Capítulo Especial

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—¿Te gustó tu cumpleaños, mi amor?— le preguntó su madre mientras le arropaba.

—Si, mami— contestó el chiquillo con una gran sonrisa —. Me divertí mucho.

—Eso me alegra, mi niño— dijo la mujer imitando la mueca del pequeño —. Pero ya es hora de que duermas, mañana hay que ir a la escuela.— el niño hizo un pequeño puchero.

—Esta bien— se acomodó entre las sábanas y su progenitora le dio un beso a la frente. Cerró sus curiosos ojitos y escuchó pasos alejarse para después oír el sonido de la puerta cerrándose. Espero unos segundos y...abrió su ojo azul, después el verde —. Lui— llamó bajito mientras se sentaba —. ¡Lui!

—¿Qué sucede, Piko?— preguntó el espectro traspasando el armario, donde había un espejo.

—¿Sabes qué día es?— dijo el Utatane con una gran sonrisa.

—Claro que si— respondió el rubio —. Hoy es el cumpleaños de cierto niño al que quiero mucho, tanto que me las arreglé para felicitarlo aunque casi no pisara su casa.— se sentó en la cama del de pelo blanco, este gateó para acercarse.

—Sip— se sentó sobre sus piernas —. Ya soy niño grande, ¿verdad?

—Claro— contestó el Hibiki —Ya son seis añotes, me vas a alcanzar— Piko rió.

—¿En serio me quieres mucho?

—Por supuesto que sí.— el mayor le revolvió los cabellos al menor.

—¿Mucho, mucho?

—Mucho, mucho.

—¿Muchísimo?

—Muchisisisisisisisimo— el pequeño volvió a reír —¿Por qué la pregunta?

—B-bueno— el Utatane se sonrojó y comenzó a jugar con sus manitas —...Q-quería preguntarte...¿podemos ser novios?— Lui abrió los ojos con sorpresa, no se imaginaba tal proposición.

—A-ah, para eso...— trataba de pensar bien su respuesta —no sé si deberíamos ser novios...— los ojos disparejos se pusieron vidriosos.

—¿N-no quieres ser mi novio?

—No, no, no, no, no— se apresuró a decir el rubio antes de que el chiquillo empezará a llorar —, lo que pasa es que aún estás pequeño como para tener novio.

—Pero dijiste que ya era niño grande.— lagrimitas empezaron a caer en las mejillas del menor, se talló sus ojos. Aquella imagen rompió el corazón del mayor.

—N-no llores— le dijo acercándose —. Te ves mucho más lindo cuando sonríes— trató de calmarlo pero fue en vano, suspiro. —Bien, tú ganas. Te tengo una propuesta— el niño le miró tratando de calmar sus hipidos —, seamos novios de chocolate y cuando seas más grandes seremos novios de verdad, ¿OK?— el de cabellos blancos dejó de llorar y lo miró con ilusión.

—¿D-de verdad?

—De verdad— el pequeño comenzó a reír de felicidad mientras daba pequeños brinquitos —. ¡Hey! ¡Deja de brincar o si no tu mamá se dará cuenta de que no te has dormido!

—Es que estoy muy feliz.— comentó Piko obedeciendo y con una sonrisa de oreja a oreja.

—Solo no le digas a nadie a nadie que somos novios de chocolate, ¿OK?— su cara cambió al de confusión y curiosidad.

—¿Por qué?

—Solo no le digas a nadie, ¿si?

—...Esta bien— su sonrisa volvió —. Ahora somos novios— dicho esto juntó sus labios con los del mayor, imitando lo que había visto que hacían los novios algunas veces por la televisión y las películas. Solo fueron dos segundos y al separarse no sé contuvo a dar una suave risita —. Tu cara es muy graciosa.— el Hibiki salió de su asombro.

—No me esperaba que hieras eso— contestó —. Pero ya, a dormir que mañana hay que ir a la escuela.

Sipi— el menor se acomodó en su cama mientras Lui le arreglaba las sábanas —. ¿Puedes dormir conmigo hoy? Como regalo de cumpleaños.

—Lo que hago por ti, Piko.— habló el mayor mientras se acomodaba a su lado y le abrazaba. El pequeño cerró sus ojitos para al fin entrar al mundo de los sueños.

El Llamado de los MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora