Capítulo Especial

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Vio al Utatane unos segundos, este caminaba junto a su mejor amigo conversando animadamente. Dejó de caminar mientras los otros seguían su trayectoria. Los observó hasta que ambos adolescentes salieron de su vista. Suspiró.

"Menos mal, no se dio cuenta" pensó ". Debo apurarme, estoy muy lejos." después de aquel pensamiento se giró sobre sus talones y comenzó una nueva caminata.

Seguramente su familia lo iba a visitar.

Después de una hora y media de caminata había llegado a su destino. Traspasó el muro por pereza de buscar la entrada principal, además así sería más rápido adentrarse a aquel lugar.

Caminó por la zona buscando el lugar donde su cuerpo reposaba, viendo una que otra alma perdida allí. Se preguntó si Piko podía guiar a esas almas a su descanso.

"Aunque lo hizo con Lui." recordó. Había llegado a su destino final.

Miró el lugar donde su cuerpo se encontraba, suspiró con pesadez y sonrió con tristeza. Al parecer aún no venia nadie de su familia.

"¿Piko ya se habrá dado cuenta de mi ausencia?" Se preguntó "Espero no se enoje por irme sin decirle." En ese momento una persona apareció.

—Hola, hermanito— saludó una joven idéntica a él, solo que ella tenía 23 años. Traía un ramo de tulipanes en sus manos —.¿Cómo estás? Espero que bien, hoy es tu cumpleaños— puso las flores en un florero que estaba por ahí —. Te traje tulipanes, tus favoritas— Oliver sonrió —. Diecisiete años, ¿eh? Recuerdo que a esa edad estaba al punto del colapso, aún no tenía ideas de que estudiar y que optativas agarrar— una pequeña risa salió de los labios femeninos —...¿Sabes? Te extraño mucho.— confesó la rubia, el menor solo bajo la mirada.

—Lo sé...— contestó aún sabiendo que no lo escuchaba.

—Se siente raro no escuchar tus pasos a la una de la madrugada en la cocina— su hermana sonrió con nostalgia —. Siempre me había preguntado cómo se acababan las placas de chocolate si nadie las tomaba y no fue hasta el día en que me quedé despierta haciendo un trabajo que me enteré, siempre bajabas al rededor de esa hora a preparar chocolate caliente, te relajaba para dormir, ¿no?— el adolescente apretó los puños sin dejar de mirar el suelo, a la adulta se le cristalizaron los ojos —Y-yo sé que te tomaste aquellas pastillas por qué ya no podías con la presión que tenias y-y lo comprendo por qué además siempre parecías relajado ante todos, incluso para Avanna y para mí— dio un suspiro para relajarse —. Siempre guardabas esos sentimientos para ti, intentabas mantener a todos felices sin importarte tú... Tenías un caos dentro de ti— Oliver apretó los puños, la mayor se limpió los ojos con el dorso de su mano —. Bueno, me tengo que ir, solo vine a traerte las flores para que no se arruinaran. Vendré después con Avanna, mamá y papá deben pasar en un rato más...te quiero mucho.— dicho esto la mujer se fue. Oliver se quedó donde estaba para suspirar pesadamente.

Por eso le gustaba andar con Piko, él nunca lo presionaba para nada, además se sentía tranquilo en su compañía.

En serio esperaba que no se enojara por irse sin decirle, al parecer se iba a quedar un muy buen rato...

El Llamado de los MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora