Capítulo 42: Esta soy yo.

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Capítulo 42: Esta soy yo.


Narra Jaxon:

- Hijo de puta- Sin medir las consecuencias, me abalance contra ambos llevando toda mi fuerza hacia ellos. Tiré a uno de los gemelos al suelo despotricando contra él toda la rabia que sentía por dentro.

Mi puño de estampó en la cara del gemelo que me miraba con una sonrisa socarrona. Sentí la dureza de su mandíbula y le voltee la cara haciéndolo escupir sangre.

- ¡Jaxon! - escuché la voz de Zoe, el gemelo aprovechó aquella distracción para que de un derechazo me mandara al suelo- ¡Ahh! - lo vi todo completamente rojo cuando note como el otro gemelo arrastraba a Zoe del cabello. - Suéltame - chilló ella y la impotencia por no poder hacer algo se incrementó.

- ¡Zoe! - grité mientras me zafaba del agarre que ejercía sobre mí y le tiraba un cabezazo para hacerlo tambalear, sentí la sangre escurrirse de mi ceja y parte de mi labio inferior, pase mi lengua por este para limpiarlo.- ¡Me las vas a pagar hijo de puta! - grité con desesperación cuando vi que ese malnacido se atrevió a golpearla, era un cobarde y yo le haría pagar por haberle tocado un solo cabello y haber lastimado su bello rostro

Seguía luchando intentando ver de reojo que ella estuviese bien, oía sus gritos y me aterraba que la siguieran lastimando, quería matarlos, quería matarlos por haberla dañado, por haberla tocado. Entonces el otro gemelo llegó a mí, era estúpido pero sentí más tranquilo sabiendo que yo era su distracción y no ella.

- ¡Ahhh! - escuché su voz, mientras un puñetazo iba directo a mi estómago, escupí sangre cuando sentí revolverse mis órganos por dentro. Me dieron otro golpe justo en la cara cerca de mi ojo derecho, mi rostro giró bruscamente y mi pecho subía y bajaba de forma acelerada - ¡Basta por favor!

Maldije en lo más profundo de mí ser por tener que escucharla, por tener que oír sus gritos de súplica. Cuando el gemelo se apartó de enfrente mío tuve una mejor vista de Zoe, estaba en el suelo sujetándose con sus brazos y con la cabeza agachada. Parecía contenerse de algo, como si dentro suyo la estuvieran torturando, parecía sufrir y solo quería ayudarla, quería estrujarla entre mis brazos y decirle que todo estaría bien.

Mi visión fue opacada otra vez en cuanto el gemelo apareció y enredo una cadena alrededor de mi cuello, el aire se obstruyó por completo y apenas logré meter mis dedos para que la cadena no me cortará la piel por la fuerza que estos ponían en ella. Zoe me miró horrorizada y negó rompiéndose a llorar.

- No mires - le pedí de forma silenciosa.

Ella contuvo el aliento mientras se retorcía de dolor en el suelo. ¿Qué le sucedía? Sentía que estaba a punto de colapsar y que la sangre se había acumulado en mi cabeza, mis ojos chispearon de furia.

Escuché a uno de los gemelos decir algo que no entendí con exactitud. Unas gotas gruesas bañaban el pequeño rostro de la chica que amaba, ella negaba mientras me observaba, sufría por mí y ni siquiera podía concentrarme en el dolor que me estaban causando.

- Tú decides Zoe - Noté como en lo alto de su mano, él sostenía una jeringa con un extraño líquido espeso - O haces lo que debes hacer, o esto va directo al corazón de tu noviecito. - la amenazó. Ella parecía sin opciones, sus ojos asustadizos miraban a todos lados desorientados tratando de hallar una salida.

No imaginaba a que pensaban obligarla pero no dejaría que lo hicieran. - Ve...Te... vete Zoe - balbucee. Me miró una última vez llena de tristeza y luego agachó el rostro soltando un grito de dolor que me estremeció el cuerpo.

Jaxon LawrenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora