Una historia.

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-Hola – me sonrió.

-Hola – no sabía qué decir, era una situación muy extraña – ¡muchas gracias, son muy bonitas! – le dije cogiendo el ramo.

-No son tan bonitas como tu…

Me puse colorada. ¿La verdad? Era todo un caballero.

Le sonreí con mi mejor sonrisa y le hice pasar. Dejé el ramo en la mesa del comedor y me senté en el sofá. Le invité a hacer lo mismo.

-Bueno… - empecé – lo de esta mañana…

El me miraba cada vez más de cerca, era como mirar el mar.

-Te quiero – me soltó de sopetón.

Me puse muy nerviosa, las manos me temblaban, me puse colorada, lo sé. Pero aguanté y tragué saliva. Agaché la mirada y me miré las manos.

-La verdad es que cuando pasó aquello…

-Te besé.

-Sí, cuando… bueno hiciste eso… - me sentí muy bien. Siempre me has gustado pero ahora que te conozco en persona creo que eres la mejor persona de todo el mundo. Yo también…

Me levantó la cabeza.

-Dilo – me dijo.

-Ya lo sabes…

-Solo dilo – sonrió. Lo tenía a dos centímetros.

-Te quiero – se acercó y me besó. Había besado ya antes, pero él era el mejor. El rey de los besos. El rey de todo.

Nos separamos después de un beso perfecto. Abrí los ojos pero él aún los tenía cerrados, y sonrió. Yo también sonreí, y abrió los ojos.

Nos hablábamos con la mirada.

Nos volvimos a besar.

Cada vez eran más intensos. Me tumbé y se puso encima de mí. Noté como se ponía ahí abajo. Suspirábamos. Noté como él iba bajando las manos hacia mi pantalón. Intentó bajármelo.

-Para… - le aparté y me subí los pantalones.

-Lo siento – dijo él agachando la cabeza – no me daba cuenta y ya iba a por ello… jaja. No lo has hecho nunca, ¿verdad?

-Sí que lo he hecho.

-Entonces, ¿necesitas tiempo?

-No es eso.

-Ah, claro, la protección… ¿sabes que hay píldoras del día siguiente…?

-No es eso Niall – dije con lágrimas en los ojos – no es eso.

-¿Entonces…?

-No debería decírtelo porque me odiarás.

-¿Cómo te voy a odiar? Si eres la mejor – y se levantó y me rodeó con los brazos – dímelo, anda…

-¿Puedo confiar en ti? Nadie lo sabe. Necesito decírselo a alguien y creo que eres la persona ideal, pero no me querrás después de esto, lo sé… - seguí llorando.

Me envolvió la cara con las manos.

-Te juro que no – dijo serio.

***

“Mi madre se separó de mi padre. Apenas lo recuerdo porque yo era muy pequeña, tenía 6 años. Después de varios años, se juntó con otro hombre. Se llamaba Juan. Entonces yo tenía 10 años.

Juan y mamá eran una pareja normal, no se casaron, pero vivíamos todos juntos. Mamá trabajaba en una empresa y él perdió el trabajo al poco tiempo de venirse a vivir con nosotros. Pasamos mucho tiempo juntos.

El día que cumplí 11 años, era viernes y mamá tuvo que trabajar. Cuando volví del colegio Juan  me dijo ‘ven a mi habitación, tengo un regalo muy especial, estoy seguro de que te va a gustar’.

Lloré muchísimo aquella primera vez.

Después de hacerme aquello, me dijo que no se lo dijera a mamá. Que todo era culpa mía porque era mala y porque me insinuaba constantemente; y que si se lo decía, ella no me querría más porque estaba sucia y era mala.

Así que no lo hice.

Estar los tres juntos era una mentira. Aparentábamos ser una familia normal. Mamá no sabía nada, y yo me convertí en una buena actriz. Aunque hubo días en los que lloraba hasta que no me quedaban lágrimas, en mi habitación. Había días que de verdad quería decírselo. Pero yo era mala, y estaba sucia.

El seguía haciéndolo.

Los años fueron pasando. Mi mente fue madurando y obteniendo conocimiento sobre ciertas cosas.

El seguía haciéndolo.

Cumplí 14 años.

El seguía haciéndolo.

Cada vez tuve más claro que debía decírselo a mi madre. Me daba igual si no me aceptaba. Necesitaba decírselo. Hasta que, cuando cumplí los 16 decidí contárselo.

Era un día que él había salido con sus amigos a ver un partido de fútbol.

-Mamá, debo decirte algo muy importante – dije llorando.

-¿Qué pasa, cariño? No llores, ¿Qué pasa…?

Se lo conté. Nunca imaginé que mi propia madre diría algo como aquello.

-¡¡¡Mentirosa!!! ¡Eres una mentirosa, Rachel! ¡Solo quieres llamar la atención! ¡No digas tonterías como esa!

Recuerdo que esa noche lo hice. Mi ‘familia’ era un desastre. Mi vida era un desastre. Me corté.

El seguía haciéndolo.

Yo seguía haciéndolo.

Desde que le conté aquello a mi madre, ella pasaba de mí. Se iba más con él, le prefería a él.

Sabía que podía llamar a la policía o a alguien que me ayudara a afrontar aquello, pero no lo hice. Una chica de 16 años no podía contra un adulto. Nadie me creería, ni siquiera mi madre lo hizo.

Decidí que cuando cumpliera los 18 me iría de casa. Lejos, muy lejos. Empecé a ahorrar.

Recuerdo el día antes de irme para acá, ya lo tenía todo preparado desde hacía tiempo, pero ellos no sabían nada.

-Mamá, mañana me voy de esta mierda de familia. Empiezo de cero en un sitio nuevo. No me busques. No vuelvas a mi vida.

Me vine a USA sola, pero con todo bien calculado. Participé en las audiciones de 'The X Factor' y me cogieron.

Creo que nunca olvidaré todo aquello. Ya hace casi un año”.

Un destino. {Demi Lovato, One Direction, Emblem3}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora