A la tal Claudia le había sobrado tiempo para venir a cantarme las cuarenta al final de las clases. Al final Derek había hablado con ella pese a que le había suplicado que no lo hiciese y obviamente no había acabado bien, pues Claudia me había alcanzado de camino a la salida y me había agarrado del brazo fuertemente para evitar que continuase mi camino, tan fuerte que me dejó las uñas marcadas, aunque creo que lo hizo completamente a propósito. La miré con el corazón en un puño, tenía la cara completamente roja y una vena se le marcaba en la frente, eso iba a acabar muy mal.
— ¡Tú! ¿Qué cojones le has dicho a Derek de mí? A mí me vienes de frente, cacho de mierda ¡¿Me oyes?!
Varias personas la oyeron gritar y obviamente se acercaron a cotillear, nada más que una pelea conseguía reunir a tanta gente.
— ¿Qué? ¿Ahora no dices nada?
Había demasiada gente a mi alrededor deseando saber, deseando que metiese la pata, deseando que pasase algo de lo que reírse durante meses. Me agobiaba, había mucha gente mirándonos.
— Lo siento, tengo prisa.
Comencé a alejarme, sin embargo podía oír perfectamente los insultos que me dedicaban. No me había dado tiempo de alejarme demasiado cuando Roy se me plantó delante, aprovechando su altura para ser una muralla que nos separaba a mí y a mí destino.
— Eh ¿Qué te pasa a ti con Claudia?
— Nada... ¿Puedes apartarte, por favor?
— No, pero contéstame ¿Te hizo algo para que te caiga mal?
— No... Déjame irme.
— ¿Entonces simplemente no os lleváis?
— ¡No! ¡Quiero irme de una puta vez! Así que apártate o te aparto yo.
«Qué ridícula sueno cuando amenazo así aún a sabiendas de que es él quien tiene la sartén por el mango»
— ¡Eh! Te me relajas, que te meto. Y si no tienes nada en contra de Claudia no vayas diciendo cosas sobre ella por ahí, porque la única que va a salir perjudicada eres tú ¿Me oyes? Todo el instituto está en tu contra y ella se lleva con casi todos, así que yo de ti me calmaba.
Apreté los dientes y me fui, estaba harta, en solo un día me habían amenazado tres personas distintas y una de ellas dos veces por el precio de una. Tenía que salir de allí antes de que una cuarta persona se sumase a la fiesta, pero estaba claro que ese día la suerte jugaba en mi contra. En la puerta me encontré con Rubén y sus amigos que estaban en un rincón fumando, como siempre.
— ¡Eh! ¡Tú!
Me detuve en seco y le miré. Seguramente estaba esperando a Aitor, pero él salía por la otra puerta precisamente para evitar encontrarse con Rubén.
— ¿Tienes hora?
La pregunta me sorprendió, miré la hora en el móvil y se la dije intentando no sonar de forma extraña.
— Vale... ¿Sabes si Derek ha salido?
Esa pregunta me sorprendió aún más que la anterior ¿Por qué me preguntaba por Derek? ¿Qué relación tenía con Derek? Eran famosos por buscar guerra con todos y a todas horas, sobre todo con Aitor ¿Pero qué pintaba Derek con ellos?
— Salimos hace diez minutos, imagino que ya se habrá ido.
— ¿Y Aitor? No le hemos visto salir.
— No lo sé, lo siento, tenía prisa por irme.
Sí lo sabía, había salido por la puerta trasera. Pero si se lo decía a Rubén, Aitor me mataría y como Rubén se enterase de que le había mentido, no quería ni saber lo que me haría, así que decidí irme cuanto antes. Además ese día tenía que ir de nuevo al hospital, Zoe se iba mañana a casa e íbamos a comer todos juntos al bar de los abuelos para que comiéramos sus deliciosos espaguetis, por lo que realmente tenía prisa.
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Ya es tarde para decir lo siento (versión 2018)
RomanceLa vida es una obra de teatro para Janet. Una obra de teatro en la que ella es el principal icono dramático y Aitor, el chico encargado de dirigir todo el bullying hacia ella, el cómico. De lo que unos se ríen, es lo mismo por lo que otros lloran. D...