22. Revivir la culpa del pasado

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Tres horas después, ya estábamos almorzando carne a la parrilla preparada por Niall. Las chicas estaban muy contentas por la unión de familias que se estaba dando. Y yo estaba muy feliz de ver a mi hija feliz después de hace tanto tiempo.

[…]

Habían pasado las horas.

Las niñas siguieron jugando y nadando en la alberca, hasta que se hizo de noche y empezaba a hacerse fresco el  ambiente y ellas ya quisieron salirse.

Donde estuvo la parrillada, ahora había una fogata, que el mismo Niall había hecho, para hacer malvaviscos.

Niall había colocado sillas alrededor de la fogata para que nos sentáramos en ella.

Claro, los bocadillos hicieron su presencia, para llenar nuestros estómagos de nuevo.

Niall había preparado todo muy detalladamente. Él se aseguró de hacer una semana muy amena.

— ¿Les gustaron los sándwiches?—preguntó a todas con una sonrisa.

—Sí—dijimos las tres al unísono.

—Eso me alegra—sonrió ahora mostrando sus dientes.

—Bueno, ya estoy cansada—dijo de pronto Mandy, luego bostezó—. Creo que me iré a dormir—se puso de pie.

—Yo también—comunicó Darcy también, imitando la acción de Amanda.

—Buenas noches—se despidió Niall.

—Buenas noches—contesté yo también.

Cuando las chicas se fueron caminando rápidamente hacia la casa cabaña, me di cuenta de que me quedaría sola con Niall.

Mis alarmas internas comenzaron a sonar. Y el ponerme alerta, me hacía ponerme nerviosa.

Un silencio sepulcral se hizo presente en el ambiente, tanto que se podía cortar con un cuchillo.

Los únicos sonidos eran los inaudibles chasquidos que hacía la leña al quemarse y de los grillos y búhos a lo lejos.

Yo mientras tanto, seguía con el palillo de madera en mis manos, tratando de derretir un malvavisco.

—Adoré cómo las niñas pasaron el día—comentó Niall cortando el silencio. Su voz era serena y tranquila.

Lo miré y su rostro era tenuemente iluminado por la luz de la fogata.

No sé por qué me hizo recordar una escena de la película de This is us.

—Yo también—vacilé un poco, pero debía hablar.

—Me alegra demasiado que Amanda se parezca en mí en muchas cosas—rió él y yo también lo imité.

Siempre me había percatado de las semejanzas que tenía mi hija con su padre. Las mismas me eran como un recordatorio de él todo este tiempo. Fue una tortura, pero al mismo tiempo, algo gratificante por saber que era mi hija y que la amaba.

—Come mucho—rió él aún más. Se mostraba tan orgulloso de sí mismo.

—Recuerda que ambos comemos mucho—conté mostrándome seria—. Así que los genes son de ambos.

—Lo recuerdo—asintió él ahora con su mirada extraviada—. Recuerdo muchas cosas.

No dije nada. Sólo observé como él tomaba una bolsa de Doritos de la mesita que había instalado.

Yo pasé mi mirada hacia el malvavisco y lo empecé a morder. Estaba bastante caliente y me quemé la lengua.

—Tanto tiempo perdido—él volvió a musitar—. Tanto que ha pasado.

—Sí—logré decir después de que mi lengua dejara de sentir ese dolor punzante—. Ha pasado mucho.

— ¿Sabes si mi hija ha tenido algún cretino que le ha roto el corazón?—preguntó de pronto. No me esperaba que me preguntara algo así.

—No que yo sepa—contesté pensando en esa respuesta. Por el momento, no sabía nada de Josh, el chico que había estado saliendo con Amanda durante unas semanas.

Niall asintió con una sonrisa ladina.

—Como te has dado cuenta—siguió él hablando—, quiero saber todo sobre Amanda.

—Es de entender, Niall—comprendí asintiendo suavemente—. Es tu hija. 

Él comenzó a comer de la bolsa de frituras y suspiró sonoramente, mirando hacia el suelo.

— ¿Qué sucede, Niall?—pregunté preocupada. Ahora se veía triste.

Niall tenía algo y es que él siempre mostraba sus sentimientos muy expresivamente.

Era como un libro abierto, pero sólo ante las personas que lo conocíamos muy bien.

—Me duele tanto todo—soltó levantando la cabeza para mirarme a los ojos—. Quisiera recuperar todo los años perdidos.

Fruncí el ceño.

—Lo puedes hacer—traté de consolarlo, que no se sintiera mal. Él no sabía que yo estuve embarazada. No era culpable de nada.

—Me duele saber que te dejé sola, Jazmín—reveló bastante afligido—. Te dejé por mi estúpido trabajo.

—Niall, eso quedó atrás—empecé a decir para evadir ese tema. No quería hablarlo. Es un tema obsoleto.

—Le hice caso a mis estúpidos managers.

—No… —quería desviar el tema, pero él seguía hablando.

—No peleé por ti—habló más fuerte—. Fui un completo imbécil.

— ¡Niall, tú tenías razón! ¡Yo no era conveniente en esos momentos!

— ¿Qué cosas dices?—preguntó —. Yo debí pelear por ti y ellos debían de respetar mi decisión, pero la maldita cobardía me ganó...

— ¡Niall! ¡Eso es pasado! ¡Olvídalo!—prácticamente grité para tranquilizarlo.

—No lo puedo olvidar —dijo él—. Y creo que tú tampoco. Por lo mismo, creo que te he perdido para siempre…

— ¡Niall! Soy la madre de tu hija, no…

— ¡Exacto, Jazmín! —me miró con expresión dolida—. Solamente eres la madre de mi hija. Pero yo aún siento lo mismo por ti. Lo mismo que hace quince años atrás.

Sentí como algo se rompía en mi interior.

Yo jamás pensé que Niall dijera esto.

No pensé que él seguiría sintiendo algo por mí, después de tanto tiempo.

Pero el recordar que Niall amó a otra mujer y producto de ello fue Darcy me rompió aún más.

¿Acaso no se daba cuenta de lo cuan rota que estaba ya?

¿Por qué mentía?

— ¡Basta Niall!—grité empezando a llorar—. Ya no sigas.

— ¿Ya no me amas?—preguntó él pero había sonado más a una afirmación.

¡Sí!

Sí lo amaba y demasiado.

Pero estaba muy herida.

—Es de comprender lo que te hice—volvió a musitar él también comenzando a llorar.

— ¡Niall ya no quiero hablar de esto!—me excusé con eso para levantarme de la silla y salir corriendo a la casa. En donde subí las escaleras, entré a mi habitación, cerré la puerta fuertemente, para luego sacar las sábanas de la cama y sin ni quiera cambiarme de ropa me tumbé en ella, para seguir llorando por varias horas de la noche.

¡Penúltimo capítulo! :c

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