"No confíes tu secreto ni al más íntimo amigo; no podrías pedirle discreción si tú mismo no la has tenido" (Ludwig van Beethoven)
Marinette, una chica de 16 años que guarda un secreto, el cual intenta ocultar para las personas que ama. Igual forma A...
Listas salen de la casa. Se despiden de los padres, quienes le desean suerte. Marinette contenta no puede dejar de hablar. Tanto tiempo para que al final no se haya podido concretar.
Gabriel se enteró y le prohibió a su hijo salir. Alegando que tiene demasiado trabajo. Le organizo una sesión de fotos. Enojado se encerró. Nino lo acompaña.
Avisaron. Las chicas se desilusionaron. Aunque al final terminaron yendo a la mansión. Así que la cita sigue en pie. Artemis, quien leían escucho las risas. Confundida acercó la oreja. Voces féminas. Niega y sigue su camino.
Alya al salir la ve. Confundida decide seguirla. Al verla entrar en una habitación se regresa. Adrien al verla aturdida decide preguntar. Grande fue su sorpresa. No sabía que tenía invitados.
Nino: Eso es extraño.
Mantiene: ¿Estás segura Alya?
Adrien: Mi padre me informaría si tendremos visitas.
Alya: Les digo que la vi. Está en una habitación al fondo.
El área que su padre le prohibió entrar. Una zona a la que solo tiene acceso Nathaly. Deciden ignorar el comportamiento. Siguen entre charlas hasta que el mayor llega. Al verlos no decide interferir, órdenes de Artemis. Si quiere ganar deberá ganarse la confianza de su hijo.
Una táctica vieja, pero importante. En el estudio observa las cámaras, su hijo es feliz. Artemis entra arrastrando a Lila, quien súplica ayuda. Ningún sonido sale de sus labios.
Sorprendido se acerca. La lanza, cae de rodillas. Furiosa señala su garganta. Artemis suelta un largo suspiro, chasque a si logra traer su voz.
Lila: Eres una maldita.
— Deja de meterte en mis asuntos.
Lila: Solo quería hablar con Adrien.
Gabriel: Señoritas. Calmadas—toca el hombro de Artemis. Confundida lo observa—. Lila serías tan amable de informarme que estás en mi casa, mi hijo se encuentra con sus amigos.
Lila abre la boca. Se supone que tiene privilegios, pero está ha estado manipulando a Gabriel.
Lila: Marinette no es su amiga.
— ¿Celos?
Lila se levanta. Se va ante la mirada curiosa de Gabriel. Artemis niega. Sale, a los segundos regresa. Han salido. Se coloca detrás de la puerta. Adrien aparece, pidiendo permiso. Sin remedio acepta. Gracias a la castaña ha permitido que su hijo descuide su carrera.
Artemis se ríe. Levanta el dedo antes de irse. Lo que no esperaba es que los jóvenes la estaban esperando. Una ventaja de ser famosa es saber como ocultar tu identidad.
Alya se acerca. Analiza su aspecto. Nada le indica su origen. Ropa común, accesorios baratos, el color de sus ojos es normal. No hay nada que los pueda ayudar. Gabriel sale. Al notarlo sonríe.
Gabriel: ¿No iban a salir?
Alya: Si, señor Agres. Solo que olvidamos nuestras pertenencias.
En efecto. Sus bolsos en el suelo lo confirman.
Gabriel: Lamento mis modales. Ella es Luna.
Artemis aprieta la quijada. El significado de su nombre. Teniendo a Alya será facil descubrir su identidad. No volverá a los reflectores.
Adrien: Es un placer conocerte. Soy Adrien y ellos son mis amigos.
Curioso. De todos modos pensó que Nino se presentaría. Asienten. Se aleja, algo que la delata. Gabriel explica que no habla francés o inglés. Eso es entendible. Alya pregunta a su país, responde mexicana. No es mentira, su madre es de ese país.
Sola lanza los objetos. Agitada toma la espada, clava en la cama. Esparce manchas de su sangre por la habitación. Se sienta en medio, inhala y exhala, varias veces hasta tener la calma. Cierra los ojos.
Al abrir los ojos se encuentra en la caja. Se levanta, camina siendo recibida por los kuamis. Al estar en el centro observa las joyas.
— ¿Es buena idea?
— Gabriel se ha metido demasiado en mis planes.
— Usted misma dijo que es una locura.
— No me importa. Gabriel debe entender que no soy un chiste.
Un prodigio prohibido. Su poder se Iguala a la creación y destrucción, es capaz de neutralizar cualquier poder. Un fénix. Morir ya no es un miedo.
— Se que esto me matará, pero estoy dispuesta a correr el riesgo.
Los kuamis se ocultan. Una esfera, una celda. Crea un martillo, se impulsa. Primero, segundo, hasta el tercer golpe se ven grietas. No importa si se queda todo el día, lo liberará.
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Adrien abraza por la cintura a Marinette, se sorprende pero agradece el gesto. Detrás están Alya y Nino quienes tienen entrelazadas sus manos. La primera no deja de analizar el nombre. Le suena. Ha escuchado ese significado.
Ignora la coincidencia. Decide concentrarse en su pareja. Grabar en su memoria su felicidad. Lastima que hay dos personas que no lo desean. Chloe aprieta la quijada, Lila solo idea un plan. Ya es momento de que se junten, que destruyan a la feliz pareja.
