4. La casa de Darcy

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Amanda PDV

Un mes había pasado, y yo aún seguía de vacaciones escolares pero ya estaba a pronto a entrar a clases, mientras tanto mi mamá seguía como loca en el trabajo, sin descansar ni un solo instante.

Últimamente estaba más que agotada.

Ella llegaba todos los días a casa últimamente muy tarde contando que el presidente de la compañía había vetado en contra de su estrategia y debía obligadamente de realizar la otra estrategia que Allan y ella discutieron tanto aquel día que Darcy se encontraba en la casa conmigo.

La reorganización era más agotadora para ella cada vez más.

Su estrés ya empezaba a salirse de los límites y ya no me prestaba atención alguna.

Me sentía realmente mal.

Y mi mamá lo sabía.

Pero nada podía hacer, hasta que terminara con la reorganización de la empresa por completo.

Estaba tan aburrida en mi casa un día de tantos, que llamé a Darcy. Ella me contestó de inmediato.

— ¡Hola Amanda! —saludó emocionada al saber que era yo.

— ¡Hola Darcy! ¿Cómo has estado?

—Muy bien ¿Y tú? —me contestó y rió con su risa tan contagiosa.

—Pues, la verdad, en mi casa….aburrida—dije pesadamente.

—Ohh, que mal—dijo ella afectada. Hubo solo segundo de silencio entre las dos— ¿Por qué no vienes a mi casa?

—Pues por mí no hay ningún problema y si a ti no te molesta.

—Para nada—dijo y rió.

—Pues solo dime la dirección de tu casa y llego.

—Condominio Beautiful Lake, casa quince—dijo emocionada.

—Ok, solo espera a que llame a mi mamá, también para avisarle que voy.

—No te preocupes.

Llamé a mamá varias veces pero nunca me contestó, así que pensé que estaba muy ocupada en el trabajo, y como ya me había comprometido ir a la casa de Darcy, decidí irme a alistar lo más rápido posible.

Así que fui a bañarme y a listarme, me puse unos jeans cómodos, una blusa sin mangas y unas converse blancas. Preparé mis cosas, junto con un abrigo.

De inmediato cerré todo en mi casa, tomé mis cosas y las llaves para luego abandonar mi casa.

Tomé un autobús, ya que sabía que este pasaba por el condominio donde vivía Darcy. A los pocos minutos, me bajé del autobús y caminé un poco hasta llegar a la entrada al condominio. Ahí me encontré a Darcy estando de pie, junto a la casetilla del policía.

—Olvidé que no te permitirían entrar sin mi autorización—dijo ella y rió.

Nos fuimos juntas caminando. Mientras tanto observaba todas las casas que se encontraban en ese mismo condominio. Todas eran muy lujosas y grandes.

—Esta es mi casa—anunció ella con una sonrisa en el rostro—. Pasa.

Entramos ambas a su casa. Por fuera era hermosa tanto por dentro. La sala era gigantesca y a la vez contaba con un equipo de entretenimiento muy lujoso.

De inmediato un hombre salió de la cocina.

Él era rubio y no muy alto, pero sí muy delgado. Al acercarse a mí pude advertir que era joven, a la vez pude notar que tenía los ojos de un color azul muy intenso.

Tu RecuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora