9 - Encuentro indeseado.

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Llevaba al menos una semana sin ver a la diosa, sabía que me estaba evitando después de que le mostrase lo que ocurrió hace ya tanto tiempo con Drix... Ella se pierde el placer de mi compañía, solo le quedan dos semanas para que el plazo de nuestro trato venza.

Estuve tan aburrida que no pude evitar salir a dar una vuelta metida en el cuerpo de una de las doncellas. Los dioses seguían siendo tan aburridos como de costumbre... No quise arriesgarme a ir a ver a un dios en particular, él ya estaba sobre aviso.

En una de estas salidas me enteré que Niss, la Diosa de las fiestas, celebraba una de sus bacanales ordinarias hoy mismo. A esos eventos podían asistir todos los seres del plano divino, los sirvientes humanos también. Si para esta noche Zephía no signos de vida, me largo a la fiesta.

***

Cuando llegué a la sala en el templo de Niss me encontré con que algunos semidioses estaban en un lado jugando al streep póquer y por otro un grupo de humanos en una ronda de chupitos. No sabía a dónde dirigirme, pero como estaba en el cuerpo de una mujer humana, mejor ir con los de la misma especie.

- ¿Puedo unirme? -Pregunté a los presentes.

- ¡Claro!-Contestaron todos al unísono.

Dos hombres me hicieron un hueco entre ellos en el sofá. No éramos más que siete personas, me parecía extraño ya que en el pasado estos eventos solían estar hasta los topes.

- ¿Y el resto? -Le cuestioné al de mi izquierda.

-Aún es pronto, la mayoría de la gente llega cuando Niss. -Contestó él, se había acercado hasta estar a escasos milímetros de mi oreja para hacerlo. -Toma.

Agarré el vaso de chupito que me tendía, éste era de color transparente y cuando me lo tragué en un solo golpe, toda mi garganta ardió. Así fue pasando el tiempo y mientras vaciaba un vaso tras otro, me entretenía a hablar con los dos hombres a mi lado. Ellos en verdad se veían apuestos, como todos los humanos en esta dimensión.

Los efectos del alcohol fueron subiendo por mi cuerpo, ya no controlaba lo que hacía o decía. Agarré las manos de aquellos hombres y los arrastré hacía la pista de baile. Me siguieron sin rechistar, uno se colocó a mi espalda mientras el otro se plantó delante de mí.

Yo solo contoneaba las caderas al son de la música, libre de inhibiciones. Entonces sentí un vacío alrededor de mi cuerpo, pero estaba tan en la nube que me daba exactamente igual y seguí bailando con los ojos cerrados. A los pocos segundos aquel vacío fue ocupado por un calor abrasador en mi espalda. Unas fuertes manos masculinas me sujetan con fuerza de la cadera, mientras me aprieta contra él. Luego sus labios rozaron mi cuello y puedo decir que surgieron chispas con aquel contacto.

-Me gusta más tu cuerpo real, gatita.

Me congelé en el lugar, dejé de bailar y me giré para enfrentarlo a los ojos

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Me congelé en el lugar, dejé de bailar y me giré para enfrentarlo a los ojos. ¿Cómo me había encontrado? ¡Joder! Me iba a desvanecer en ese mismo instante, pero como especialidad del puñetero Drix, no pude hacerlo.

- ¿De qué hablas? ¿Por qué me llamas gatita? -Le pregunté haciéndome la tonta. Me estaba yendo de su lado cuando sentí sus dedos alrededor de mi brazo. - ¡Eh, suéltame!

-No tan rápido gatita. -Me susurró al oído amenazante. -Tenemos mucho de qué hablar.

-No sé qué pasa contigo, pero como no me sueltes...

La amenaza murió en mis labios cuando sentí los tibios del dios sobre los míos. El muy bastardo me había distraído para arrastrarme a su templo con él. Le di un fuerte empujón para apartarlo de mí, pero él aun me estrujó más contra sus brazos.

-Sabes, aun con todas esas cosas horribles que has hecho... aun hay algo dentro de mí que se niega a creer que aquella joven e inocente diosa, se convirtiese en alguien tan perverso.

Me acarició consuma suavidad los labios con su pulgar, mientras me miraba a los ojos con una intensidad arrolladora, tan profundo que creo que podía llegar a ver mi oscura y retorcida alma... tan retorcida como la de él.

Volvimos a besarnos, pero esta vez fui yo la que dio el primer paso. No sé qué locura me acababa de atravesar en la cabeza para besarle, después de todo lo que había ocurrido entre nosotros. Lo que una cosa llevo a la otra y poco a poco fuimos despojándonos de nuestras ropas, con prisa y embargados de una burbujeante lujuria y necesidad. Emociones que no sentía desde hacía mucho tiempo arrollándome tan fuertemente... salvo por otra persona. -¡¿Qué cojones estás haciendo Dríane?!- Gritó mi interior.

Al siguiente instante estaba en mi habitación, en el templo de Zephía, esa otra persona que también me hacía sentir como si la tierra se tambalease a mí alrededor... Por los jodidos Dioses que tenía la cabeza hecha un puré de sesos. Tenía que centrarme en lo que más quería y esto era mi venganza, mi dulce e increíble venganza.

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Volví!!! jajajaja en verdad lo siento muchichichisisismo, he estado súper ocupada y aun lo sigo estando... pero he sacado un poco de tiempo para un mini capitulo. Espero que os guste mucho!!

Un besote para todxs!! :D

La Diosa Maldita. (Dioses Y Guardianas 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora