Capítulo 16: Un mundo de mentiras. (Maratón 2/2)

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Narra Zoe:

Miro a Tony entornando los ojos hacia él, buscando en su rostro algún rastro que me diga que no todo está mal, que lo que se avecina es algo bueno, algo que me hará feliz y que nos unirá más como hermanos, pero en cambio sólo veo una tristeza gigante reflejada en su rostro, me duele, me duele mucho verlo así, y me duele aún mas saber que algo anda mal y que quizás no estoy lista para saberlo.

- No tenemos nada de qué hablar, ocúpate de tus invitados –respondo, le di una última mirada a aquella mujer y gire mi rostro para dirigirme a mi habitación pero la voz de Tony me detuvo.

- Es importante - me tomó de la muñeca y me miró con ojos suplicantes, algo andaba mal, lo podía sentir, mi instinto me lo decía, me lo informaba con cada punzada en el pecho.

- Esta... bien - camine hacia la sala, sintiendo que caminaba entre clavos, las miradas de todos estaban puestos encima mío, y lo odiaba, las mujeres de la casa estaban detrás de la repisa de la cocina, podía ver claramente sus rostros de preocupación, no había rastros de Jake o Key, y al parecer los niños dormían ya que no se escuchaba ruido alguno.

Me senté en el sofá y le indique a Evy para que se sentara en el brazo acolchado de este, ella me sonrió con timidez y lo hizo.

- Preferiría tener esta conversación a solas - dijo la mujer aclarándose la garganta. La fulminé con la mirada porque sabía a los que se refería.

Clare, Tris y Amanda subieron hacia el segundo piso, Evy trató de moverse pero yo la detuve.

- Zoe... - me advirtió Tony. Lo fulminé con la mirada, y sujete con más fuerza a Evy, sabía que le había dolido ya que me clavo sus largas uñas en mi brazo.

- O se queda o me voy - dije decidida. Vi a Tony fruncir el ceño y estuve a punto de replicar pero la mujer tiro de su mano haciéndolo calmar.

Al ver ese gesto algo en mi ardió, sabía a lo que venían, sabía que era lo que querían, Tony me lo dijo la primera vez que los vimos en Francia pero nunca les dirigí la palabra y no pienso hacerlo.

- Zoe, hay algo que tienes saber - dijo Tony con la voz apagada y mirando al suelo.- Yo... te mentí.

Trago saliva y lo miro expectante.

¿Me mintió? ¿Cómo que me mintió?

- ¿De qué hablas? - pregunto con un hilo de voz mientras que el hombre sujeta con más fuerza la mano de su mujer.

- Antony, creo que yo debería decírselo - habló la mujer decidida y mirándome directamente a los ojos.

¿Antony? ¡Por dios nadie lo llamaba Antony! Ni siquiera yo.

Me levante del sofá con las manos apretadas y con la mandíbula tensa, quería refregarle en la cara sus cuatro verdades a esa mujer, y el hombre que la acompañaba me miraba con temor, podía ver claramente como le sudaban las manos... al igual que a mí.

- ¡Usted no es nadie para intervenir señora! Ni siquiera sé lo que hacen ustedes aquí y no me interesa saberlo, así que con permiso pero yo me retiro. - camine pasando por delante de ellos y con miedo a caerme al sentir las piernas como gelatina.

- Zoe ellos no vinieron por nosotros - soltó Tony de inmediato haciendo que yo me detuviera en seco, me giré para verlo y una lágrima se había escapado de su ojo derecho y ahora caía por su mentón.

¿Tony está llorando? ¡To...Tony está llorando!

Quise correr a sus brazos y limpiar sus lágrimas, decirle que siempre estaré para él y que pase lo que pase saldremos ilesos, pero algo me decía que nada podría arreglar o remediar a lo que se avecinaba después.

Jaxon LawrenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora