MY MENTOR (BTS ~ JK)

EPÍLOGO

Heari

—¡Jung Yong! ¡Ven acá! ¡Estas estropeando la ropa!— expresé un poco molesta por el comportamiento de Yong, siempre se las arreglaba para salir corriendo y esconderse para sacarme de quicio y no vestir elegante, que según él, era molesto.

—¡Abuelo!, ¡¿podrías decirle a mama que no quiero usar este traje?!—

—¿Qué es lo que ocurre pequeño?— preguntó su abuelo que lo atrajo en sus brazos.

—Mamá me esta obligando de nuevo a ponerme ese moño en el cuello y no quiero, ¡no lo haré!— dijo cruzándose de brazos, entonces me pregunté de dónde podría haber aprendido eso.

—Yong, debes verte elegante— dijo el abuelo mientras le ajustaba el chaleco gris —Debes obedecer a tu madre—

—Abuelo...— rogó haciendo puchero.

—¡ve! Vuelve con tu madre— le dio unas palmadas en la espalda.

—Está bien— respondió y camino hacia la puerta donde yo me encontraba aun con el moño que debía ponerle.

Cuando regresamos a la habitación, terminé de colocarle su ropa, el moño que tanto odiaba y loción, una loción que también me recordaba muchas cosas y a él.

—¿Mamá?— preguntó mientras jugaba con unos carros que el abuelo le había comprado como regalo, eran de colección pero Yong no sabía sobre eso, y estaban casi desarmados pero a pesar de que le había ofrecido nuevos él siempre decía que no los tirara a la basura, pues eran de colección, como el abuelo había dicho.

—Dime hijo— sonreí mientras lo peinaba suavemente.

—¿Es verdad que esto me hace ver el hombre más guapo del mundo?—

—Claro, y tú sabes que solo puede haber uno más guapo, todos los demás no lo son— respondí y besé su frente.

—¡Oh!— exclamó y tomé su mano para salir de la habitación.

—Así que allí estaban— dijo Jimin que venía en nuestra dirección —Ven acá pequeño— abrió sus brazos y Yong rápidamente saltó hacia él.

—Hola— dijo Yong mientras dejaba un corto beso en la mejilla de Jimin.

—Hola ¿Cómo estás?— le preguntó.

—¡mal! ¡Mamá ha decidido ponerme correa de nuevo!— se quejó y Jimin señaló el moño mientras me veía divertido y yo asentía confirmando su respuesta.

—Yong pequeño eso no es una correa— corrigió mientras se reía —, es un artefacto de tortura— y su risa incrementó.

—Deja de decir esas cosas Jimin— me acerqué a él golpeando un poco su hombro y el bajó a Yong para dejarlo en el suelo y luego el desapareció hacia la sala gritando ¡abuelo!

—¿Ya estas lista cariño?— me abrazó y posó un beso en mi frente.

—Si... supongo que todo está bien, abajo están las flores— dije mientras le acomodaba un poco la corbata en el cuello de la camisa.

—Bien, entonces vamos— sonrió y le correspondí de igual manera.

Subimos al auto nos dirigimos a nuestro destino. Bajamos y como siempre Yong corría sin temor alguno de ensuciarse o rasgar la ropa, era toda un máquina del desastre.

—¡No corras!— grité pero eso no servía de nada.

—Deja que se divierta Heari— dijo el Señor J mientras palmeaba mi hombro y veíamos a Yong correr dentro del hospital.