III «¿REALMENTE TE PREOCUPA?»

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Heari

Afuera se podía observar como las nubes se movían rápidamente por el viento. Parecía que algunas se imponían al movimiento mientras otras revoloteaban tratando de mover divertidamente a las que se mostraban rígidas.

—Señorita Haeri quiere decirnos el orden de las imágenes con las fases del ciclo celular— todos voltearon a verme tratando hacer énfasis en que todos dirigieran su atención y la presión sobre mí.

—Profase, prometafase, metafase, anafase, telofase, citocinesis— respondo con tono pesado y todos vuelven a su actividad anterior, recibir la clase, al no tener el resultado que querían, que el señor de laboratorio me castigara por no ponerle atención.



Mis actividades no se ven perjudicadas por las rigurosas reglas que la familia J nos ha dado a las personas que vivimos en el área de servicio, sin embargo, me veo obligada a no salir de casa o visitar a mi mejor amiga y con frecuencia me aburro. A veces quisiera ayudarle a mi madre en los quehaceres de la gran casa pero no puedo, no tengo autorizado patear un solo ladrillo de esas áreas en las que debe hacer limpieza, hasta el día de hoy he ayudado en algunas cenas, para mi suerte la cocina está conectada con el pasillo del área de servicio y cuando tengo hambre puedo escabullirme y tomar cualquier alimento que deseo. No quiero negar que vivir aquí tiene sus ventajas pero la mayoría de mi vida me siento como un prisionero.

—Saca el pavo del horno y tráemelo, le pondré la salsa— mi madre era muy buena en la cocina, siempre se ha desempeñado de maravilla en ella.

—Claro mamá— saque el pavo y lo coloqué sobre el mármol de la isla, mi madre rápidamente lo empezó a decorar con la salsa y las hierbas aromáticas adornándolo como un gran banquete que será servido a la realeza —Mamá ¿Solo tu cocinas?— le mire terminando de picar y cortar la ensalada.

—Sí. La cocina es toda mía— sonrió. Fue hermoso ver su gesto —Bien, he terminado tengo que poner la mesa, ya puedes regresar a hacer tus tareas— mi madre hizo un ademan indicándome que me marchara, pero yo no quería, quería pavo, se veía tan delicioso que no podía dejar de babear por él.

—Tengo hambre mamá— dije con indiferencia para que ella se apiadara de mí y me proporcionara un pedazo.

—¿Por qué siempre tienes hambre?... comeremos después de ellos— respondió.

—Siempre comemos las sobras— me entro el calor en el cuerpo.

—Claro que no, son las porciones que ellos no comen— explico tratando de sonar razonable.

—Sobras madre. ¡SOBRAS!— grite molesta

—Creo que deberías de irte antes de que tus gritos se salgan de control y la señora J se dé cuenta que estas en zona prohibida—

—Ni siquiera sé porque es "zona prohibida"... madre nadie entra aquí ¡Nadie!— mi grito volvió a salir

—¡Que son esos gritos!— resonó una voz masculina que se aproximaba por la puerta de la cocina

—Vete— mi madre resoplo con angustia y casi como arte de magia desaparecí del lugar. Espero que mi madre no sea víctima de esto, de nuevo.



De la escuela a la casa, de la casa a la escuela, era aburrido, monótono y estaba dispuesta a cambiarlo. Ya había pasado un mes desde que nos mudamos y había leído los libros más interesantes que tenía y hasta el libro de psicología que tenía mi madre. Había contado todos los huecos que había en el cielo raso y hasta colocado en diferentes posiciones los muebles contados que tenemos en la habitación. Este día debía ser diferente, ¿Por qué no sales? Mi cerebro me golpeaba con esa pregunta Nadie pasa en casa, los señores dueños salen a trabajar y su hijo se mantiene ocupado en la escuela probablemente así es, pero también me arriesgaba a ser descubierta en plena luz del día.

MY MENTOR (BTS ~ JK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora