23. Nuevo día, nueva actitud

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Al día siguiente, me desperté con los ojos terriblemente hinchados, cuando abrí los ojos,  me costó bastante hacerlo, debido a lo pesados que se sentían mis párpados.

Mientras me adaptaba a la luz de la habitación, ya que ayer en la noche no cerré la cortina de la habitación porque ni me di cuenta de que existía una ventana tan grande, tallé mis ojos, removiendo a la vez los grumos que se formaron por las lágrimas secas en los rabillos de mis ojos.

Me incorporé de la cama y entré al baño, en donde hice mis necesidades y me bañé.

Mientras sentía las gotas de agua caer en mi cuerpo, sentía como muchas de las preocupaciones en las que pasaron por mi mente se caían por mi cuerpo, perdiéndose en el desagüe de la ducha.

Ahora tenía la mente fresca y renovada.

Niall.

Su recuerdo otra vez me pasó por la mente y sentí cómo todo retomó. Pero por extrañas maneras, ya no me sentía tan presionada a querer llorar. Quizás lloré e hice el drama de vida por tantos recuerdos que no quería recordar, hablando del tema con él.

Pero parece que hoy es un día nuevo.

Tenía que ser madura, ya no más dramas, así que apenas me bañara, saldría de la habitación a desayunar normal.

No quería que una linda relación de padre e hija no se arruine por mis actos de inmadurez repentina.

Terminé de bañarme, salí de la ducha secándome, y me enrollé la toalla en el cuerpo. Me coloqué la ropa que escogí previamente de entrar al baño, que era un pantalón de mezclilla, con una blusa de tirantes y unas sandalias, me peiné y salí de la habitación.

— ¡Buenos días Amanda!—saludé al ver a mi hija sentada en un banco del desayunador. Ella volteó de inmediato a verme. Pude notar una ligera expresión de sorpresa en sus finos rasgos—. ¡Darcy!—saludé por igual cuando vi a la bajita rubia—. Niall—saludé y noté que él tenía su mirada posada en mí desde la cocina- Tenía una espátula en su mano izquierda y un delantal puesto en su cintura que lo hacía verse chistoso, estaba seguramente preparando el desayuno.

Me senté al lado de Mandy y le di un beso en la mejilla.

— ¿Estás bien?—preguntó ella, mirándome con esos grandes ojos azules cielo que tiene.

—Sí, claro—aseguré con una sonrisa— ¿Y tú?

—También—masculló no convencida.

Le di a mi hija una sonrisa para que fuera convincente.

Yo sabía que ella y Darcy, debieron de haber escuchado los gritos de furia que nos dimos contra Niall y yo. Pero tampoco quería que nos notaran peleados o algo por el estilo, porque realmente lo de anoche, no fue una pelea.

—Aquí está—dijo Niall sirviéndole a Mandy una porción de huevos con tocino y un vaso con jugo de naranja.

—Gracias—dijo ella con una sonrisa. Niall le dio un asentimiento y una sonrisa sellada, en sus ojos noté que tenía un brillo muy especial.

Él se retiró para tomar otro parto y servirle ahora Darcy y luego a mí.

—Gracias—agradecí apenas dándole una rápida mirada. Él me miró pero su gesto fue pasivo e indescifrable. Me dio un asentimiento a los pocos segundos después.

Pude notar por el rabillo del ojo como las chicas se miraban entre ellas, bastante desconcertadas. Pero las ignoré porque secretamente ya me había enterado de todo su asuntito.

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