Chapter IV

505 29 1
                                    

IV

-¿Me estabas siguiendo?- dije seriamente, mientras caminábamos por la acera.

Ian había hecho que me quitara los patines según él "por mi propia seguridad", para luego quitarse sus zapatos y dármelos.

Fue un gesto lindo, pero lo mas normal hubiera sido que me diera su chaqueta en vez que sus zapatos, que me quedaban excesivamente grandes, claro.

-No, resulta que para llegar a mi casa tengo que irme por aquí, también. Solo fue una coincidencia.

-¿Y el que te tropezaras conmigo también lo fue?- dije un tanto escéptica.

-No, eso no fue una coincidencia.

Entrecerré los ojos y lo miré.

-Eres un idiota.

El se rió.

-¡Oh, vamos! Sabes que es una broma.

Gruñí bajito.

-No se que esperar contigo.- dije.

-Lo mismo digo.- contestó.

Este chico me sacaba tanto de mis casillas, que me daban ganas de arrancarle la cabeza.

-¿Porqué me quieres acompañar a casa?- dije

-Bueno, tuviste un pequeño incidente por mi culpa, así que es lo menos que puedo hacer.

Arqueé una ceja.

-¿No será que quieres saber en donde vivo para después secuestrarme y luego violarme?- pregunté

-Neh, tu no me gustas para éso.- dijo simplemente encogiéndose de hombros.

Reprimí una carcajada.

-¿Y para qué te gusto, entonces?

Me miró y sonrió.

-Para caminar contigo a las..-miró su reloj.- casi dos de la madrugada por la acera de un pueblo costero.

Puse los ojos en blanco.

-¿Sabes? A cualquier chica le daría miedo ir caminando por "la acera de un pueblo costero" con un chico que apenas conoce, a las dos de la madrugada...

-¿A ti no te da miedo?- dijo arqueando una ceja.

-No

Sonrió.

-¿Sabes? Podría ser un secuestrador que viola a chicas castañas.-dijo apuntando el color de mi cabello.

-Si intentas algo, tienes que saber que puedo incrustar tu nariz en tu cerebro y sacarte los ojos.- dije inocentemente.- Por no mencionar una dolorosa patada en la ingle...

Sonreí dulcemente.

-Podría inmovilizarte con la toalla de llena de cloroformo que traigo en este momento en mi bolsillo trasero.- dijo de todos modos.

Lo miré.

-¿Es enserio?

Se encogió de hombros.

-Eres un idiota.- dije riéndome mientras negaba con la cabeza.

El se unió a mis risas y así terminamos hablando un buen rato de cosas sin importancia y haciendo bromas estúpidas.

-Tus zapatos ya me cansaron, iré descalza.- dije mientras me los quitaba.

Ian me miró con los ojos entrecerrados, desafiándome.

-De ninguna manera, te pones mis zapatos o te subes a mi espalda...

Abrí mi boca y luego la cerré, incrédula.

Red ThreadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora