6. Invitación no invitada

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Había pasado tres semanas desde la primera vez que dije que estaba muy cansada. Y si en esa ocasión dije cansada, ahora estaba agotada, muerta de cansancio.

 Estaba tan agotada por ese día, que solo deseaba  dormir por otras semanas más, pero al mismo tiempo estaba satisfecha de que mi trabajo había sido concluido y había funcionado tal y como lo había planeado. Estaba satisfecha y me sentía alguien funcional.  

Llegué a mi casa a punto de dormirme encima del volante de mi auto, cosa que es muy peligroso. Si viajara en autobús podría haberlo hecho.

Al entrar a la casa, me di cuenta de que Mandy me esperaba con una cena a medio terminar.

— ¡Hola Mandy! —la saludé apenas la vi mientras batallaba con el aceite del bistec que no le pringara la cara.

—Hola mamá—ella se acercó rápidamente y besó mi mejilla, mientras que volvía a poner el tenedor en el sartén que de pronto salpicó todo el aceite hirviendo.

Ella ahogó un grito.

—Los tenedores y todo utensilio cuando fríes algo debe estar seco—expliqué.

—Lo sé mamá—dijo ella batallando aún.

—¿No te has quemado? —pregunté preocupada. Ella solo meneó la cabeza.

—No, aún no—dijo ella soltando una risa.

—Ok—dije poniendo mi bolso en la mesa y sentándome cayendo rendida en una silla—. ¿Y cómo has estado?

—Bien—dijo ella curvando los labios. Solamente asentí—. ¿Y tú, mamá?

— ¡Terminé la reorganización!—grité victoreando mi triunfo.

— ¿En serio?—dijo ella emocionada— ¡Genial! —Exclamó cuando sonreí feliz—Es decir que nos podremos ir de vacaciones con el padre de Darcy.

— ¿Vacaciones?—le dije en tono seco enarcando una ceja.

— ¡Tú lo prometiste!—dijo ella ofendida mientras servía el bistec en un plato.

—Que yo recuerde, sí—admití—. ¿Pero con el padre de Darcy?

Ella solamente rió nerviosa.

—Explícamelo de una vez, jovencita—inquirí mientras ponía el plato al frente de mí.

Ella solamente se sacudió ligeramente para evadir los nervios.

—Es que el padre de Darcy nos invitó a pasar unos días en su casa de verano.

— ¿Ah? —enarqué una ceja.

—Que tiene alejada de la ciudad.

— ¿En qué momento pasó eso? —pregunté frunciendo el ceño.

—Hace un mes, cuando hablé con Darcy que tendrías vacaciones.

—Entonces fue Darcy, no su papá.

—Él fue el de la idea.

Pude notar que se estremecía.

Sabía que algo planeaba.

La observé por unos instantes, hasta que recordé que ella me había servido la comida y yo tomé el tenedor y empecé a comer.

Noté que Mandy para bajar la tensión fue a traer su plato también, para luego sentarse a mi lado.

— ¿Qué dices?—dijo ella con una sonrisa—. ¿Vamos a ir?

—No conozco a ese señor—me excusé para no ir.

—De eso no te preocupes—dijo ella con ademán de desdén—. Él es como si ya lo conocieras—dijo ella con una sonrisita que me hizo pensar de más.  

—Es que no es sólo eso Mandy, es que ir a la casa de alguien es como muy de personas muy amigas—dije buscando las palabras correctas—; muy cercanas e ir y estar con personas que no conozco. Además que tal si él tiene una novia o algo así.

—Mamá—dijo ella en tono severo—. Él es viudo y está soltero—dijo ella mirándome con los ojos entrecerrados.

Suspiré mientras rodaba los ojos.

—Es solamente Darcy y él, no tiene nada de malo—se encogió de hombros sin importancia.

—No lo sé—dije ladeando mi cabeza pesadamente—. Es eso…

— ¿Mamá tienes miedo de conocer a un hombre?—preguntó ella cambiando de tono — ¿Es eso?

—No—balbuceé entrecortadamente.

Ella me había dado en el punto. Y no lo iba a admitir delante de ella.

—Sí—afirmó—. Me temo que sí.

—No Amanda.

—Desde que murió papá ni siquiera has querido conocer a nadie.

— ¡No hables de eso!—espeté furiosa.

—Mamá, no te estoy pidiendo una cita—dijo ella haciendo sonar su tenedor bastante duro contra el plato—. Es nada más hacer amigos.

—Ok, ok—dije tratando de calmarme y comiendo tranquila.

— ¡No te enojes!

—No me enojo, es que no me gusta que me recuerdes lo de tu padre.

—Entiendo —dijo ella calmada.

Suspiré.

—No importa—dije bajando los nervios y seguí comiendo.

— ¿Entonces?—dijo ella pidiendo que respondiera la pregunta inicial.

—Déjame pensarlo—le dije quedamente.

Ella solo me miró y asintió.

—Ok.

Ella suspiró mientras recargaba el tenedor contra el plato y seguía comiendo.

Yo debía de admitir que conocer a otro hombre me daba miedo. Bueno la verdad es que si aceptaba la invitación del señor padre de Darcy—que aún me parecía muy extraño que él hubiera sido—, iba a ser un tiempo que compartiríamos en «familia».

Aunque también debía de admitir que todo me olía a una cita disfrazada planeada por Mandy, y eso de que el señor fuera viudo me olía a que Darcy estaba con mi hija orquestando todo esto. ¿Por qué? Porque es obvio. ¿Con quién pasaría la mayor parte del tiempo si mi hija se la pasa todo el día con Darcy? Obviamente con el señor.

Así que lo más probable es que dijera no a la invitación.

Aunque tendría que buscar una buena excusa.

Tenía que pensarla bien, ya que no podía decir que no tendría vacaciones ya que los dueños de la empresa me las darán, lo más seguro en dos días o mañana.

Debía de pensarlo muy bien.

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