Un fuerte golpe en mi estómago me despertó.
Abrí los ojos y me cegué de la tanta luz que había en el cuarto. Maldita había sido la hora en la que quize mi cuarto de blanco y con un gran ventanal.
-Princesa de los muertos vivientes, ¡levántate!.- dijo Luca sacudiéndome.
Terminé empujándolo y el cayó dramáticamente en el suelo riéndose como loco.
-Eres un idiota.- dije algo molesta.
El frunció el ceño y me miró fijamente, con los ojos oficiales de la familia, los ojos azul cielo.
-¿Esa es la forma en la que tratas a tu hermano mayor?
Sonreí.
-Nah, pero ésa no es la forma en la que despiertas a una señorita.-hize un puchero.-Venga, arrastra tu gordo trasero y acuéstate en la cama.
El se rió y terminó tirándose en mi cama, haciéndome saltar.
-De señorita tu no tienes nada.
Puse los ojos en blanco y le di un puñetazo en el hombro. Luca era mi mejor amigo sobre todas las cosas, podía confiar con él en todo y nos la llevábamos muy bien, nuestra relación siempre a sido así, a pesar de que somos hermanos y todo éso. Aunque claro, siempre habían peleas demasiado dramáticas e insultos verdaderamente insultantes de por medio.
-Cambiemos papeles, tu hazte gay y yo me hago lesbiana, ¿qué dices?
El me miró estupefacto.
-Camila me mataría, ¿sabes?
-Cambia a Camila por Camilo.- dije mientras movía mis cejas sugestivamente.
-Estúpida.
-Idiota.
-Pedazo de estiercol.
Me comenzé a reír como una desquisiada.
-¿Estiercol? ¿Lo dices en serio?
-¿Querías que dijera "mierda"? -dijo con el ceño fruncido.
-¡Oh vamos! Estamos aquí solos, mamá no te oirá.
Mamá odiaba que dijeramos groserías o maldicieramos, según ella, eso afectaban nuestros chakras. Porquerías.
-No lo haré.
-¡Dios santo, Luca! Tienes 20 malditos años y no puedes decir mierda por el miedo que mamá te escuche y te castre. Si tan solo ella supieras la boquita que tienes afuera de esta casa...
Agarró una almohada y comenzó a golpearme hasta que ésos golpes se conviertieron en cosquillas.
-Eres un lerdo, un idiota, un estúpido, déjame o me hago pipí.- dije entre risas.
Un golpe en mi puerta detuvo, gracias al cielo, a Luca.
-Buongiorno, principessa.- dijo mamá mientras abría la puerta.
-No tienen nada de buenos, má.- dijo Luca.
-Luca, ¿qué carajo haces aquí?- dijo mamá y en un segundo se tapó su boca.- No han escuchado nada.
-Uhhh, tu energía se está volviendo oscura.- me burlé.
-Cállate, Sienna.- dijo un tanto cabreada.
-Relájate má. Estoy aquí por que quería llevarme a Sienna a la feria, ayer que fui con los patines...
-Muy maduro, Luca.- lo interrumpí.
ESTÁS LEYENDO
Red Thread
Teen FictionUn hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper. La obra está registrada en Safe Creative bajo el código: 1405270980806...