CAPÍTULO 6: ERES MÍA

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Hola!! Aquí tenéis otro capítulo de esta historia. Es el turno de Matt, este impresionante pero peligroso hombre. ¿Qué ocurrirá con ellos? Vamos a descubrirlo. 


Matthew Black

Estoy sentado en mi despacho sin dejar de dar golpecitos sobre la mesa. Mis dedos no se detienen; no puedo decir que esté nervioso, más bien estoy impaciente. La sonrisa que se dibuja en mi cara cada vez que los recuerdos de esa noche vienen a mi mente es difícil de borrar. Lo mejor de todo, es que esto no ha hecho nada más que empezar.

Flashback

Me froto las manos con impaciencia, cojo la americana negra y me la pongo mientras me dirijo hacia el coche. Allí ya me están esperando Liam y Andrew, los hombres en los que más confío.

Uno se sienta detrás del volante y el otro en el lado del copiloto. Me siento relajado en el asiento trasero del coche negro. Recoloco mi americana y empiezo a jugar con las llaves que tengo en el bolsillo. No puedo evitar sonreír como el crío que va a hacer la maldad de su vida. El nerviosismo y la adrenalina me invaden por completo; disfruto de esta sensación plenamente.

—¿Podemos saber qué tipo de trabajo vamos a hacer esta noche? —Mi mirada y la de Liam se encuentran en el espejo retrovisor. Sonrío más ampliamente. Me conoce desde siempre y por eso se atreve a preguntar. La verdad que yo también me muero de ganas de contarles lo que va a suceder en breve. Tendremos a una persona más en casa.

—Algo muy interesante, sin lugar a dudas. —Le veo contener un suspiro. Andrew no dice nada, es bastante seco.

—¿Peligroso? —La insistencia de mi hombre me hace revelar un poco de lo que va a ocurrir.

—Para nada. Es más bien un juego de niños. Algo personal para lo que os necesito a ambos. —Ninguno dice nada y seguimos el camino en silencio. Voy indicándoles hacia dónde tienen que ir. Conozco perfectamente la ubicación de esta persona. —Detén aquí el coche. Es ahí. —Señalo el lugar y ambos bajan. Siguiéndome hacia el lugar exacto. Me detengo delante de la puerta y ellos hacen lo mismo a mis espaldas. Les miro directamente y pregunto—. ¿Qué hora es?

—¿Y tu reloj? —Andrew siempre está atento a los pequeños detalles. Eso me agrada de él.

—Lo he dejado a buen recaudo. —Saco las llaves y las meto en la cerradura. Las hago girar lentamente sin hacer ruido. He hecho cosas más complicadas que esto. Ahora es el momento crucial de la misión—. Allí hay una habitación; dentro hay una chica que debe estar dormida. Es mía y por eso la quiero tener a mi alcance, bajo mi poder. Ya sabéis lo que tenéis que hacer. —Ambos asienten y entran tan silenciosos como si fuesen sombras o fantasmas, como dirían aquellos que temen a lo que no pueden ver. Yo pienso que soy mucho más peligroso que cualquier espíritu aburrido.

Merodeo un poco por la casa. Es como la recuerdo. Podría haber sido una noche muy agradable la verdad. Espero que las noches futuras sean agradables, calientes y eróticas, muy eróticas.

Andrew aparece primero y después Liam le sigue con la hermosura en brazos. Me meto en su camino y le miro directamente a los ojos.

—Es mía, yo la llevo. —La cojo y bajo con ella. Es más ligera de lo que pensaba. Por fin mis manos están en su cuerpo aunque no de la manera que a mí me gustaría. Tranquilo Matt, todo llegará.

Fin del flashback

Escucho las quejas de mis hombres a la otra parte de la puerta. Sinceramente, me da igual lo que digan o dejen de decir. Yo solo sé que la tengo conmigo y es lo que más ansiaba. Salgo del despacho y me voy directamente a la habitación. Abro la puerta y la veo recostada sobre la cama, con la cara pegada a la almohada. Ni siquiera se ha inmutado al escuchar la puerta abrirse.

—¿Pedías verme?

Levanta la cara y veo sorpresa en ella—. ¿Tú? —Me mira sin creerlo, pero sí, soy yo, Matthew Black—. Me dijiste que no eras un violador... —dice sentándose en la cama, ahora con su ceño fruncido.

—No lo soy... ¿acaso te he tocado? —pregunto siendo obvio. Aunque me encantaría hacerla mía. Me atrae y, tarde o temprano, lo va a ser. Me dejó con ganas en su casa, provocándome con esa camisa; tapando lo justo y deseable.

—Parecías diferente.

—Nada es lo que aparece —digo acercándome a ella. Ésta se va hacia atrás, culada tras culadas. No quiere que me acerque, ni tampoco que la toque. Es muy expresiva...—. No deberías ser tan confiada. Menos mal que has caído en buenas manos. —Le guiño un ojo y esto todavía la enfurece más.

—¿Qué quieres de mí?

—Te quiero a ti —digo mirándola fijamente—. No te voy a matar, de momento. —Su rostro palidece y me observa aterrorizada. Comienzo a reírme y eso parece confundirla—. April, eres mía. Harás y me complacerás en todo lo que diga. No tienes escapatoria... —Sonrío—. Si no haces lo que ordeno, ahí si te mataré.

—Eres una persona horrible. —Su voz tiembla, pero sus palabras suenan fuertes; aunque no me intimidan.

Me acerco a ella lentamente sin dejar de mirarla. Ella tampoco aparta su mirada de mí. Es alguien bastante fuerte y eso hace que el juego sea más interesante. Mis ansias de tenerla y poseerla aumentan a cada minuto que paso cerca de ella. El olor de su cuerpo inunda la habitación. Tal vez nadie lo haya notado, pero yo sí. Sé el aroma natural que desprende esta mujer, que pronto será mi mujer.

—Todavía no sabes todo lo horrible que puedo llegar a ser. —Veo cómo su rostro palidece unos instantes. Luego vuelve a mantener la compostura. Intento robarle un beso pero ella se aleja rápidamente. Tiene buenos reflejos y aunque esto no es algo bueno, sí hará que la cacería sea mucho más divertida. —¿Necesitas algo más de mí? —Pregunto fingiendo ser un caballero.

—Que me dejes irme a casa. —No puedo evitar estallar en carcajadas.

—Eso no va a suceder. Así que pórtate bien y verás como al final sales ganando. —Doy media vuelta dispuesto a salir de la habitación y disfrutar de mi pequeña victoria.

—Nunca seré tuya. Graba estas palabras en tu mente y no las olvides. Antes me muero que caigo en tus redes. —Me detengo y me vuelvo para mirarla directamente. La sonrisa ha abandonado mi rostro. Ahora estoy jodidamente cabreado y no puedo evitar desearla. Me abalanzaría sobre ella como un animal salvaje y nada ni nadie me lo podría impedir. Necesita una lección y voy a ser yo quién se la dé.

—Terminarás suplicando que te haga mía. Serás tú quién venga a buscarme, pero no te preocupes, te daré lo que te mereces. Eso te lo puedo asegurar.   

Aquí termina  otro capítulo. Esperamos que os esté gustando la historia. Aprovechar para agradeceros los comentarios y votos y también a todas aquellas personas que le dan una oportunidad a esta novela. Con muchísimo cariño para todos/as los lectores/as. 

Eres mi obsesión [Saga Eres]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora