Capítulo 7- Inicio de Clases Exámenes Finales

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—Entonces... la "Muerte" y la "Vida" fue el ser que nos creó junto con el "Tiempo", quien es su gemelo. Debido a que no somos la única creación de ellos, se creó un sistema para "llenar" la línea entre el aquí y el Más Allá, creando así una cajita musical que toca un milenio entero, para después volverle a tener que darle cuerda y el que lo hace es el Cantavis-mors. Esta cajita se encuentra en otro plano al que solo podemos ingresar el día señalado, el plano se cree que es el plano de las ideas y pensamientos. ¿Eso es todo? —resumió Piku ante toda la explicación que había dado la de coletas.

—De lo que acabo de explicar, sí —contestó la mujer—. Pero aún faltan bastantes cosas y para ello necesitaremos ayuda de este libro —dijo alzando un poco el viejo objeto entre sus manos.

—Solo tengo una pequeña duda... —Le preguntó esta vez Piko.

—¿Qué sucede? —Dejó el libro en la mesa.

—Me di cuenta de que el libro tiene referencias griegas, pero está escrito en latín, ¿por qué?

—Oh, bueno, eso es porque el latín es el idioma en el que todas las criaturas se suelen comunicar entre sí. Es como el inglés en el mundo de los humanos. —Sonrió.

—¿Cómo qué... criaturas?

—Pues veras... —En ese momento la puerta de la bodega se abrió, dejando ver a la rubia de ojos celestes con una bandeja.

—Disculpen la interrupción —dijo entrando a la habitación—, pero les traje unos bocadillos para que se mantengan despiertos ante la voz de Miku, que sé que da sueño. —Dejó la bandeja con pequeños sándwiches de queso en el escritorio.

—Mira quien dice —comentó la Zatsune—, la que siempre habla cantado.

—Eso es parte de mi naturaleza, no la puedo cambiar —contrarrestó Lily. La pelinegra rio.

—Lo bueno es que los humanos ya creamos la cirugía de orejas para parecernos a ustedes, ¿no?

—Y lo agradezco, era terrible e incómodo tener que esconderlas cada vez que teníamos que estar en la ciudad. —Los Utatanes y Oliver no entendían de que hablaban las dos mujeres. James solo se reía ligeramente.

—Aún recuerdo cuando llegué a la academia con ustedes, me sorprendí mucho al ver tus orejas.

—Cómo olvidarlo, una niña de seis años jalándome las orejas, eso suelen hacerlos los de tres, ¿sabes?

—Lo sé, pero yo no soy del todo normal. —La de coletas dejó escapar una risita.

—Disculpen... —habló Piku llamando la atención de ambas mujeres—. ¿Puedo preguntarte algo? —dijo dirigiéndose hacia la rubia. Esta asintió—. ¿Cuántos años tienes?

—¿Cuántos me calculas?

—No sé... Unos... ¿veitiuno?

—Ahora ponle un dos al final y esa es mi edad —contestó a lo que los adolescentes se sorprendieron.

—Dos... ¡¿Doscientos doce?! —exclamó sorprendida la niña.

—¿Aún no les dices? —Le preguntó Lily a Miku.

—Eso iba a hacer cuando me interrumpiste —contestó esta última—. En el mundo no somos las únicas criaturas con forma humanoide, tal como apreciamos con Lily —dijo señalando a la mencionada—, quien es un elfo. —Los chicos vieron totalmente sorprendidos a la mujer de facciones finas, quien se alzó su cabello dejando así al descubierto sus puntiagudas orejas.

—Cuando nos dibujan suelen exagerar el tamaño de nuestras orejas —comentó la mujer acomodando de nuevo su cabello—. Sin embargo, son bastantes lindos.

El Llamado de los MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora