VII
Hoy era de ésas veces en las que deseaba ser aprueba de balas.
Cada mirada de mamá cuando me encontraba con ella, era como recibir una bala, de ésas balas que duelen y lastiman pero desgraciadamente no matan.
Papá era más sutil, sabía esconder demasiado bien su enojo conmigo, pero yo sabía que estaba ahí. Sus balas eran mas poderosas, pues eran silenciosas, rápidas y como consecuente, dolían más.
Luca se sentía muy culpable por el comportamiento que estaban teniendo mis papás conmigo, pero él no podía hacer nada, porque el comportamiento de ellos era, según ellos, justificable.
Habían pasado 5 días y nada cambiaba, todo era igual.
Hoy no había bajado a desayunar, a comer, ni siquiera a cenar. Prefería morirme de hambre a soportar una mirada o un comentario mas.
Estaba leyendo un libro que contenía algunas recopilaciones de fabulas que papá me había regalado cuando cumplí los 10 años, cuando la puerta de abrió y mamá asomó la cabeza timidamente.
Dejé el libro a un lado crucé las piernas para sentarme sobre ellas y la miré mientras se acercaba.
-¿No vienes a cenar?-preguntó mamá.
Negué con la cabeza mientras posaba mi mirada en la taza de café que estaba en el suelo desde hace 3 días.
Mamá suspiró y se sentó en el sillón, cruzando sus piernas.
-Sienna, yo...-comenzó mamá pero la interrumpí, ya harta.
-Mamá, ya tengo claro que la culpa siempre la tendré yo. Es obvio que si Luca hubiera estado en mi lugar ustedes hubieran dicho que lo que hizo el era lo correcto, pero en cambio yo soy una chiquilla inmadura que...
-¡CÁLLATE!- me gritó mamá antes que pudiera seguir.
Me quedé con los ojos bien abiertos del asombro. No dije nada, ni ella, solo nos limitamos a vernos a los ojos, ninguna apartó la vista. Si yo la apartaba significaría sumisión, tal y como sucedía con cualquier animal tales como los perros.
-¿Sabes que te quiero mucho, verdad?- dijo mamá después de un rato.
Asentí tímidamente, todavía sin apartar mi mirada de la de ella.
-Lo siento mucho, no quería hacerte sentir mal por mi regaño. Estoy consciente del hecho que me estoy disculpando muy tarde, pero es mejor tarde que nunca, ¿no es cierto?
Me encogí de hombros restándole importancia.
Mamá suspiró.
-Mira, lamento haberte hablado así y echarte la culpa, papá también se siente muy mal por haberte tratado así, ahora sabemos que estabas preocupada y no pensaste en lo demás... ¿Me perdonarías?
-Diablos mamá, salí de ti, sería una estupidez no perdonar algo como ésto.
Mamá sonrió, para luego levantarse del sillón y abrazarme con todas sus fuerzas.
Amaba realmente como olía mamá, siempre a una combinación de canela, fresias y pintura. Ella nunca necesitó comprar perfume, su olor siempre me recordaba a mi niñez.
-¿Ahora si quieres cenar?- me preguntó con una ceja alzada después de terminar de abrazarme.
Negué con la cabeza.
-Sabes que odio dejar un libro a medias, así que no, gracias. Tal vez mas tarde baje a la cocina por una manzana o algo ligero.- sonreí.
Mamá suspiró y asintió.

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Red Thread
Teen FictionUn hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper. La obra está registrada en Safe Creative bajo el código: 1405270980806...