17. Encarar la verdad

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Apagué el motor del auto y con él la música también, dejando la canción de End Up Here de Five Seconds Of Summer apenas por la mitad.  Miré cabizbaja evitando su mirada azulada, ya que este me miraba atentamente como esperando una reacción de mi parte.

No sabía qué hacer.

Mi corazón latía a mil y  sentía que este estaba en mi garganta.  

Saqué las llaves del llavín y las guardé en el bolsillo de mi pantalón. Mis manos temblaban y sudaban, estaba realmente nerviosa.

Al final de unos segundos, y después de un largo suspiro, salí del auto. Saqué las llaves de mi bolsillo con dificultad gracias a mis estúpidos nervios y cerré el auto.

Era hora de enfrentarme a todo lo que huí por años.

Caminé a la acera e hice como si fuese a preguntarle algo tranquilamente. La verdad no sabía con qué planes él se presentaba aquí.

Sólo supe al acercarme que él no planeaba irse.

No movió ni un solo músculo. Y su mirada seguía puesta en mí, cohibiendo mis pasos.

Vacilé un poco pero traté de ser lo más fuerte conmigo misma, a esos impulsos de querer salir corriendo y resguardarme en mi hogar.

— ¿Vienes por tu hija?—le pregunté estando aún a unos metros de él. La voz me tembló un poco pero debía mantener un tono de voz expresando una falsa seguridad, que obviamente estaba ausente en mí.

—No—dijo él muy bajito—. Vengo a hablar contigo—habló yendo al grano. Aún mantenía sus brazos cruzados. Su mirada estaba encrispada en mí.  

— ¿Hablar sobre qué? —hablé seca.

Seguía huyendo de mis problemas, que aunque ya era hora y era mi deber decirle la verdad, no me había preparado para esto.

—Sobre…—dijo pero su voz se apagó. Miró extraviadamente a un punto inexistente en el suelo. Estaba pensando qué decir. 

—No hay nada de qué hablar—solté otra vez seca y me encogí de hombros—. Adiós Niall—me dispuse a irme para entrar a mi casa, más específicamente a esconderme en ella y así huir de manera cobarde de mis problemas. Pensé que luego metería el auto en el garaje, claro, para cuando Niall estuviese muy lejos de mí.

— ¡Jazmín!—él me tomó del brazo imposibilitándome abandonar su presencia—. No me iré así como si nada. He estado esperándote de hace una semana—su voz habló con fiereza. Un tono de voz que solamente escuché en él una vez, la misma me causó mucho miedo, pero sabía que él nunca fue un hombre peligroso.  

— ¿Qué quieres?— interrogué con fuerza—. Niall no hay nada de qué hablar—dije girándome hacia él. Aún él sostenía mi brazo— Y suéltame ¿Quieres?

—Llevo quince años de no saber de ti, Jazmín. Solamente quiero saber.

— ¿Saber sobre qué? —volví a preguntar ya harta de su falta de especificación.

—Jazmín, yo sé que me odias pero—lo interrumpí, enseñándole mis palmas.

—No Niall, no te odio—admití—. Solamente no sé porqué el interés de saber sobre mí.

Niall soltó su agarre de mi brazo.

—Siempre me interesó saber de ti.

—Niall…—sollocé.

—Tú no me contestaste más los mensajes ¿Recuerdas? —se quejó.

Me quedé callada. No quería recordar eso de nuevo.

Tu RecuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora