Capítulo 8- En Otras Circunstancias

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—Ahhh... ¡Qué flojera da venir aquí! —dijo el Kagamine caminando hacia la salida de la escuela con su mejor amigo—. Lo bueno es que hoy fue nuestra última clase de educación física del semestre.

—Recuerda rezar para que en el segundo no nos toque sábado por la mañana —respondió Piko. Oliver seguía a ambos de cerca.

—Ya sé... Lo único bueno de venir era ver a las chicas en shorts, pero con este frío todas usan pantalón —Los orbes disparejos se posaron sobre el muchacho de coleta—. ¿Qué? Un chico tiene sus necesidades.

—En eso concuerdo con el chico —comentó Oliver quien recibió de vuelta la mirada desaprobatoria del de pelo blanco—. ¿Qué? —La mirada dispareja regresó al pasillo, algo... ¿molesta?

—Por cierto, Piko —Le habló Len—, hace mucho no tenemos una charla importante...

—¿Charla importante? —Su mejor amigo le rodeó los hombros. Escuchó un chasquido de lengua atrás de él.

—Sí, una charla importante.. Así que dime, queridísimo amigo —El chico de ojos celestes se acercó a su oído, lo que provocó que el otro rubio, de brazos cruzados, acelerara el paso y los rebasara—, ¿quién es la persona que habita en tu corazón? —Al oír esto, el de ojos ámbar paró en seco.

—¿De qué hablas? —respondió un tanto nervioso.

—No te hagas el inocente —Rebasaron al adolescente sin cuerpo quien les volvió a seguir, esta vez, más de cerca—. ¿Quién te gusta? —Sin saber por qué, la imagen de Oliver apareció en los pensamientos del Utatane. Sacudió ligeramente su cabeza para sacar aquella idea.

—Eh... no me gusta nadie. —respondió pocos segundos después.

—Ay, sí, y yo soy la reina de Inglaterra —burló el Kagamine rodando los ojos—. No me puedes engañar, el sonrojo que tienes te delata —dijo picando con un dedo la mejilla de su amigo—. Solo dime quien es esa persona, ¿la conozco? ¿Está en nuestro grupo? ¿Es mayor? ¿Menor? ¿Es de la escuela?

—¿Por qué tendría que responderte todo eso?

—¡Ajá! Así que sí te gusta alguien —contestó triunfante el de coleta—. Y debes hacerlo porque somos mejores amigos, debemos saber todo del otro. —dijo esto último soltando al de cabellos blancos y haciendo un ademán y énfasis en "todo".

—En ese caso, ¿me dirás quién te gusta a ti? —contraatacó Piko.

—Pues si te soy sincero... No me gusta nadie. —El de mirada celeste se encogió de hombros—. No sé, hay muchas muchachas lindas por aquí, pero ninguna me hace querer intentar algo más que apreciar su belleza.

—¿Y cómo sé que eso es cierto?

—Porque es la verdad —contestó Len, ya estaban por salir de las instalaciones—. Solo dime quién te gusta. —Tomó al de ojos disparejos de los hombros y lo agitó un poco.

—De verdad que eres... —En ese momento la puerta de la dirección se abrió, dejando ver así al chico con quien había chocado hace una semana. Sus ojos se abrieron con sorpresa, y esta fue aún mayor al ver lo que traía en sus manos: El chico de cabellos negros traía una carpeta con el logotipo de la escuela. Al ver al Utatane le sonrío con un poco de malicia y se retiró hacia la puerta principal.

—Wow, ese chico se parecía mucho a ti, ¿no lo crees? —comentó el Kagamine—. Por la carpeta supongo que se transfirió aquí, ya que nunca lo he visto en estos lares...¿Piko? —llamó a su mejor amigo quién se había quedado viendo el camino por el cual el desconocido se había ido— ¡Oye! ¡Piko! —Pasó una mano frente al mencionado quien reaccionó.

El Llamado de los MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora