Matthew Black
—Algo no me da bueno espina...
Miro a mi amigo y me observa cargando la pistola—. Deberíamos bajar y...
—No. No voy a ponernos en peligro, de momento.
—Son muy acogedoras tus palabras, pero esos hijos de puta quieren jugarnosla, sino ¿por qué no están aquí? —Bufa de mala gana—. Estarán escondidos; si quieren el primer paso lo tendrán.
Baja del coche sin mi permiso y no me queda otra que salir detrás de él—. Cuando vuelvas a desobedecerme serás tú el que no la cuentes. —No hay rastro de humor en mis palabras; nunca lo hay. Esto es un riesgo innecesario que ha decido tomar mi compañero y amigo, pero por muy amigo que sea, si las cosas no se hacen bien...
—¡Agachate! —me grita tirándose al suelo—. Están allí, cuidado. —Escucho tiros y prácticamente arrastras nos escondemos detrás del coche—. Lo sabía, era una trampa.
—Muy sabio por tu parte, pero esto no habría pasado si los hubiera dejado actuar antes... —Su mirada de odio me atraviesa, pero me da exactamente igual—. Ya sabes que hacer.
Me cubre las espaldas, consiguiendo subir al coche. Abro el cajón del asiento del copiloto y saco un par de M4a1, uno de los modelos que solemos traficar; abro la ventanilla y comienza la masacre. Mi colega consigue montar al coche y coger una de estas. Por suerte, ellos no tienen tanta munición como nosotros. Es más, conseguimos no matar a varios. Antes de bajar el coche, examinamos bien la zona. No quiero que nos vuelvan a sorprender como antes.
Sin nadie más en este solitario puerto, nos acercamos una vez bajados del coche a dos hombres heridos.
—Hagamos un trato, me decís el nombre del que os ha pedido matarnos y os dejo libres —digo dándoles una oportunidad.
—Demasiado buen trato para ellos Matt...
—Un nombre por la libertad, creo que es justo.
—James, el amo del Pub Luna —dice uno de ellos, ya que el otro está demasiado ocupado en arrastrarse por el suelo para llegar hasta su pistola.
—Os concedo libertad. —Disparo a ambos tres veces y, antes de irnos, recogemos de su furgoneta toda la mercancía que teníamos acordado. Un trato es un trato.
Dejamos el coche en casa, cogiendo otro más "normal". No queremos llamar la atención de la gente, aunque de por sí la llamamos; somos irresistibles.
—Está allí —dice mi amigo. Nos acercamos a él con una sonrisa y nos sentamos en su mesa, echando a los demás—. Hola, James. Tenemos un asunto que hablar contigo.
—¿Qué queréis? —Mira el reloj observando la hora.
—Sí, deberíamos estar muertos, pero como ves, aquí estamos. ¿Vas a contarnos quién ha sido esa gentil persona que quiere deshacerse de dos hombres como nosotros?
—Deja tu ironía a un lado, este es mi lugar, es mi mundo y podría aniquilarte en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Seguro? —digo cargando la pistola por bajo la mesa—. De que tus hombres lleguen aquí, yo ya te he matado y me he ido a casa.
—Mira hijo de puta, vas a hablar...
—¡Tú no me das órdenes! —dice señalándole con el dedo. Éste no pierda la oportunidad de cogerle y retorcerlo. Sí, seguramente se lo ha roto—. Está bien, ¡para! —Lo suelta y pega su mano al pecho. Nos hace un gesto con la cabeza para que salgamos por la puerta trasera y lo hacemos, no sin antes hacer otro gesto a alguien del local. Muy mal hecho James, si quieres jugar sucio, tendrás juego sucio—. ¿Qué queréis saber?
—Nombre y apellidos. —Se ríe y nos mira burlones—. ¿Te parecemos payasos de circo?
—Tan listos que sois y no sabéis quién es la persona que va detrás de vosotros. —Comienza a carcajearse y no pierdo la oportunidad de dispararle dos veces a las piernas.
—¡Maldito cabrón!, ¡esto no es lo que habíamos acordado!
—¿A no?, ¿habíamos acordado algo?
—No, creo que nada...
—No os diré una sola palabra. Sufrid hijos de puta, eso es lo que os merecéis —grita con malicia.
—Está bien, ¿quieres hacer los honores?
—Será un placer.
Ambos le disparamos varias veces, dejándolo ahí tendido. Sin embargo, cuando volteamos, nos damos cuenta de que hay dos chicas observándonos paralizadas, temblando, con la boca abierta y los ojos empañados.
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Eres mi obsesión [Saga Eres]
RomanceCuando lo controlas todo y piensas que nada escapa de tu poder sucede algo que cambia tus planes y el rumbo de tu vida. Dinero, poder y peligro son lo que define la vida de Matthew, obteniendo siempre aquello que quiere, hasta que hay algo que no pu...