Eres mi obsesión [Saga Eres]

Especial 20K (2)

April

Sigo acostada en esta cama que ahora no solo huele a él. Es increíble como en unos minutos tu vida puede cambiar de la noche a la mañana. Aunque tampoco tanto, sigue pareciendo que esté secuestrada por el misterioso señor Black. No puedo evitar que una risita escape de mis labios, cada vez se me va más la cabeza.

Cojo el móvil y llamo a Thalía, esto es lo que diferencia ser la novia del jefe a ser su chica cautiva. Puedo hacer un poco lo que me venga en gana, aunque todavía no me deja ir sola a ningún sitio. Según él, puede ser peligroso. Después de la experiencia que viví y todo lo que sentí cuando pensé que le había perdido... es mejor hacerle caso. Él se queda más tranquilo y yo disfruto igual de la vida. Mi adorada amiga no responde mis llamadas y eso me parece extraño. Debe estar ocupada.

Me levanto y asomo mi cabeza por la puerta. Toda la casa está en silencio y eso es aburrido. Me asomo por las escaleras y veo a Ryan salir del despacho de Matt. Él levanta la vista y me ve, negando con la cabeza. Eso quiere decir, que la reunión todavía no ha terminado. Suspiro con resignación y vuelvo a la habitación. Me dejo caer sobre la enorme cama, justo como antes, y decido ver el Facebook.

-Descuento en las entradas para el parque de atracciones -digo emocionada cuando veo la noticia. Parece que van a hacer un espectáculo de fuegos artificiales el sábado por la noche y han hecho una oferta para que la gente vaya. Creo que será divertido, así que sin pensarlo dos veces compro las entradas. Luego de hacerlo, pienso que el señor Matthew Black, tal vez no esté de acuerdo. Me encojo de hombros restándole importancia-. Todavía quedan dos días hasta el sábado, le puedo convencer -digo hablando yo sola conmigo misma. ¿Qué le podría decir? Sería genial si pudiésemos ir sin sus hombres, solos los dos. Como una cita de adolescentes o algo similar. Suelto una risita traviesa y de verdad creo que se me ha ido la olla.

-¿Qué está tramando esa cabecita loca? -Me sobresalto al escuchar su voz. Entonces pongo en marcha el plan que se me acaba de ocurrir. Voy a ser una niña buena para que me recompense por ello. Saco la mejor sonrisa que tengo y me siento en la cama mirándole fijamente. Parpadeo varias veces de forma ingenua y veo como levanta una ceja. Creo que está conteniendo la risa.

-Nada. Ya sabes que soy una buena chica...

-Permíteme que lo dude -dice acercándose con esos andares peligrosos y esa mirada que hace que todo en mi interior palpite. Este hombre me hará morir de un paro cardíaco.

Sonrío ante su mirada de depredador. Sé lo que va a ocurrir a continuación y no me desagrada en lo más mínimo. Amo a este hombre más de lo que alguna vez podía imaginar. Ahora es mi principio y mi fin. No voy a desaprovechar ninguna oportunidad de estar a su lado, poder sentir su piel y su tacto, su voz susurrándome al oído todas las cosas que no dice frente a los demás.

Miro el reloj y sonrío. Hoy me levanto antes que él, sigue dormido a mi lado y eso es perfecto para mi plan. Me acerco a su oído dispuesta a darle un buen despertar.

-Buenos días -digo mientras reparto besos por su rostro. Matt abre un ojo y sonríe de lado, eso me encanta.

-Has madrugado mucho. Normalmente soy yo quién te despierta -dice rodeándome con sus brazos.

-Yo haré el desayuno para los dos. -Me mira escéptico. Es difícil esconder las cosas de Matthew Black, es demasiado observador.

-¿Qué planeas?

-Nada. Solo quería pedirte un favor pequeñito y no estoy segura de sí me lo vas a conceder -digo haciendo mi mejor cara de niña buena. Aparta un mechón de mi rostro y me sienta encima de él. Es una postura de lo más prometedora. Acaricio su rostro y sé que le encanta.