Eres mi obsesión [Saga Eres]

CAPÍTULO 1: LAS SORPRESAS DE LA FIESTA

¡Hola corazones! Queremos agradecer a todos aquellos seguidores y lectores que nos han dado una oportunidad conjuntamente. Es un proyecto en el que estamos muy emocionadas. Somos amigas desde hace mucho tiempo y nunca nos habíamos planteado la idea de hacer una novela conjunta, de compartir en una misma novela nuestro hobbie. La verdad, es que compartes con alguien una parte de ti y te enseñas muchísimo con la otra persona.

En multimedia os vamos a dejar el BOOKTRAILER de la novela por si queréis ir a darle un vistazo y a nuestra protagonista (la que hemos escogido)  :) Esperamos que os guste, al igual que el capítulo.

Un besazo dorado para todos :333

April Stone

Me he vuelto a dejar convencer por Thalía. Increíble la capacidad de convicción que puede llegar a tener mi mejor amiga. Está loca, como un cencerro, pero aún así tiene los pies en la tierra. Es difícil de entender y necesitas conocerla para entenderlo.

—¿Y yo qué me pongo? —Seguro que ella ya tiene el vestido tendido encima de la cama; esperando que llegue la hora para lucirlo y seducir, todavía más, a su novio Brad. Llevan mucho tiempo juntos, aunque hay días que no se ven a causa del trabajo de éste. Viven en casa de él, independientes, desde su cuarto mes de relación—. Maldita seas, Thalia. Todavía me harás ir a comprarme un vestido para la ocasión. —Parezco tonta hablando sola, aunque dicen que eso es de inteligentes.

Sin más rodeos, me voy al centro. Fiesta en una casa enorme —descripción Thalía, modo flipada—, con gente mucho más joven que nosotras —nos llamó viejas con 24 años—, y en piscina; barra libre y muchos chicos a los que poder echar el lazo. Eso lo dijo por mí, claro está. Soy la única soltera. Suelo hacer luz cuando quedamos todos e incluso hay varias chicas, no amigas mías, que me miran extraño por no tener novio a estas alturas. No ha aparecido esa persona que al mirarla a los ojos me haga tener esa conexión eléctrica, ese hormigueo... Todavía no ha aparecido el apropiado y, para coger el primero que se cruza, tal y como hicieron esas bichas, solo por un cuerpo bonito y una cabeza llena de serrín, no lo cojo. Hay más detrás de un cuerpo musculado, pero no todos suelen darse cuenta de que hay una persona, un alma dentro de ese ser.

Observo la tienda indecisa. Hay muchos vestidos, pero ninguno llama mi atención. Serían perfectos, puesto que son todos muy veraniegos y preparados para llevar bajo el bikini.

—¿Puedo ayudarla señorita? —pregunta el encargado de la tienda. Las empleadas se ríen entre ellas y se esconden detrás de los estantes—. ¿Busca algo en especial?

—Sí. Necesito un vestido para una fiesta, algo elegante pero informal... ¿sabe lo que quiero decirle?

—A la perfección. —Da un ligero vistazo por la tienda y me acompaña a un estante donde hay vestidos de licra, ceñidos al cuerpo. Les hago una mueca a ellos y a él—. Supongo que no es lo que está buscando.

—No. Nada que ver...

—Sintiéndolo mucho, es lo único que se adapta a tus circunstancias. Todo lo demás es pequeño.

—Muy bien. Para llamarme gorda, no era necesario que me ofendiera adrede. ¿Piensa que no he visto lo que tenían planeado instantes antes de que usted se acercara a mí?, ¿cree usted que me afecta lo más mínimo? Estoy a gusto con mi cuerpo y no voy a tolerar que se me trate de esta manera tan burlona. Si es tan amable, señor encargado, saque la hoja de reclamaciones. —Su media sonrisa no se borra y vamos al mostrador donde me entrega la hoja—. Para su información, tu dueña, la dueña de todas —digo más fuerte—, es amiga de mi madre. Más bien, íntimas amigas. Se conocen desde pequeñas y sus maridos juegan al golf todos los fines de semana. Dará gusto venir y no verles la cara. —Relleno todos los campos de la hoja y se la entrego.