15; lecciones.

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Ashton besó el trasero de Calissa haciendo que a ella le recorriera un escalofrío por su espina dorsal, él tocó sus bragas color negro antes de acariciar uno de sus glúteos bien formados, ella gimió al sentir los dedos largos de Ashton pasar por su trasero y sentir la palma caliente sobre la piel, pero sin decirle, una nalgada recibió haciendo que un grito ahogado saliera de la garganta de la princesa de Daddy.

—Vamos a darte 5 nalgadas, bebé, sólo porque no estoy tan enojado. —después de decir eso le dio otra nalgada en la izquierda.

Aunque doliera la forma en que Ashton la golpeaba, a Calissa le excitaba de alguna forma y pareciera que a él igual porque a la tercera sintió un bulto golpear su estómago, la gran erección de Daddy crecía por sentir que la ropa interior de su princesa estaba empapada por las nalgadas. Ya en la cuarta nalgada Cali gimió diciendo Daddy, al mayor esto le gustó y pasó sus dedos por la espalda de la chica, y para rematar de forma inesperada le dio una gran nalgada haciendo que quedara su mano marcada en la piel blanca de la rojiza, hizo que ésta se sentará a horcajadas sobre él posicionando sus manos en el trasero de ella haciendo caricias por el ardor.

—Te portaste muy bien, bella. —la besó en el cuello mientras acariciaba aún.

—Fui una chica mala, Daddy, lo siento. —le hizo un puchero mientras su cara estaba sonrojada y sus pecas se camuflaban; se veía hermosa, pensó Ashton.

—Ya está bien, princesa, recibiste tu castigo. —le sonrió pasando sus dedos por la cintura de la pelirroja— ¿No te hice daño, cierto?

Calissa pensó que de todas formas él se preocupaba de ella de alguna forma, tal vez de una forma rara y bizarra pero lo hacia, realmente sí. No podía perder a ese chico, no podía, su vida era diferente gracias a él, la cuidaba, la quería y la mimaba, es que era simplemente perfecto para Cali, al menos ella no la pasaba tan mal, sólo algunas veces. Algunas actitudes que él mostraba eran psicópatas y extremadamente celosas, pero aún así ella se acostumbraba a ello, porque lo quería con ella hasta la eternidad.

—No, estoy bien, Ashy. —se acercó juntando las frentes de ambos—Ashton...

—Dime, princesa. —habló dulce el rizado— ¿Ha pasado algo y quieres decirme?

—Es que sabes, um... Hoy pensé bastante acerca de nosotros, tus celos, mi forma de obedecer y todo eso. —dijo mirando hacía abajo mientras sentía las manoas de Ashton pasar por el cabello rojizo de ésta—¿Por qué te pones así? Tan posesivo y celoso, si sabes que yo solo te quiero a ti, que no me fijo en nadie más, Ashton.

—Calissa, soy así porque desde el primer día que hablamos te convertiste en mi prioridad, te lo dije muchas veces, bella. —tomó el mentón de ella haciendo que sus miradas se encontrarán— Princesa, me da miedo perderte, en serio que no quiero estar sin ti por nada del mundo, y no quiero que me cambies por un idiota de tu edad que solo quiere dañarte y estar un par de semanas contigo. Yo soy para ti, rojiza mía, lo eres, lo siento en mi corazón.

Esas palabras hicieron que Calissa derramará unas lágrimas, vio esos ojos tan sinceros y puros de color avellana, le creía, todo lo que decía él lo decía por amor, y Cali después de quedarlo mirando unos minutos tan sólo se abalanzó hacía él para poder abrazarlo de una forma inigualable, tan cariñosa y tierna haciendo sentir al mayor su estómago revolverse y su corazón acelerar, ella era tan... tan única, Ashton pasó sus brazos por el pequeño cuerpo de aquella bella chica y la apretó tratando de nunca más soltarla.

—Te amo, Ash. —habló la rojiza contra la curva del cuello de su amado.

—Y yo más, princesa mía. —dejó besos en el hombro desnudo de ella.

Sext with daddy.《 Irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora