Eres mi obsesión [Saga Eres]

CAPÍTULO 20: OJALÁ...

April Stone

Meses después

Miro por la ventana mientras el silencio de mi casa me rodea. Sonrío con ironía, mi casa. Siento el corazón pesado y sé cuál es la razón. No me resigno a vivir en un mundo en el que él ya no está. Creo que todavía no he asimilado lo que ha ocurrido. Ahora ya a nadie le importan las pocas oportunidades que me quedaban y todas las que he desperdiciado. Si hubiese sabido lo que iba a suceder... no podemos ver el futuro. Me repito esas palabras a mí misma infinidad de veces a lo largo del día.

Escucho el sonido de la puerta al abrirse. Ni me inmuto, sé que debe ser Thalia, mi mejor amiga a la que tanto he echado de menos. Aunque ahora mismo yo tampoco me acuerdo de ello.

—¿Qué haces ahí parada? —La miro y ella me dedica esa bonita y tranquila sonrisa. Creo que no llega a entender cómo me siento.

—Nada. Solo pensaba.

—¿En él? —Ella no piensa que Matt fuera una buena persona. Entiendo su perspectiva, yo también la tenía al principio. Después intenté engañarme a mí misma, fui una cobarde por no haber aprovechado el momento que la vida me brindaba. Puedo entender eso de que el tren de la vida pasa solamente una vez. He perdido el mío. No volveré a ver a Matt nunca más y solo de pensarlo, se me pone un enorme nudo en la garganta.

—Sí. No lo puedo evitar. —Sonrío sin querer. No es una sonrisa de alegría sino de anhelo—. Le echo de menos. Más de lo que te puedas imaginar.

—Te secuestró. April, no era una buena persona. Y al final cada uno... —La corto antes de que diga algo que me va a doler y yo le diga algo que ella no quiera escuchar.

—No lo entenderás nunca Thalia. Él era diferente a lo que parecía y ojalá tuviera la oportunidad de poder decirle todo lo que le quiero. Me arrepiento de ello cada momento. Debería haber aprovechado las diez oportunidades que me dió.

—No creo que estemos de acuerdo en esto pero... ven aquí. —Mi amiga me rodea con sus brazos y es ahí cuando las lágrimas empiezan a empapar mi rostro. No lo puedo evitar, ¿por qué te has ido Matt?

Pasamos horas así, abrazadas y sin decir nada. Eso es lo que me gusta de Thalia que siempre respeta la opinión y sentimientos de los demás. Es una gran amiga que no opina lo mismo que yo pero me apoya en todo.

—Esta noche salimos de fiesta.

—¿Solo las dos? —pregunto mientras seco mis lágrimas.

—Sí. Brad tiene que trabajar y me voy a quedar sola. Tú necesitas que te dé el aire y a mí no me apetece que nos encerremos y sigamos intercambiando opiniones. Salgamos, bebamos y bailemos hasta que nuestro cuerpo no lo aguante.