Eres mi obsesión [Saga Eres]

Epílogo

DEDICADO PARA TODOS VOSOTROS, POR HACERLO POSIBLE

April Stone

5 años después

¡Estoy muy nerviosa! Estoy en su casa, encerrada en la habitación en la que todo comenzó. Thalía está terminando de maquillarse —siempre se le ha dado bien—, y luego lo hará conmigo. Es maravillosa, aunque esta no sea su profesión, es un hobby como otro cualquiera.

Todo está en orden. Los del salón me han avisado de que ya está todo apunto, ya que se lo pedí expresamente. Igual ha hecho la florista cuando ha terminado de poner las flores en la iglesia.

Abro la puerta y escucho a la gente abajo, hablando, riendo... Matt ha invitado a muchos amigos, mejor dicho, a muchos socios. Yo no conozco prácticamente a nadie, pero me hace ilusión compartir este momento con todos.

Estos días le he visto muy nervioso, así que no tengo ni idea de cómo estará ahora. Me gustaría abrazarle e intentar tranquilizarle, pero no sé quién de los dos estaría peor. Y pensar que ahora estoy feliz, a su lado. Yo pensaba que lo odiaba, pero solo era una excusa para no admitir que me gustó desde un principio. Por supuesto no entendía su "secuestro", pero ahora sí lo entiendo. Es más, cada vez estoy más segura de que mi destino está junto a él, sino ¿por qué lo volví a encontrar? Los trenes solo pasan una vez, pero he tenido suerte y el mío ha pasado dos veces.

—Ya es la hora, están saliendo todos los coches...

—Bufff... —Me asiento en la cama; me tiembla el cuerpo entero.

—¿Estás bien? —Thalía se asienta a mi lado y me agarra la mano—. No tienes por qué preocuparte, todo saldrá bien. Además, tengo una pequeña sorpresa.

La miro extrañada, ¿qué ha hecho? Sonríe y se acerca a la puerta. Mi pequeña princesa entra con el mismo vestido que yo y estoy embelesada con ella. Está preciosa.

La cojo en brazos y le doy un beso en su rellenita mejilla. Es más adorable. Me abraza y Thalía me hace señas. Tenemos que irnos ya.

Las emociones se desbordan en mi cuerpo cuando paramos enfrente de la iglesia en la que me espera Matt. Natalie está sonriente, contenta y muy entusiasmada. La elegimos a ella como portadora de los anillos. Es nuestra esencia y el gran regalo de nuestras vidas. Hemos aprendido tanto de ella...

En la entrada comienzo a escuchar la música que hemos elegido. Hasta mi final. Una melodía admirable, que hace este momento todavía más especial. Las lágrimas irremediablemente recorren mis mejillas, deslizándose hasta el acantilado de mi barbilla. Matt está enfrente de mí, al otro lado del pasillo, con una sonrisa hermosa y unas manos inquietas. Está, también, nervioso. Cuando más me acerco, más me percato de la brillantez de sus ojos. Estira su brazo y yo le agarro la mano. Ambos sonreímos. Emociones a flor de piel.

Matthew Black

Miro a mi alrededor y todavía no puedo creer que ahora sea un hombre casado. Con la única mujer que ha despertado lo que había dormido en mi interior. Haciéndome descubrir que tengo sentimientos totalmente desconocidos, hasta que ella llegó a mi vida.