Eres mi obsesión [Saga Eres]

CAPÍTULO 12: LA MUERTE, TÚ DECISIÓN

¡Hola corazones! Ayer tuvimos un pequeño problema y no pudimos subir el capítulo, pero ya está todo solucionado y el capítulo está más que listo para vosotras. Qué pasará, qué misterio habrá... ¡Feliz lectura y feliz fin de semana!

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Mathew Black

April puede ser muy pesada, muchísimo; agota, pero aquí el que manda soy yo y, aunque a veces le dé lo que quiere, no significa nada.

Voy a la cocina y me sirvo una copa ante la tranquilidad que se respira en ella, pero no dura mucho tiempo. Mi madre entra como una desquiciada al olfatear el olor a alcohol. Me mira con odio y de un manotón echa el vaso al suelo.

—¿¡Dónde la tienes escondida!? —grita.

—No te importa. Es para mí. —Se abalanza sobre mí, pero mis hombres la agarran y la alejan de mí—. Eres una maldita alcohólica que no sirve para nada. Compórtate como la mujer digna que eres...

—¡Soltadme! Eres un desgraciado, ¡te odio!

—Eso ya lo sabía, no me dices nada nuevo. El día que cambies de guión me sorprenderé... —digo burlón. Estoy cansado de tanta tontería; cansado de ella.

—Tu padre estaría avergonzado de ti... —dice con la intención de hacerme daño. Siempre lo intenta, sin embargo, sus palabras entran por un oído y salen por el otro. No le hago caso, ¿qué voy a esperar de una alcohólica que lo único que le interesa es emborracharse? Si mi padre levantara la cabeza... otro gallo cantaría.

—¿Segura? Yo creo que lo estaría de ti. El pobre hombre descansó de una basura de mujer como tú. —Aprieta sus puños e intenta liberarse del agarre de mis hombres. Sé que le ha hecho daño, ella es más vulnerable que yo.

—Traed a April, vamos a cenar ya. —La sueltan controlando que no vuelva a atacarme y les indico que se vayan y nos dejen solos. Sabré defenderme—. Te vas a la habitación...

—¿Y qué vas a hacer?, ¿a dormirme como siempre haces?, ¿no tienes nada mejor que hacer que drogar a tu propia madre?

—Si mi madre se comportara como una mujer no tendría el porqué de drogarla, ¿no crees?

Golpea la mesa con rabia y furia—. Voy a olvidar que tengo un hijo, voy a olvidar que un día tuve familia y te voy a unir cuando menos te lo esperes.

—¿Enserio? Esto es nuevo —digo pasota—, casi logras sorprenderme.

La puerta se abre dejándonos ver a April y a mis dos hombres detrás. Liam asiente ligeramente la cabeza y le pido amablemente a mi querida madre que se vaya a descansar a su habitación. Ésta, malhumorada y todavía llena de ira se para enfrente de April, mirándola con asquerosidad.

—Tú serás la primera en morir entre mis manos zorra asquerosa. —La agarro y la tiro de la cocina—. Llevarosla, ya sabéis lo que tenéis que hacer. Si no se lo quiere tomar por las buenas, hacedlo por las malas. —Entro de nuevo en la cocina, cerrando la puerta tras de mí y viendo la cara de asustada de April. ¿Por qué se asusta más con los otros que conmigo?, ¿se quiere hacer la dura para sorprenderme?

—¿Qué? —dice vacilona.

—Nada, ¿asustada?

—Más quisieras...

No digo nada más. La sirvienta nos sirve los platos y le indico que se marche con un simple gesto. April mira la comida y parece debatirse entre comérselo o no. ¿Comida envenenada?

—¿No tienes hambre? —Levanta rápidamente la cabeza y me observa con el ceño fruncido—. No tiene matarratas si te preocupa eso... —digo riéndome. Se ríe, pero rápidamente deja de hacerlo y vuelve a fruncir su ceño—. Deberías ser tú misma, sabes que tarde o temprano deberás hacer lo que yo diga.