qué no me habías dicho? ¿Tu padre sabe? ¿Sabes las complicaciones y consecuencias que trae esto? ¿Qué dirá la...—

—¿Y desde cuando te importa lo que hago? Siempre solo eres tú, quieres taparlo todo con tu dedo... o más bien con el dinero de papa, siempre eres tú, tus amiguitas y el té caro— interrumpí.

—Y no me hables así jovencito— se defendió —Y estas castigado. No móvil no videojuegos, no salidas, no moto y menos el automóvil— me reprendió.

—Si, si como quieras— lance mi mano en el aire como si no me importara. Lleve mi otra mano al bolsillo de mis pantalones y saque el iPhone tirándolo e dirección de ella. Saltó cuando este cayó exactamente frente a ella.

—¡Niño mal educado! — gritó.

—¡Vieja mal educada!— grité igual y la dejé refunfuñando en el sala mientras yo me retiraba a mi habitación que cansancio.

Me deje caer en la gran cama y solté un suspiro de pesadez. Cerré mis ojos pero ni terminé de sentirme cómodo cuando recordé a lo que realmente venía a casa, Heari, susurre en mi cabeza, me levante de golpe y me dirigí a la puerta, la abrí y estaba a punto de salir cuando recordé que no era apropiado ser visto haciendo algo indebido o mi madre haría el drama de su vida. Cerré con un clic como sonido del picaporte y camine nuevamente hacia mi cama pero me desvié cuando sentí que era inútil acostarme, es mentira, no descansaría nada y me ganaría la frustración. Llegue al sillón y me deje caer sobre él, golpee unas cuantas veces mi cabeza sobre el respaldo como si eso iba a hacer que se sintiera más cómodo. Me erguí y alcance uno de los controles para jugar, apreté el botón para encender la consola pero esta no encendió, fruncí mi entrecejo en condición y observe que todo estaba en orden, pensé que no había electricidad pero eso era imposible ya que las lámparas estaban encendidas, traté de encender el televisor pero tampoco pude. Mi madre había cortado la electricidad para los tomacorrientes de mi habitación, vaya que trabajaba rápido, que astuta.

—Joven J aquí está su cena— una voz habló cuando estaba a punto de entrar en modo hibernación, gire mis ojos con molestia y gruñí.

—Si pasa— aunque no tuviera hambre debía cerciorarme de tratar bien a la nana.

Ella entro y con delicadeza coloco la bandeja sobre mi escritorio dejándolo solo para que lo acabara. Yo estaba sobre mi cama aun con la ropa que andaba, con los pies en el piso y mis rodillas flexionadas, mis brazos tratando de cubrir mi cara con la excepción de un ojo con el que observaba a la nana.

—Debe comer Joven— dijo mientras levantaba el tenedor en mi dirección.

—No estoy de ánimos, no tengo hambre— respondí susurrando grave.

Al ver mi necedad dejo el tenedor junto al plato y empezó a retirarse. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta mi cerebro brilló.

—¡Nana!— me levante de golpe —Sé que no debería de preguntar esto pero...— me interrumpí, las manos me temblaban... yo sabía que ella era la madre de Heari pero me daba pena preguntarle sobre ella, pues suponiendo, ella ya debe saber los malos ratos que he hecho pasar a Heari.

—No se preocupe, estoy para ayudarte— me brindó una linda sonrisa. Ahora entendía de donde Heari era tan hermosa.

—No... nada... olvídalo— me encogí, la culpa me mataba.

—Entiendo— nuevamente sonrió para mí y sus ojos se escondieron. Diablos.

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MY MENTOR (BTS ~ JK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora